'90, 60, 90': su majestad la belleza
12 Septiembre 2023

'90, 60, 90': su majestad la belleza

Las mujeres somos esclavas de la belleza, y existen miles de razones históricas que nos han hecho heredar esa vocecita interior que nos maltrata noche y día. '90 60 90', obra que dirge Marcela Salive, es una comedia que pone a pensar, y mucho, sobre el tema.

Por: Freelancers

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Por Maria Clara Salive

En el medioevo lo relacionado con el cuerpo era impúdico o pecaminoso, por eso martirizábamos el cuerpo para sublimar el espíritu, algo que aún hacemos, ocultas en los gimnasios y los centros de estética. En el Renacimiento el símbolo de la belleza se vuelve el cuerpo de la mujer, lo que desde entonces se asocia con placer y lujo; atributos con que hoy se venden productos por millones de dólares. Esta relación entre poder y belleza hace que las mujeres, según Lipovesky, aún nos valoremos por ser hermosas y entrar en los cánones numéricos de una cultura de tallas, medidas y contar calorías.

Como lo señalan Eva Illouz y Dana Kaplan, la sensualidad y la deseabilidad son rentables para muchos sectores de la economía. No solo nuestro cuerpo vende sino que consume cada vez más para estar acorde con lo que se nos exige.

En la lucha por estar bellas hoy, no basta, como en el siglo XIX, aparecer ataviadas de ricos ropajes, apretarse dentro de un corsé y esperar que los más de 30 metros de tela que podía llegar a tener un traje tipo polisón, mostraran el estatus de un padre o un esposo adinerado. Desde los años treinta y más desde el New Look de Cristian Dior en los años cincuenta, las revistas comenzaron a llenarse de programas de ejercicios para que las mujeres se mantuvieran en forma. El éxito de un hogar feliz o de conseguir marido y completar el proyecto de familia se completaba con mantener una casa ordenada y limpia y un cuerpo bien formado. En la medida en que el vestido de baño y luego el bikini se ponen de moda en los años sesenta, le exigen más a la figura femenina un cuerpo tonificado y delgado, modelo que desde entonces dispara las enfermedades físicas y psiquiátricas.
Hoy el recurso que favorece lo que la naturaleza nos negó, son miles de cirugías a la orden de variados presupuestos, pero que conllevan, como todo quirófano, a un riesgo mayor que ser fea, la muerte.

El éxito de un hogar feliz o de conseguir marido y completar el proyecto de familia se completaba con mantener una casa ordenada y limpia y un cuerpo bien formado. En la medida en que el vestido de baño y luego el bikini se ponen de moda en los años sesenta, le exigen más a la figura femenina un cuerpo tonificado y delgado.

Esto es precisamente el tema de la obra 60, 90, 60, dirigida por Marcela Salive Puyana. En esta comedia, mediante seis monólogos se pone en evidencia el sufrimiento de las mujeres y lo ridículo de sus prácticas, invitando a reflexionar sobre el universo femenino.
El humor negro es aquí la forma de comunicar que eso que parecería una banalidad se convierte en el eje de sus existencias, Las prácticas de belleza, como único recurso para tomar el control de sus vidas desbordadas. Ir al gimnasio, una práctica asociada con la concepción cuerpo máquina de Descartes, dejar de comer, heredada del ayuno de tipo espiritual o las cirugías alimentadas por la idea del martirio.

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Así, una adicta al trabajo, una reina de pueblo, una mujer abandonada y una adolescente gorda, tratan de hablar para hacer evidente lo absurdo, lo inexplicable: ¿Cómo es que todes sufrimos tanto, nos comparamos con los otros o quisiéramos reparar el cuerpo como quien arregla un celular, incluso, a veces, hasta quisiéramos ser otros o volver a nacer?
El epílogo sustenta una muy poderosa reflexión, pues introduce la voz de una indígena para mostrar su relación sagrada con el cuerpo y la idea de que este está integrado a la naturaleza. Con esta última perspectiva, se pone sobre la mesa que somos un cuerpo, este no es una extensión diferenciada de un todo, y fue la cultura la que nos fue imponiendo a las mujeres y ahora a los hombres, el yugo de transformarlo a costa de lo que sea.
Reírse o llorar con el tema sugiere cuestionarse, hacer una crítica constante de esa complicidad con la cultura que nos vuelve victimas de nuestros propios pensamientos.

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Del 15 de septiembre al 15 de octubre

Miércoles a sábado, ocho de la noche

 

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