
Crédito: Gobernación de Cundinamarca
Cundinamarca desafía el miedo: el 70 por ciento de sus ciudadanos se siente seguro en su barrio
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Mientras la percepción de inseguridad crece en el país, un sondeo demuestra que sus habitantes sienten mejoras en este indicador.

En un país donde la palabra 'seguridad' suele ir acompañada de preocupación, Cundinamarca marca un rumbo diferente. Así lo confirma la más reciente Encuesta de Percepción de Seguridad de la Cámara de Comercio de Bogotá, publicada el pasado 26 de junio: siete de cada 10 cundinamarqueses se sienten seguros en su barrio.
El estudio —que por primera vez incluyó 16 municipios del departamento, además de Bogotá— no solo resalta una baja tasa de victimización, sino un notable fortalecimiento del tejido comunitario y de la relación entre la ciudadanía y las autoridades. Cundinamarca no solo tiene las cifras más bajas de homicidios en más de medio siglo, sino que también exhibe una convivencia sólida y una población que se siente protegida.
En cifras
A diferencia de otros estudios centrados exclusivamente en cifras oficiales, esta encuesta pregunta directamente a los ciudadanos cómo viven y sienten la seguridad. El resultado: solo el 8,3 por ciento fue víctima de algún delito en 2024, y de ellos, el 58 por ciento denunció el hecho, reflejando confianza en la institucionalidad.
Además, el 82 por ciento no fue testigo de ningún crimen cometido contra otra persona, y un 89 por ciento no necesitó acudir a la Policía por situaciones delictivas. En cuanto a la convivencia, el 79 por ciento aseguró no tener conflictos que alteren la paz en su entorno. Es decir, la mayoría vive en tranquilidad.

Por otro lado, el 59 por ciento de los encuestados conoce el número del cuadrante policial de su zona, y el 27 por ciento ha tenido contacto directo con el CAI más cercano. En total, un 76 por ciento está familiarizado con su sistema de seguridad local.
Percepción vs. realidad
Paradójicamente, la encuesta también muestra que el 50 por ciento de los ciudadanos cree que la seguridad ha empeorado. Pero este contraste, según la encuesta, tiene explicación: los medios, redes sociales y el voz a voz siguen siendo las principales fuentes de información. Y en esos espacios, los hechos violentos —muchos de ellos ocurridos en otras regiones— dominan la conversación.
Lo cierto es que Cundinamarca no registra presencia de grupos armados ilegales desde hace más de cuatro años, un logro nada menor en un contexto nacional donde el conflicto aún no ha desaparecido. Este blindaje territorial, sumado a la reducción sostenida de delitos de alto impacto (16 de los 18 principales), demuestra que los esfuerzos están dando fruto.
Los datos de esta encuesta son positivos. En medio de una narrativa nacional marcada por el miedo, Cundinamarca ofrece un ejemplo concreto de que la seguridad no es una utopía. Es una realidad alcanzable cuando hay voluntad, coordinación, presencia institucional efectiva y comunidades comprometidas.
