Biodiversidad y agua: la urgencia de conservar lo esencial

Crédito: Terrasos

6 Diciembre 2024 07:12 pm

Biodiversidad y agua: la urgencia de conservar lo esencial

La reciente COP16 en Cali ha sido un claro recordatorio de la importancia de tomar decisiones inmediatas y de carácter global para frenar la pérdida de biodiversidad. En este espacio se discutieron nuevas propuestas que buscan movilizar recursos y compromisos para la conservación, entre ellas, las unidades de biodiversidad (también conocidas como créditos de biodiversidad), una herramienta innovadora que promete transformar la manera en que se financian los proyectos de conservación a largo plazo.

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La biodiversidad y el agua son dos de los pilares más fundamentales para la vida en nuestro planeta. Son los recursos que sostienen los ecosistemas y nuestra propia existencia. Sin embargo, a medida que avanzamos en el siglo XXI, ambos enfrentan amenazas sin precedentes, impulsadas por el cambio climático, la deforestación y la sobreexplotación de los recursos naturales. Este escenario nos obliga a reflexionar sobre qué estamos haciendo para proteger lo esencial y, sobre todo, a comprender la urgencia de actuar antes de que sea demasiado tarde.

Los ecosistemas saludables, como los bosques, los humedales, no solo dependen del agua para sobrevivir, sino que también cumplen un papel esencial en la regulación del ciclo hídrico. Si no actuamos ahora para conservar el agua y la biodiversidad, enfrentaremos un futuro donde las sequías, las inundaciones y los conflictos por el agua serán más frecuentes y devastadores. La crisis ambiental no es algo lejano, está ocurriendo aquí y ahora.

Innovación financiera: un paso hacia el cambio

Durante años, uno de los mayores obstáculos para la conservación ha sido la falta de financiamiento adecuado. La cifra es alarmante: se estima que hay un déficit de 700.000 millones de dólares anuales solo para la conservación de la naturaleza. En este sentido el desafío es monumental, pero también una oportunidad para repensar la forma en que financiamos la biodiversidad. En este contexto, las unidades de biodiversidad se presentan como una solución, práctica, innovadora y viable.

Este mecanismo consiste en la compra de “unidades de biodiversidad” que representan un resultado tangible en la conservación de ecosistemas altamente amenazados. Cada unidad de biodiversidad se encuentra en proyecto concreto que, amparado por garantías técnicas, jurídicas y financieras, asegura la protección de ecosistemas por al menos 30 años. Cabe destacar que, bajo este esquema nacen las ‘Terrasos Biodiversity Unit’, conocidas como Tebu, una herramienta creada y desarrollada por Terrasos en alianza con BID Lab y la Fundación Santo Domingo, que asegura la sostenibilidad de los Bancos de Hábitat de Terrasos, registrados ante el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible de Colombia. 

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Mariana Sarmiento, CEO de Terrasos. Foto: Terrasos

Tebu, esta herramienta innovadora que utiliza la tecnología blockchain para garantizar trazabilidad y transparencia en toda la cadena de valor, representa un impacto tangible en la biodiversidad mediante soluciones a la medida que contribuyen a la protección de ecosistemas y mitigar problemas como la pérdida de biodiversidad y el cambio climático. Es allí donde las empresas, gobiernos e incluso individuos pueden adquirir estas unidades para contribuir a la conservación y restauración de la biodiversidad, así como al mejoramiento de condiciones de vida locales, ya que generan oportunidades de desarrollo y empleo basados en la naturaleza.

Lo interesante de este enfoque es que, además de movilizar recursos para la conservación, las Tebu, permiten que las comunidades locales, que han sido históricamente las guardianas de la naturaleza, desempeñan un papel activo en la protección de sus propios territorios. Este modelo es inclusivo y busca asegurar que las comunidades se conviertan en los principales aliados y protagonistas de los proyectos. 

Un ejemplo por seguir: Bancos de Hábitat en Colombia

En Colombia, un ejemplo exitoso de este tipo de iniciativas es el modelo de bancos de hábitat (BH), que son los territorios donde se llevan a cabo acciones de conservación y restauración de ecosistemas. A través de estos proyectos, se crean "unidades de biodiversidad" que se comercializan en el mercado, bajo un principio claro: pago por resultados. Solo se comercializan cuando se demuestra que los esfuerzos de conservación son efectivos y verificables.

Hay que resaltar que en la experiencia de Colombia los proyectos de conservación no pueden ser concebidos únicamente desde una perspectiva económica o técnica, para ser efectivos, deben incluir a las comunidades locales, especialmente a aquellas que han sido los principales custodios de los ecosistemas durante siglos. Los pueblos indígenas, las comunidades afrodescendientes, las poblaciones locales, y sus conocimientos tradicionales, deben ser los protagonistas de estos proyectos. 

Avances y desafíos de la COP16

La COP16 marcó un hito en los esfuerzos globales por proteger la biodiversidad, pero los retos persisten. Como destacó Mariana Sarmiento, CEO de Terrasos, "hemos avanzado, pero aún queda mucho por hacer, Colombia está llamada a liderar la conversación alrededor de mecanismos innovadores de pago por resultados, bancos de hábitat y créditos o certificados de biodiversidad, gracias a su experiencia en la implementación de estos". Si bien se han logrado acuerdos importantes, la verdadera prueba será la capacidad de los gobiernos, el sector privado y las comunidades para implementar medidas concretas y garantizar la movilización de los recursos necesarios para la conservación.

Para que este modelo pueda escalar, y lograr que estos proyectos sean sostenibles a largo plazo, es esencial que las políticas públicas promuevan incentivos fiscales y tributarios, financiamiento preferencial y una mayor transparencia en la gestión de los recursos. Las unidades de biodiversidad deben ser impulsadas por una voluntad política firme que reconozca la importancia de la naturaleza no solo como un recurso, sino como la base de nuestra economía y bienestar.

Además, es crucial que, más allá de los acuerdos en las cumbres internacionales, haya un compromiso firme y coordinado entre todos los actores involucrados. El déficit de financiamiento es una barrera, pero no insuperable si se movilizan esfuerzos conjuntos. El sector privado, que ha comenzado a asumir su responsabilidad en la conservación de la biodiversidad, debe seguir avanzando y reconocer que el bienestar de los negocios está estrechamente ligado a la salud de los ecosistemas.

*Contenido elaborado con apoyo de Terrasos.
Por: Mariana Sarmiento, CEO de Terrasos

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