Fondo de Cultura Económica: 40 años cultivando la pasión por la lectura en Colombia
2 Septiembre 2024 11:09 am

Fondo de Cultura Económica: 40 años cultivando la pasión por la lectura en Colombia

En entrevista con CAMBIO, Gabriela Roca Barrenechea, directora del FCE en Colombia, celebra con entusiasmo las cuatro décadas de influencia del Fondo en la cultura colombiana. Reflexiona sobre su expansión por el territorio nacional, y la evolución que están viviendo para seguir tocando corazones y mentes de las nuevas generaciones a través de las letras.

Por: Redacción Cambio

Entre aquí para recibir nuestras últimas noticias en su WhatsAppEntre aquí para recibir nuestras últimas noticias en su WhatsApp

CAMBIO: Explíquenos qué es y qué hace el Fondo de Cultura Económica (FCE)

Gabriela Roca: El Fondo de Cultura Económica es la editorial del Estado mexicano que tiene un impacto significativo en la región y en los lectores de habla hispana. Su misión va más allá de la industria editorial; se interesa en formar lectores y fomentar la conversación y discusión a través de las letras y las ideas. El Fondo tiene una apuesta significativa con el fomento de la lectura; a medida que se forman más lectores, se fortalece la vida en sociedad, se amplían los puntos de vista y las personas se vuelven más empáticas.

CAMBIO: El FCE en Colombia celebra 40 años de presencia en el país. ¿Cuál ha sido el recorrido hasta hoy?

G.R.: Este año celebramos 40 años de nuestra fundación en Colombia, que tuvo lugar en 1984. En ese entonces, el poeta colombiano Fernando Charry Lara lideró el proyecto junto con Jorge Farías Negrete y Silvia Charry, quienes compartían la pasión por el conocimiento y el deseo de incorporar obras del sello en esta parte del continente en donde la distribución era limitada. Sin embargo, ya existía un antecedente hacia 1940 y 1950, cuando la distribución dependía de esfuerzos individuales, como por ejemplo llevar libros de un lugar a otro en un maletín.

En esos años iniciales, el Fondo de Cultura Económica (FCE) en Colombia enfrentaba desafíos como regularizar la distribución y mejorar la presencia en el país y, ahora, 40 años después hemos crecido significativamente no solo en la distribución, sino en la apuesta por contar con librerías propias y por ampliar el catálogo editando obras de escritoras y escritores colombianos.

Gabriela Roca
Gabriela Roca Barrenechea, directora del FCE en Colombia.

CAMBIO: ¿Cuál considera que ha sido el mayor logro del Fondo en estas cuatro décadas?

G.R.: Hoy, el FCE tiene una fuerte presencia en Colombia, con cinco librerías y un centro cultural; las librerías México y María Mercedes Carranza, en Bogotá; la Librería Fernando del Paso, en Medellín; la Librería Remedios la Bella, en Cartagena; y la Librería Carmentea, cantar del Llano, en Arauquita. El Centro Cultural Gabriel García Márquez, ubicado en el centro histórico de Bogotá, es la sede principal del FCE en Colombia. En noviembre de este año, inauguraremos la Librería del Fondo La María, en Cali. También hemos consolidado el catálogo con las ediciones de escritores y escritoras colombianas, además de fortalecer el catálogo internacional del Fondo con libros provenientes de México, Argentina, Chile, Ecuador, Perú, Guatemala y España.

CAMBIO: El concepto "Para ir al Fondo" nace de la reflexión y la creación. ¿Cómo se reflejan estos pilares en la oferta editorial actual del FCE en Colombia?

G.R.: “Para ir al Fondo” es una expresión que hemos adoptado para hablar sobre la profundidad y convicción de nuestros proyectos: las ediciones, las librerías, el fomento a la lectura, los talleres y actividades; al mismo tiempo que hace alusión a invitar a los lectores a que se acerquen a nosotros. También se refiere a la dedicación y empeño que ponemos en todo lo que hacemos. Nuestro objetivo no solo se ha centrado en crecer con la presencia de las librerías en el país, sino también en promover actividades de formación y espacios de encuentro para la lectura y la escritura, nuestros talleres son clásicos y cada vez se van afianzando más. El proyecto de fomento a la lectura Alebrije refleja el espíritu y la esencia del Fondo, animando mediaciones de lectura en nuestros espacios y en las ferias y eventos del libro en el país. Este resultado ha sido posible en gran medida gracias a las alianzas que hemos tejido y las colaboraciones que surgen facilitando el camino.

CAMBIO: En un contexto donde la tecnología domina muchos aspectos de la vida, ¿cómo se ha adaptado el FCE para seguir siendo relevante en la promoción de la lectura y la cultura?

G.R.: Aunque la tecnología predomina en nuestras vidas, nuestro esfuerzo en la promoción de lectura sigue siendo constante. Nuestra presencia también se extiende a ferias, escuelas y festivales, parques y universidades, donde el acto de leer y compartir historias se convierte en el centro de atención. Todo lo que se necesita es un libro y un grupo de personas entusiastas por las historias. "Alebrije" es un ejemplo de la relevancia que le damos al fomento de la lectura, el proyecto encontró espacio no solo en las librerías del Fondo y la sala de lectura en el Centro Cultural Gabriel García Marquez, sino en cualquier lugar donde se congreguen libros y lectores.

