Beatriz González retrata la aflicción de las víctimas las masacres con sus contra-figuras

En la galería Casas Riegner se exhibe Contra-figuras, una exposición con obras recientes de la pintora, historiadora e investigadora Beatriz González. La muestra la componen pinturas, dibujos y un papel de colgadura en las que en varias de ellas utiliza la contrasilueta (una figura de un solo color con un límite indefinido o impreciso) para representar de una manera difusa y a la vez impactante la tristeza y la desesperanza de las víctimas de las masacres. Estas imágenes sin bordes precisos ni detalles de sus facciones retratan la sensación de impotencia que genera saber que es casi imposible conocer la verdad de la gran tragedia que ha padecido Colombia.

En Contra-figuras Beatriz González sigue explorando un camino que ha seguido en los últimos tiempos, utilizar figuras de una gran sencillez que le han permitido trabajar con diferentes paletas de colores. Podría decirse que el tema de la violencia y las víctimas ha acaparado su obra desde 1985, cuando el horror de la toma y la contratoma del Palacio de Justicia le indicó que la tragedia que vivía el país ya no aguantaba más el sarcasmo, el humor y la ironía que había caracterizado gran parte de su obra anterior.

Contra-figuras puede verse como una continuación de Auras anónimas (2007-2009), una monumental instalación que realizó en los columbarios del Cementerio Central de Bogotá, al lado del Centro de Memoria, Paz y reconciliación y Bruma (2022), que exhibió el año pasado en Fragmentos, Espacio de Arte y Memoria, en el centro histórico de la ciudad. La gran mayoría de las piezas que componen esta exposición se basan en fotografías que publicó el periódico Hoy Diario del Magdalena.

Trabajar con base en imágenes que encuentra ha sido una constante en su obra desde que estudió Bellas Artes en la Universidad de los Andes. Obras maestras del arte universal como La encajera de Vermeer. La rendición de Breda de Velásquez, El almuerzo en la hierba de Manet y el Guernika de Picasso, por citar algunas; estampas populares religiosas y falsamente mitológicas como las que recientemente se publicaron en el libro Naturaleza casi muerta, y, muy importantes en su carrera, fotografías que ella ha tomado de revistas y periódicos. Los Suicidas del Sisga, cuadro con el que ganó el Salón Nacional de Artistas de 1965 (del que hizo tres versiones) y que es una obra capital del arte colombiano del siglo XX, marcó de manera definitiva la búsqueda de temas en los periódicos y en las imágenes populares, así como en reproducciones defectuosas de obras del arte universal.

En Contra-figuras predominan esas siluetas indefinidas que yacen en la tierra, lloran a sus muertos, entierran a sus amigos, pero también se exhiben algunos pocos dibujos en los que los rostros sí tienen facciones. Las técnicas que utiliza son variadas: oleo sobre lienzo, papel o cartón, así como sanguina y carboncillo, o combinaciones de dos o las tres técnicas. Mañana sábado a las once de la mañana se lanzará el catálogo de esta exposición.

Contra-figuras

Beatriz González

Galería Casas Riegner
Calle 70A No. 7- 41, Bogotá.