Alexis Quevedo, el difícil arte de afinar un piano
19 Enero 2025 03:01 am

Alexis Quevedo, el difícil arte de afinar un piano

Alexis Quevedo.

Crédito: Clau Montaño

Esta es la historia de Alexis Quevedo, un afinador de pianos que considera su oficio como el arte de estar en armonía. Ha trabajado durante 10 años con el Cartagena Festival de Música y junto a personalidades como Elton John.

Por: Jesús Bovea

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Provisto de la virtud que le concede la disciplina, herencia que ineludiblemente tomó de su padre, Alexis Quevedo lleva 38 años dedicado al oficio de afinar pianos que. sin pretensión alguna de declararse superior, lo considera como el arte de la armonía y la pasión.

A pesar de haber crecido rodeado por la música, nunca sintió presión alguna para dedicarse a ella. Ni los instrumentos y mucho menos la voz le parecían lo suficientemente atractivos como para considerarlos, tanto así que, entre tropiezos y evasivas, duró 19 años solo viéndolos de lejos, o por lo menos eso aparentaba.

Sin embargo, bastaría solamente un empujón del destino para que los Quevedo ajustaran las teclas necesarias que los llevarían a construirse entre pedales, cuerdas, bastidores y tablas armónicas.

Encontrado por la música

El mundo de los pianos llegó a mi casa mucho antes que yo. De hecho, la música siempre fue el oficio al que se dedicó mi padre, Guillermo Quevedo, quien en ese momento trabajaba en sociedad. Él se dedicaba a los pianos y su socio a la luthería, hasta que un día decidieron separarse”, dice.

Si bien Alexis no tiene mucho detalle de qué fue lo que pasó entre ellos, sí recuerda con exactitud que vio ese momento como la oportunidad para salir de la crisis y apostarle también a explorar cosas nuevas. “Para entonces yo tenía 19 años. Sí había visto todo lo que hacía mi padre, pero desconocía los detalles. Sin embargo, mi respuesta fue casi que inmediata. Le dije: 'Hagámoslo juntos’, y creo que ese era el impulso que él necesitaba para volver a salir a flote”, recuerda.

Una vez dio el paso el paso, apareció la oportunidad. Padre e hijo se encontraron con Oskar Binder, quien les abrió las puertas con el mercado alemán de la época y comenzaron a trabajar. Las tareas de Alexis fueron las mismas durante 10 años, solamente encargarse del mantenimiento y conocer las partes del piano. “Durante todo ese tiempo ejercité mi paciencia. Observaba con mucha atención todo lo que sucedía y comencé a aprender de vista. Aunque siempre hubo algo que me parecía más atractivo, que era ver a mi padre afinar pianos”.

Quevedo

Ajustar las teclas

Creo que lo primero que afiné fue el oído. Aprendí a identificar cómo debía y cómo no debía sonar el piano, y poco a poco mi padre me fue dando participación, hasta que me encontré solo frente a mi primer piano en un festival”. Guillermo Quevedo fue el afinador de los pianos en el Cartagena Festival de Música, y luego él llegó para sucederlo desde hace 10 versiones. Tiempo suficiente como para detallar lo más complejo de su oficio. “A pesar de que estudié cerca de un año para tocar piano frente al público, descubrí que lo mío era estar detrás. De hecho, hay pianistas que son muy exigentes, que insisten incluso en la altura de la silla o la tensión de los pedales. Sin embargo, la clave está en la armonía”, explica.

Para Alexis, la relación más íntima se da entre el afinador y el piano. Lo dice porque es necesario estar en calma permanente y ser muy meticuloso, pero sobre todo poseer una atención especial a los detalles para que el sonido sea perfecto. “Así como en la vida, la clave es estar en calma para que las demás cosas también fluyan. Durante estas 10 versiones del Cartagena Festival de Música ha sido un reto constante que se supera a diario”.

Dentro del recorrido de Alexis también se cuentan el Festival de Música de Ibagué y los de música sacra en el país. También ha brindado sus servicios a universidades como Los Andes, la Nacional y la Javeriana. Aunque si se habla de personalidades, su lista incluye a músicos que van desde Andrés Cepeda hasta el icónico Elton John, a quienes él ha tenido el placer de afinarles el piano antes de salir a escena.

Quevedo ve el futuro de la música clásica con mucha esperanza y, aunque no hay muchos en su oficio, siempre es optimista en decir que la consciencia de lo estético prevalece.

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