CAMBIO: Los talleres de creación literaria son una parte importante de la conmemoración. ¿Qué expectativas tiene sobre el impacto de estos en el fomento de nuevos escritores y lectores?

G.R.: Tenemos una variedad de talleres en marcha; novela, cuento, ensayo y poesía son los más veteranos, recientemente hemos incorporado el de cultura de paz, cómic e ilustración. Los requisitos para participar son sencillos: asistir a las sesiones con el objetivo de crear. Estos espacios los hemos diseñado para apoyar a los participantes en la creación de un proyecto concluido, un primer manuscrito que esté listo para ser pulido.

Los talleres del Fondo no solo se realizan en el Centro Cultural Gabriel García Márquez de Bogotá, también tienen sus propias dinámicas en Cartagena, Medellín y próximamente en Arauquita. Esperamos que, además de encontrar nuevos lectores, motivemos a creadores para que inicien sus propios procesos de escritura y puedan materializar sus historias. Han sido fundamentales no solo para el proyecto del Fondo como editorial, sino también para acompañar a los escritores y escritoras en sus procesos creativos.

CAMBIO: ¿Cuánto tiempo llevan desarrollando estos talleres y qué caso concreto de éxito nos puede compartir?

G.R.: Llevamos 13 años con los talleres del Fondo y han surgido proyectos interesantes. Por ejemplo, en el taller de novela hemos visto a varios escritores que han publicado sus obras de creación en los talleres con editoriales independientes colombianas, editoriales transnacionales e internacionales. De hecho, nosotros publicamos recientemente el libro 31 días, 34.100 palabras, de Giovanny Bautista, resultado del taller de novela corta en el Fondo. Es un libro experimental y arriesgado, donde el autor narra su experiencia en el taller mientras desarrolla su novela. Es un proyecto único que muestra el potencial y la creatividad que pueden surgir de estos espacios de conversación y aprendizaje.

CAMBIO: ¿Cómo pueden participar las personas interesadas en estos talleres?

G.R.: Tienen que estar pendientes de nuestras redes y la página web. Hacemos dos convocatorias al año donde pueden revisar las bases y básicamente es inscribirse. Hay que tener disponibilidad los sábados o en algunos casos entre semana por las tardes. Los talleres son una oportunidad para iniciar un diálogo sobre las lecturas propuestas en el plan de trabajo, y que a la vez, fomentan un ambiente creativo y colaborativo entre los participantes.

CAMBIO: El FCE ha sido un puente cultural entre México y Colombia. ¿Cómo se han enriquecido mutuamente ambos países a través de esta relación?

G.R.: Ha sido un diálogo constante y enriquecedor. Somos una editorial influyente en el ámbito hispano con un proyecto que surgió en México y que tiene un impacto que contadas editoriales han tenido. La colaboración con México y los otros países donde el Fondo tiene presencia es esencial; compartimos experiencias, formas de hacer las cosas, nos apoyamos en los procesos y fortalecemos nuestra red de distribución haciendo posible, por ejemplo, que las obras de autores colombianos estén presentes en México o Argentina, manteniendo un vibrante intercambio editorial que permite la circulación de obras a lo largo de la región.

CAMBIO: ¿Cómo ha evolucionado la oferta de literatura y arte del FCE en respuesta a las nuevas tendencias y voces emergentes?

G.R.: Mantenemos nuestro catálogo esencial y también lo hemos ampliado con ediciones de títulos que antes no eran consideradas en el Fondo, incorporamos nuevos contenidos para atraer nuevos lectores. Así, no solo fortalecemos el catálogo académico, sino también innovamos en la selección de las obras para ofrecer nuevas propuestas editoriales.

Otra iniciativa ha sido la de acercar lectores con precios bajos de los libros. Un ejemplo de esto es la colección Vientos del Pueblo, que además de integrar diferentes géneros con textos breves, cuenta con tirajes altos lo que reduce los costos de producción para poder ofrecer libros de interés a comunidades lectoras que antes no tenían cómo acceder a ellos, eliminando el obstáculo de la barrera económica.

CAMBIO: ¿Qué mensaje le gustaría compartir con las nuevas generaciones que están descubriendo el FCE por primera vez en este aniversario?

G.R.: Acérquense a los libros y lean lo que les atraiga; las tendencias no definen los intereses de los lectores. Las nuevas y las viejas generaciones pueden encontrar en el catálogo del Fondo libros para descubrir esas historias que les apasionan, permítanse encontrar una dimensión distinta a lo material. Si apenas están descubriendo al FCE se pueden encontrar con pequeñas y grandes historias, con nuevas y gratas experiencias en nuestras librerías, con las obras de los escritores colombianos y de otras partes del mundo. La clave es encontrar lo que les apasiona y hacer ese clic con la lectura.
 

Conozca más de Cambio aquíConozca más de Cambio aquí