Crédito: Universidad CES
Innovación con sentido social: el propósito de las universidades
- Noticia relacionada:
- Universidades
- Educación
Manuel Acevedo Jaramillo, rector de la Universidad CES, en entrevista con CAMBIO da luces sobre varios de los grandes dilemas y desafíos de la educación superior: su papel en la investigación y la innovación, las virtudes del sistema mixto que combina instituciones oficiales y no oficiales, el reto de lograr una verdadera inclusión, las carreras del futuro y el peligro de que los jóvenes ya no vean a la universidad como el camino adecuado para iniciar sus carreras profesionales.
Por: Contenido especial
¿Cuáles son los ejes en los que se enfoca actualmente el desarrollo de la Universidad CES?
Tenemos 4+1 ejes que hemos definido como la agenda de asuntos de interés público de la Universidad, y fueron elegidos a partir de un reconocimiento de la trayectoria y tradición de la Universidad, de las capacidades que tienen sus facultades y grupos de investigación, de las necesidades más sentidas de la comunidad tanto en el departamento y en el país como en el mundo, y en consonancia con los grandes lineamientos de los Objetivos de Desarrollo Sostenible. ¿Cuáles son estos 4+1 ejes? El primero es One Health, que es un concepto de la Organización Mundial de la Salud que nos invita a incidir en la salud de los humanos, de los animales y de los ecosistemas, y entender las relaciones simbióticas entre los tres: hay enfermedades animales que inciden en los humanos, hay elementos de la degradación de los ecosistemas que inciden en la salud humana… Por eso, reconocemos un gran valor en este enfoque que da la OMS, y es el primer punto de nuestra agenda.
El segundo punto es un compromiso ineludible de la humanidad: la lucha contra el hambre y la malnutrición. En el caso particular de Antioquia, tristemente 25% de los hogares no alcanzan la ingesta de alimentos necesaria cada día, lo cual tiene efectos a largo plazo en todos los miembros de la familia, especialmente en los niños. Por eso, el segundo eje de nuestra actuación se enfoca en la lucha contra el hambre y la malnutrición.
El tercero es que todo el país y en particular las instituciones de educación superior, tenemos una gran responsabilidad con la inclusión, la equidad y las nuevas ciudadanías. El cuarto es la prevención de los efectos del cambio climático en la biodiversidad: Colombia por ser un país biodiverso, está en alto riesgo; y es muy sensible a los desastres naturales dada nuestra geografía montañosa, así que en este contexto nuestra adaptación al cambio climático cobra relevancia.
Y, por último, está la exploración espacial. Como ya vemos en los avances actuales, es posible que tengamos colonias humanas residiendo en la Luna, en Marte o en ambos lugares, y en esos sitios habrá desafíos en materia de salud, de nutrición, de convivencia…
¿Qué esfuerzos adelanta la Universidad CES para cerrar la brecha de género en las carreras STEM (ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas)?
CES es una universidad que construye desde las ciencias, y tiene tres grandes campos en los que trabajamos: las ciencias de la salud, las ciencias de la vida y las ciencias sociales. Nos definimos desde ese enfoque científico, creemos en él y estamos convencidos que no hay nada mejor para una mujer joven que desarrollar un proceso de formación en las ciencias. Tenemos un conjunto de acciones deliberadas para fomentar la participación de las mujeres jóvenes en la ciencia –70% de nuestra población son mujeres y eso nos enorgullece–. Una de estas acciones es la creación de un esquema de seguridad y protección alrededor de las violencias basadas en género, así como la prevención y la generación de una cultura de respeto, integración y valoración de lo que es ese inmenso potencial que las mujeres aportan en la ciencia. Además, tenemos iniciativas particulares dirigidas a fomentar el liderazgo juvenil femenino, hemos hecho algunos eventos –con mayor intensidad en los últimos años– buscando detectar a esas mujeres jóvenes y talentosas para acompañarlas en una trayectoria que impulse sus carreras y que les permitan ocupar lugares cada vez más destacados en la institución y en la sociedad.
¿De qué manera se está fortaleciendo y mejorando la calidad académica en la oferta de carreras profesionales, tecnologías, doctorados, maestrías y especializaciones?
La génesis de la Universidad CES está en el campo de ciencias de la salud, donde existen unos modelos muy especiales de desarrollo de procesos formativos, los cuales recurren de manera intencionada, frecuente y muy temprana al concepto de estar en interacción con los pacientes. De esta manera, en todos los programas que tienen medicina, por ejemplo, muy rápidamente los estudiantes están haciendo lo que conocemos como las rotaciones en las instituciones prestadoras de servicios de salud. Allí, en grupos pequeños, el profesor –que es el médico– comparte con los estudiantes todo su proceso y su ejercicio profesional: los estudiantes previamente revisan la historia clínica del paciente, sugieren cuál puede ser el diagnóstico y el tratamiento… De esta manera, el profesor les va ayudando a entender mejor los fenómenos que son objeto de estudio.
