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Inteligencia artificial: ¿qué cambios promete para el sector legal?
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El uso de Inteligencia Artificial en el sector legal es un ejercicio que, acorde a la transformación digital global, es cada vez más frecuente. Sin embargo, como en cualquier debate, en contextos jurídicos es objeto de discusión por sus oportunidades, aplicaciones y lo que algunos consideran riesgos.
En febrero de 2023, la magistrada María Victoria Quiñones Triana sorprendió al país cuando, en el Tribunal Administrativo de Magdalena, realizó la primera audiencia judicial en el metaverso. La responsable del hecho, quien vive desde hace 16 años en Santa Marta, manifestó sentirse orgullosa por marcar un hito en el uso de tecnologías inmersivas dentro del sector legal.
Casi dos años después, la magistrada Quiñones sigue llamando la atención con su labor en la integración de tecnología al sistema judicial. Esta vez, por el uso de Inteligencia Artificial (IA). Con ayuda de Copilot for Teams, herramienta de IA de Microsoft, la jueza revoluciona las cualidades del derecho tradicional. Desde transcripciones hasta con el resumen de procedimientos y creación de actas, Quiñones, una apasionada por la innovación, demuestra las ventajas que trae su uso para el sector legal, sobre todo, para la optimización de procesos, reducción de costos y eficiencia de los tribunales y la justicia.
A propósito de este caso, en su reciente visita a Colombia, el CEO de Microsoft, Satya Nadella, destacó que esta próxima generación de IA está transformando la manera en que las organizaciones operan e innovan en todo el mundo, incluida Colombia. Además, enfatizó que es “fantástico ver de primera mano cómo las empresas y desarrolladores locales están utilizando herramientas de IA para construir el futuro de Colombia y el mundo”.
La transformación del sector legal
Aunque la llegada de la inteligencia artificial establece una nueva era para el sector legal, desde hace mucho tiempo en Colombia se viene hablando de la transformación digital del derecho. Así lo explica Jordan Rojas, docente y especialista en innovación legal, quien señala que este tema tomó fuerza con el auge del comercio electrónico y del internet en sus inicios. De hecho, destaca que desde 1999 existe en Colombia la Ley 527, con la que se reglamenta el acceso y uso de los mensajes de datos, del comercio electrónico y de las firmas digitales.
Cuenta que con la posterior llegada de las redes sociales surgieron desafíos para el sector, entre ellos, el de tener la voluntad de “aprovechar las tecnologías de la información como herramienta para actualizar los trámites de la justicia”. En ese sentido, la migración paulatina a escenarios digitales se convirtió en una práctica más frecuente para el sector, desde la realización de audiencias virtuales hasta con el uso de expedientes digitales y la radicación de demandas a través de internet. Estos usos, sin duda, tomaron fuerza durante la pandemia del Covid-19.
Es así que la tecnología llegó no solo para redefinir la labor de los abogados, sino también para impactar con fuerza en la rapidez de los procesos judiciales y la experiencia de las personas en el acceso a la justicia. Expertos incluso señalan que se trata de avances que están llevando al sistema legal a una nueva faceta atravesada por la transparencia, la inclusión digital y la agilidad, por ejemplo, en la reducción de plazos judiciales.
Los alcances de la IA
Frente al uso de la IA en el sector legal, Jordan Rojas es contundente en afirmar que los abogados deben conocer los alcances y límites de esta herramienta. Recuerda un caso del 2023: Robert Mata versus Avianca, donde el abogado de un hombre que demandó a la aerolínea por lesiones personales, utilizó ChatGPT para preparar su escrito. El chatbot proporcionó datos y casos falsos que fueron presentados ante el tribunal. Esto ocasionó que, en Estados Unidos, un juez sancionará uno de los primeros casos de “alucinaciones” de IA en la justicia.
Por casos de este tipo, incluso la Corte Constitucional en Colombia ha mostrado su postura ante el uso de herramientas de IA, las cuales pueden ser utilizadas en la gestión administrativa y documental como apoyo de las funciones y gestión judicial, bajo el respeto de los derechos fundamentales. No obstante, la Corte instó a que nunca podrá ser usada para reemplazar el razonamiento lógico y humano de cada juez.
El gran reto, según Rojas, es que “para nadie es un secreto que hay muchos abogados, jueces y magistrados que pueden estar utilizando IA en sus despachos sin mencionarlo. La verdadera reflexión es aprender a usar esta herramienta sin miedo, pero teniendo claras sus buenas prácticas bajo unos principios, lineamientos y, especialmente, con respeto de las garantías constitucionales”.
Una reflexión similar fue realizada por el autor británico Richard Susskind, reconocido especialista en el futuro de los servicios jurídicos y en tecnología aplicada al derecho. En septiembre, durante el III Observatorio de Derecho Digital IE-Ecija, afirmó: “La duda actual es si debemos competir contra la IA o ayudar a construirla. Sin embargo, la realidad es que las máquinas cada vez son más capaces de realizar las tareas que hasta ahora desempeñaban los profesionales. Por esta razón, los abogados deben abrazar la IA y transformar su manera de trabajar. Es necesario crear sistemas que reemplacen y realicen las funciones que antes cumplían los letrados”.
Sobre este debate, Rojas señala que los abogados junior en las firmas son cada vez más conscientes de que la IA debe convertirse en un aliado clave en sus funciones. Según él, el reto radica en que las universidades comiencen a formar abogados con pensamiento crítico y habilidades alineadas con 'este nuevo presente'. “El hecho de que lo hagamos asegurará que, cuando estos abogados jóvenes ingresen al mercado laboral, lo hagan sin temor a usar la tecnología”, subraya.
Resalta que el impacto de la IA en la empleabilidad se refleja en que estos abogados junior ya no serán requeridos para las funciones que antes solían hacer en las firmas. Por ejemplo, las respuestas a derechos de petición o la realización de documentos administrativos o de líneas jurisprudenciales pueden realizarse de forma más ágil con apoyo de herramientas de inteligencia artificial generativa de textos.
“El panorama está cambiando, se están usando herramientas para hacerlo más ágil y eso es algo muy bueno. Lo veo con buenos ojos porque al final del día los abogados nos formamos para ser críticos y para pensar”, concluye Rojas.