
'Akababuru', un cortometraje embera que participa en la Berlinale
Irati Dojura Landa Yagari (centro), directora del cortometraje 'Akababuru'.
Crédito: Antonio Castello
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Una de las películas colombianas que participa en el Festival de Cine de Berlín (Berlinale) es 'Akababuru', corto colombiano que participa en la sección Generación KPlus. Su directora es Irati Dojura Landa Yagari, de la nación embera del suroeste de Antioquia. La película recibió una mención especial del jurado de esa categoría.
Por: Juan Carlos Lemus

Akababuru es una expresión emberá que significa algo así como sorprenderse. Expresa asombro o sorpresa. Este es el tíitulo del cortometraje que dirigió Irati Dojura Landa Yagari, de la nación indígena embera, y que participa en la Berlinale, en la sección Generación KPlus y que ganó una mencios especial del jurado de esa categoría. Trata sobre la mutación que han sufrido las mujeres a través de la historia, al no poder expresar sus sentimientos abiertamente ya que, sean buenos o malos, suelen ser catalogadas como locas. “Aquí vemos la alegría como un sentimiento que no puede expresarse libremente, ya que las mujeres que ríen son castigadas. Esto ocurre en una comunidad emberá, pero se repite en otras culturas”, dice la directora. CAMBIO habló con ella en Berlín acerca de su película.
CAMBIO: ¿Cómo llegó a ser cineasta y cómo llegó a la Berlinale?
Irati Dojura Landa Yagari: Los relatos mitológicos de diferentes culturas suelen seguir patrones similares, y eso me motivó a ser cineasta. Estudié Comunicación Audiovisual y Multimedial en la Universidad de Antioquia. Este corto es mi proyecto de grado. Soy originaria de Karmatarrua, un territorio indígena en el suroeste de Antioquia. A los 17 años me fui a estudiar a la universidad. Llegué a Berlín por convocatoria. Nos arriesgamos, conseguimos los recursos y lo enviamos con mucha ilusión, pero también con incertidumbre. Ha sido una noticia que nos ha sacudido.
CAMBIO: ¿Por qué quiso contar esta historia de su mitología?
H.D.L.Y.: Al final de mi carrera quería retarme a dirigir algo propio. Kiraparamía me llegó como un recuerdo de infancia. A los 7 u 8 años vi una obra de teatro en mi territorio sobre ella.
CAMBIO: ¿Qué es Kiraparamía?
H.D.L.Y.: Kiraparamía es una guardiana de la naturaleza, pero en la obra se la mostraba como una mujer castigada por reírse de su marido. Investigando, encontré varias interpretaciones de su historia, y decidí darle una nueva versión. Es una figura mitológica. En la obra de teatro era una mujer que lloraba detrás de su marido y se transformaba en algo monstruoso. Mi madre me explicó que era castigada por los dioses por reírse.
CAMBIO: ¿Qué versiones la impactaron más?
H.D.L.Y.: En mi investigación entrevisté a mayores de mi territorio y encontré diversas interpretaciones. Algunos la veían como una figura lastimosa, otros como una mujer rapada y monstruosa. Una médica tradicional me dijo que era una guardiana de la naturaleza y esa fue la versión que más me inspiró. Mi madre también estudió en la Universidad de Antioquia y en su tesis tocó el tema de Kiraparamía. Usé su versión, pero la debatí en mi propia tesis. Fue divertido llevarle la contraria a mi mamá. También encontré un libro sobre mitología emberá del Chocó donde se habla de una mujer sin cabeza, que era Kiraparamía. Esa descripción me pareció muy dolorosa.
CAMBIO: En el corto vemos una recontextualización de esa maldición, donde la alegría es una forma de revancha. Me gustó mucho cómo diferenció los mundos mágicos y reales con animación y actores naturales. ¿Por qué decidió hacerlo así?
H.D.L.Y.: Mi metodología fue dibujar, algo que he hecho desde pequeña. Como nuestra tradición es oral, no tenía una imagen clara de Kiraparamía, así que la dibujé hermosa y verde. Empecé a crear los personajes y escenarios, y cuando los vi ya visualizados llegué a las letras y la palabra. La animación fue una forma de destacar lo mágico. Solo hay un fragmento animado de tres minutos, y el resto es acción en vivo.
CAMBIO: ¿Cómo fue la premier en la Berlinale?
H.D.L.Y.: Fue emocionante. El corto está en una categoría infantil, y el 80 por ciento de la sala estaba llena de niños. Les gustó mucho la animación. La actriz protagonista también estuvo con nosotros. Los niños hicieron preguntas profundas. Uno me preguntó si la protagonista les contó a sus amigas lo que le pasó con el hombre en el camino. Mi mensaje fue que espero que ellos también cuenten sus experiencias.
CAMBIO: ¿Cómo ha sido la experiencia en Berlín?
H.D.L.Y.: Maravillosa. Lo vemos con ojos de turistas. Probamos la nieve, hicimos un muñeco y nos tiramos en ella. La ciudad es gris, pero la gente es cálida. Estoy muy agradecida y acompañada por mi equipo. Hemos llorado y reído juntos.
CAMBIO: ¿A partir de ahora qué quiere hacer usted con el corto?
H.D.L.Y.: Mi prioridad es que el corto recorra territorios indígenas y llegue a las infancias y mujeres. Quiero replantear relatos mitológicos desde la equidad.
CAMBIO: ¿Ya tienen distribución?
H.D.L.Y.: Estamos en conversaciones. Este es mi primer corto, y todo es muy novedoso. Tengo los pies en la tierra y la cabeza en otro proyecto.
CAMBIO: ¿Corto o largo?
H.D.L.Y.: Un cortometraje. Quiero expandir el universo animado con stop motion y seguir hablando de mujeres. Próximamente, iré al Festival de Animación de Annecy, en Francia, para presentar un nuevo proyecto.