Esta metodología de aprendizaje la utilizamos en la Universidad de manera transversal en todos los programas de formación; y por ello, la mejora continua de nuestro modelo pedagógico se cimenta en dos pilares: el primero, tener siempre la mayor cantidad de escenarios de aprendizaje reales, llámese los convenios con las clínicas y hospitales, llámese los laboratorios que prestan servicios a la industria donde los estudiantes desarrollan procesos formativos o inclusive los mismos escenarios de prestación de servicios que son propios de la Universidad. La mejora continua de estos escenarios de aprendizaje incide en el modelo pedagógico. Y el segundo pilar, que para nosotros es de vital importancia, es un concepto muy propio de la Universidad, que se llama Comité de Promociones, que existe desde la génesis de la Universidad y que aplica un seguimiento individual a cada estudiante, más allá de la dimensión numérica de las notas: evalúa su desempeño en las diferentes asignaturas y también los elementos de su ser, de su relacionamiento con los demás, sus situaciones personales o familiares. Así, mediante técnicas especializadas, verificamos la existencia de competencias en los estudiantes para potenciarlas.
¿Qué ejemplos podría compartir de investigaciones y emprendimientos que hayan nacido en la Universidad CES, y cómo la institución fomenta la investigación y el desarrollo de proyectos?
Entre muchos, voy a mencionar tres. Nuestra institución tuvo visibilidad en medios de comunicación nacionales cuando se descubrió la bacteria que es responsable del tipo de lepra que aparece en Colombia. La lepra pareciera ser una enfermedad de épocas bíblicas, pero en realidad sigue teniendo una incidencia importante en ciertos segmentos de nuestra población. Si bien hay tratamientos, es muy importante poder prevenirla, y la manera correcta de prevención es poder identificar el factor que origina la lepra. Un investigador de la Universidad CES, después de muchos años de dedicación a esta pregunta, logró detectar cuál es la bacteria, y así se pueden generar intervenciones de salud pública que evitarán que en el futuro esta enfermedad tan dolorosa tenga mayor incidencia en el país. Este es un ejemplo de investigación que produce resultados concretos, que mejoran las condiciones de bienestar de la población colombiana en su conjunto.
En materia de innovación, hay ejemplo del que nos sentimos orgullosos y, de hecho, ya está generando exportaciones: cuando los estudiantes de odontología deben realizar los ejercicios de práctica en dentaduras, tradicionalmente acudían a los cementerios a buscar dientes para poder adquirir la maestría de su profesión. Claramente, por salud pública, por higiene y por respeto a quienes han fallecido, esto se prohibió en el país. Así que empezaron a utilizarse unos modelos traídos del exterior y que son supremamente costosos, lo cual impedía que muchos estudiantes avanzaran de manera rápida y segura en su conocimiento. Entonces, utilizando técnicas de ingeniería inversa y tecnologías 4.0, se desarrolló una alternativa en la universidad, gracias al concurso de los profesores de la Facultad de Odontología y egresados de otras profesiones, como ingeniería: se llaman Tipodontos y son unos dispositivos que permiten que los estudiantes practiquen, incluso simulando historias clínicas para hacer todo el tratamiento. Ha sido tal el éxito que hoy no solamente lo utilizamos nosotros, sino que ya hay otras universidades en América Latina que compran estos Tipodontos y estamos próximos a exportarlos a Estados Unidos.
Y el tercer ejemplo tiene que ver con metodologías de acompañamiento a condiciones de discapacidad. Este es el caso de una egresada que logró desarrollar una aplicación llamada Silabapp, para ayudar a personas que tienen dificultades en los procesos de aprendizaje de la lengua, problemas de dicción y de comprensión, detectando a través del audio el nivel de avance o dificultad que tenga el paciente, y en virtud de eso, con un motor de Inteligencia Artificial, le va sugiriendo los padres de familia, a los tutores o a los maestros, cuáles habilidades se deben desarrollar, para que esa condición se supere a la mayor velocidad posible.
Así que tenemos tres experiencias: una en términos de salud pública; una segunda en términos de innovación desde el modelo pedagógico, que ya está generando inclusive procesos de exportación; y una tercera en la que combinamos nuevas herramientas tecnológicas con una situación de dificultades de aprendizaje.
Foto: Universidad CES.
¿Qué centros de investigación e innovación están a la cabeza en la Universidad CES y cuáles son sus objetivos?
Al interior de la Universidad tenemos centros de investigación propios, como uno muy importante en Salud Mental, que se llama el CESISM; tenemos uno en conjunto con el Departamento de Estado de Estados Unidos, que es el ITTC, un centro para transferencia de tecnología en materia de drogodependencias; tenemos también, en asocio con la Gobernación de Antioquia, el Instituto Colombiano de Medicina Tropical, que cumplió ya 30 años trabajando los vectores de enfermedades tropicales, tanto en humanos como en animales; también tenemos un centro de ciencia para la industria farmacéutica –CECIF–, donde también se prestan servicios para la industria alimenticia. Y en conjunto con empresas tenemos otras iniciativas en alimentación para animales y durante muchos años hemos sido el soporte de la autoridad ambiental en el Valle de Aburrá en el Centro de Atención Valoración y Recuperación de Fauna Silvestre. Estos son solo algunos ejemplos.
