RAP-E: una década impulsando la descentralización y sostenibilidad regional
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La RAP-E Región Central impulsa la integración de Boyacá, Cundinamarca, Huila, Meta, Tolima y Bogotá D.C., para enfrentar desafíos comunes y promover el desarrollo sostenible. Desde su creación ha coordinado proyectos estratégicos en infraestructura, sustentabilidad, gobernanza, seguridad alimentaria y turismo, beneficiando a más de 16 millones de habitantes.
La Constitución de 1991 trazó el camino para un viejo anhelo de los territorios: la formalización de regiones como entidades territoriales, uniendo departamentos con objetivos comunes. En efecto, fue a través de la carta magna que se vislumbraron a las Regiones Administrativas y de Planificación, como la etapa preliminar de ese sueño, y aunque pasaron muchos años desde aquel entonces, a partir de 2014 la Región Administrativa y de Planeación Especial (RAP-E Región Central) se convirtió en la entidad pionera para impulsar y coordinar planes de desarrollo económico, social y ambiental entre territorios hermanos como lo son Bogotá, Boyacá, Cundinamarca, Huila, Meta y Tolima.
Por eso, para Ricardo Agudelo Sedano, gerente de la RAP-E Región Central, estos 10 años de la entidad han significado un impulso hacia la descentralización, y han ido quebrando los límites jurídico-administrativos al integrar una planificación regional basada en cuencas hidrográficas y recursos naturales.
Según Agudelo, la Entidad ha sido un catalizador de unidad entre estos territorios, bajo una visión colectivamente construida, en la que todos los mandatarios, tanto de los gobiernos departamentales como Distrital, participan en igualdad de condiciones. “Esto ha permitido un diálogo sincero y una cooperación que trasciende las fronteras administrativas, enfocándose en enfrentar desafíos de desarrollo y convergencia territorial de manera conjunta y efectiva. Además, ha establecido un modelo de gobernanza regional reconocido a nivel nacional y ha inspirado la creación de otras Regiones Administrativas de Planificación en el país, fortaleciendo proyectos en áreas como seguridad alimentaria y manejo de recursos hídricos”, sostuvo.
Ejemplo de cooperación
Una muestra de esta colaboración es el Plan de Abastecimiento Alimentario de la Región Central, que busca consolidar un sistema de abastecimiento de alimentos eficiente, sostenible y saludable, pero que, además, acerca al mediano y pequeño productor con la demanda. Cabe resaltar que, Bogotá depende en un 84 % de los departamentos asociados a la RAP-E para abastecerse. La ciudad capital produce 6.400 toneladas de alimentos al año, pero consume 7.500 toneladas diarias.
Además, la RAP-E ha desarrollado herramientas para fortalecer el abastecimiento alimentario y el bienestar de los 750 mil campesinos y campesinas del centro del país, promoviendo la identidad de las zonas productoras y optimizando los sistemas logísticos para reducir pérdidas y desperdicios de alimentos, cifra que supera el 30 % de su producción en la región.
Asimismo, la entidad ha logrado avances importantes en la gestión del agua y la sostenibilidad, con el Plan de Seguridad Hídrica de la Región Central que alinea agendas interinstitucionales para mitigar el riesgo de desabastecimiento de agua en el centro del país, relacionado con la conservación de los 18 páramos y 78 subzonas hidrográficas.
“En cuanto al turismo, hemos identificado un símbolo común que ha sido un gran impulsor para el turismo y el deporte en la región. Nuestro programa ‘BiciRegión’ une a nuestros territorios asociados en dos ruedas, dinamizando la economía regional y capacitando a las comunidades locales para que se conviertan en operadores turísticos en las zonas rurales”, precisa el gerente de la RAP-E Región Central.
Apuestas que trascienden límites geográficos
Corredor de Páramos: proyecto aprobado por el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible, a través del Fondo para la Vida y la Biodiversidad, por más de 90.000 millones de pesos que se centra en el ordenamiento territorial alrededor del agua y la adaptación climática en los paisajes naturales y de alta montaña de Chingaza, Sumapaz, Guerrero y Guacheneque. Este será también un trabajo articulado con la Gobernación de Cundinamarca y Conservación Internacional.
Paisajes Productivos Sostenibles: se centra en mejorar la vida de los pequeños y medianos productores y pobladores rurales de la Región Central, gracias a la financiación de la Agencia Italiana de Cooperación para el Desarrollo que asciende a 3,9 millones de euros y que se ejecutará en tres años.
Cambio Verde: impulsa la economía circular y la sostenibilidad mediante el trueque de residuos reciclables por alimentos producidos por pequeños agricultores. Este proyecto combate las pérdidas y desperdicios de alimentos, que en la Región Central alcanzan una cifra de 3.8 millones toneladas al año, (según datos del DNP, 2015), y fortalece los mercados campesinos organizados en colaboración con entes territoriales y organizaciones sociales, eliminando intermediarios que pueden llegar a ser hasta ocho.
BiciRegión: más que una iniciativa turística es un compromiso con la protección de los ecosistemas. Con 827 kilómetros de rutas demarcadas bajo estándares internacionales, no solo impulsa la movilidad sostenible, sino que también conecta a los usuarios con las zonas rurales, promoviendo el turismo de naturaleza y aventura. Al recorrerlas, los ciclistas descubren paisajes rurales, avistan fauna y flora, disfrutan de la gastronomía y costumbres de cada territorio, generando un circuito económico que beneficia directamente a las comunidades rurales.
La Ruta Trasandina: este proyecto unirá a los seis territorios asociados a la Región Central en un recorrido de aproximadamente 1.618 kilómetros, desde el Lago de Tota en Boyacá hasta el Parque Arqueológico de San Agustín en el Huila. Esta ruta, que atravesará 77 municipios, es un símbolo de la identidad regional y ofrece innumerables atractivos turísticos.
De acuerdo con Agudelo, el impacto de estos proyectos en la calidad de vida de la Región Central es notable. “Nos enfocamos en necesidades a largo plazo, como la gestión del agua y la seguridad alimentaria. Estamos anticipando problemas futuros, invirtiendo en soluciones y apoyando a los campesinos con compras directas, promoviendo los circuitos cortos de comercialización, que mejoran los ingresos de los productores y también ayudan a la adaptación al cambio climático”.
A futuro, explica que buscan y trabajan para que la región se convierta en un modelo de equidad y cohesión, integrando lo urbano y rural y, creando una identidad colectiva. “La RAP-E juega un papel clave en mejorar las condiciones de vida y el desarrollo regional”, concluyó.
Contenido elaborado con apoyo de la RAP-E Región Central.