¿De qué manera una universidad como la CES puede entregar beneficios a su comunidad por medio de alianzas con la empresa privada?
No concebimos la capacidad de hacer investigación e innovación si no es de la mano de la empresa privada u otros actores de gobierno, ya sean locales, nacionales o incluso internacionales. Incluso, preferimos cuando se pueden unir los tres: academia, empresa y gobierno. La investigación que puede hacer esta universidad toma una mayor dimensión cuando se hace en función de tres elementos: la atención de problemáticas socialmente relevantes; la unión de capacidades, conocimientos, recursos e infraestructuras entre estos tres actores; y la generación de vehículos para que ese conocimiento generado pueda llegar a la sociedad. Los aliados nos ayudan a identificar un problema socialmente relevante, en conjunto con el aliado ponemos recursos para llevar a cabo los procesos de investigación e innovación, y luego es el aliado el que desarrolla el vehículo para que esta innovación llegue a la sociedad.
¿Desde su conocimiento de la educación superior, qué carreras puede anticipar que serán las más demandadas en el futuro y cuál es la razón?
Creo que, más que nuevas carreras, posiblemente lo que veremos es una reconfiguración de las carreras actuales en cuanto a los niveles de formación y de las características que las conforman. Hay grandes oportunidades en el mundo, sin lugar a dudas, en la industria del cuidado, del bienestar y de la salud… y esto no es solamente medicina, sino además enfermería, tecnologías de soporte a la labor del médico, fisioterapia, nutrición, psicología, cuidados especializados para adulto mayor… Alrededor del bienestar y la salud hay todo un universo de carreras que se van a ir reconfigurando o especializando. Otros campos de actuación que podrían tener mucha relevancia a futuro son los programas de biología, de ecología, de química farmacéutica, de tecnología aplicada a la alimentación y al medio ambiente.
Actualmente está vigente el debate sobre el modelo ideal de educación superior para Colombia. ¿Cree usted que el modelo mixto actual es el mejor camino?
Definitivamente sí. Es muy importante que el país conozca y valore su sistema mixto de educación superior. Hoy hay grandes conversaciones en el país acerca de cuál es el sistema que requerimos, y creo que si hay algo que Colombia ha logrado construir en más de 400 años de existencia de la educación superior es que hemos coexistido de manera armónica, simbiótica y constructiva las instituciones oficiales y las no oficiales. Hoy hay una suerte de conversación pública en la que se dice que solamente las universidades que tienen el carácter de oficiales son las que el país requiere, y eso denota un desconocimiento por parte de quienes hacen tales afirmaciones de cómo opera el sistema de educación superior. Las instituciones de educación superior no oficiales no son empresas con ánimo de lucro. La Universidad CES, por ejemplo, es una fundación y todos los excedentes que genera en su operación se reinvierten, y por eso su propio crecimiento y desarrollo nunca ha requerido ayuda externa ni mucho menos de recursos del Estado. El país debe entender y valorar adecuadamente que es necesaria esta diversidad de instituciones de educación superior –unas de carácter regional, otras de nacionales, unas especializadas en áreas temáticas, unas que se consideran de acceso– y sería un grave error que por una lectura parcializada desconozcamos la riqueza que tenemos en el sistema.
¿Cómo es posible fomentar en los jóvenes colombianos el interés por continuar sus procesos de educación?
Hoy parece que existe una idea comúnmente aceptada, y es que no hay un retorno positivo de estudiar. Entonces, ¿para qué voy a estudiar si puedo ser ‘youtuber’? –simplemente por poner uno de los famosos ejemplos–. Claro, hay algunos ámbitos ocupacionales actuales para los cuales no se ha generado todavía una oferta académica que permita cualificarse, pero inclusive ya hay academias que enseñan a ser ‘youtuber’. Es decir, en la medida que van evolucionando las demandas sociales, el sistema educativo va formalizando los aprendizajes de esos pioneros y los va convirtiendo en herramientas que les recorta el tiempo a aquellas personas que tienen esa vocación. Pero lo que sí está claro es que, por ejemplo, para la prestación de un servicio de salud de alta complejidad, como puede ser una cirugía, claramente se necesita un proceso de formación, porque el conocimiento acumulado a lo largo de décadas es el fundamento para que quienes han de ejercer ese rol lo puedan hacer con los mayores niveles de responsabilidad y con los mayores niveles de seguridad. Así mismo para un abogado, un ingeniero, un arquitecto, un administrador de empresas, un comunicador social… Por eso, siempre la ecuación de valor ha sido positiva. Entonces creo que es importante que como sociedad entendamos que sí existe un valor en la educación superior y que es nuestra obligación garantizar que esa siga siendo la trayectoria para la mayoría de los jóvenes de nuestro país.