Bogoshorts: Bogotá se viste de cortos
1 Diciembre 2024 03:12 am

Bogoshorts: Bogotá se viste de cortos

Bogoshorts es un festival dedicado a los cortometrajes con agenda de actividades muy variada. Más de 400 cortos en exhibición, talleres, la 'Imaginatón' y exposiciones. Este festival reunirá en Bogotá entre el 3 y el 10 de diciembre a los interesados en un formato audiovisual que está en auge.

Por: Eduardo Arias

Entre aquí para recibir nuestras últimas noticias en su WhatsAppEntre aquí para recibir nuestras últimas noticias en su WhatsApp

El próximo martes 3 de diciembre arranca la edición 22 de Bogoshorts - Bogotá Short Film Festival / Festival de Cortos de Bogotá, que se extenderá hasta el 10 de diciembre en más de 15 escenarios de la ciudad, con la presentación cerca de 400 cortos. Además, el festival ofrece una gran cantidad de actividades que usted puede explorar aquí.

Jaime E. Manrique, fundador y director del festival, es también el director creativo de Laboratorios Black Velvet, que es la empresa que está detrás de Bogoshorts. Él señala que el cortometraje es la base de la existencia del cine. “Una cinematografía sin cortos no puede existir. Es tan caro hacer cine que se requiere de un formato que tenga un impacto económico menor para poder desarrollarlo desde el lenguaje, desde la libertad, desde la mirada autoral, desde muchos ángulos”.

No se ve desde acá
Cortometraje 'No se ve vdesde acá', de Enrique Pedraza Botero.

De la programación de esta fiesta del cortometraje de este año él destaca la Noche Frankenstein, que desde hace ocho años realizan en el teatro La Media Torta para cerca de 2.000 personas. Es un evento que combina la proyección de cortos de terror y suspenso con una banda de rock. Este año celebran los 70 años de Godzilla y se llevará a cabo el 7 de diciembre, la Noche de las Velitas.

Otro es Bogoshorts Degusta, donde invitan a que la gente se coma los cortos porque una serie de chefs convierten los cortos en pasabocas y a medida que los van viendo se los van comiendo. Habrá exposiciones sobre diseño gráfico y fotografía. Y también se celebrará Imaginaton, que es la maratón de realización audiovisual del festival. “Bogoshorts no es un festival solamente para ir a ver sino también para ir a hacer. La gente se inscribe para contar una historia de un minuto con cualquier tipo de dispositivo que grabe imágenes en movimiento y tenemos 15 millones de pesos en premios”. Las inscripciones se cierran el cuatro de diciembre y pueden participar tanto profesionales como aficionados

Bogoshort tuvo un nacimiento muy particular. No nació como un festival sino como una respuesta a la necesidad de mostrar una gran cantidad de cortometrajes colombianos que se represaban sin que hubiera cómo ni dónde exhibirlos. Había muy pocos festivales. Entonces, como recuerda Manrique, “surgió la oportunidad de empezar a mostrar cortos en un bar llamado In Vitro, en la calle 59 con Séptima, un bar donde confluía mucha gente de la cultura y el audiovisual. Nació para establecer un diálogo entre la audiencia y los cortos. Luego se volvía fiesta. La primera razón no fueron alfombras rojas ni elementos de industria ni necesidades curatoriales egocéntricas sino establecer un diálogo con el público”.

El bar, ubicado en el segundo piso de un edificio con grandes ventanales sobre la bulliciosa carrera Séptima, tenía el público y aunque no era el espacio ideal para proyectar películas, fue la primera sede del festival en sus primeros cinco años, en los que se llamó In Vitro Visual. En los siguientes cinco, Festival Internacional In Vitro visual y al cumplir diez pasó a ser el Bogotá Short Film Festival.

En esa suma de circunstancias en que se originó y desarrolló en sus inicios en festival fue de gran importancia que en 2003 se firmó la Ley de Cine y eso elevó en gran medida el nivel de cine colombiano. “Mientras que en Colombia se estaban haciendo entre dos y tres películas estrenadas en salas en 2001 y 2002, el año pasado tuvimos cerca de 80 largometrajes estrenados. Es decir, Bogoshorts ha acompañado un cambio radical en la cinematografía colombiana y eso mismo ha hecho que sea un festival en crecimiento. Es un festival que pasó de ser una muestra de amigos en un bar a un festival primero nacional y luego internacional”, dice Manrique.

Puppet
Cortometraje 'Candy puppet', de Angela Lorena Statnik.

Pero Bogoshorts no se quedó en su papel de plataforma de exhibición. Con la creación del Bogoshorts Film Market (BFM), el único mercado dedicado al cortometraje en América Latina, ha ido adaptándose al crecimiento no sólo del cine colombiano sino del audiovisual en el mundo y del impacto del cine latinoamericano sobre los mercados internacionales.

Con respecto al desarrollo del festival, Manrique considera que lo más importante ha sido establecer una conexión con públicos reales en Bogotá y Colombia. En la última edición tuvo 45.000 espectadores. Señala que el festival ha construido una comunidad a lo largo de mucho tiempo. “Pero no solamente eso. Uno de los problemas de los festivales en el mundo es que se prenden y se apagan en un punto del año. Uno no vuelve a escuchar de Berlín sino cuando faltan dos meses. Bogoshorts está vivo todo el año porque tenemos el Movimiento Bogoshorts, que nos permite llegar a nuevas audiencias todas las semanas en universidades, en regiones, en otros países. De una u otra forma hace que el festival en su desarrollo haya logrado construir una comunidad sólida”.

Otro aspecto importante de Bogoshorts es que ha establecido una relación con los actores internacionales que movilizan el cine. “Bogoshorts en este momento tiene alianzas con más de 35 instituciones, festivales y organizaciones relacionadas con el cine. Se ha vuelto un nodo de una red de trabajo en torno a la fuerza del cortometraje”.

El festival es un evento que le toma el pulso a lo que ocurre en el cine mundial. “Si uno ve las diferentes secciones en competencia se da cuenta de las fuerzas. Por ejemplo, del corto de los latinos hechos en los Estados Unidos, de los procesos de inmigración o de las reflexiones de los creadores en torno a la diversidad sexual. Sin embargo, el tema va más allá. Este año hay una sección dedicada solamente a Palestina, que busca mostrar desde la perspectiva amplia que puede dar el cine cuál es el impacto de la guerra. Para ello el festival les da la voz a los realizadores que desde allá tratan de contar sus historias. En esta edición también le han abierto un espacio al humor con la presencia de un festival de cine del País Vasco en Arrigorriaga que lleva 22 años entendiendo qué le pasa al humor desde el cortometraje", señala Manrique.

Los cambios tecnológicos han democratizado las herramientas a través de las cuales se puede producir cine. Pero también ha permitido un mayor acceso a la información.

Otra labor que cada vez cobra mayor importancia en Bogoshorts es la dimensión pedagógica, con laboratorios de formación intensiva teórica y práctica, llamados WorkShorts que estarán orientados en cuatro líneas creación: Herramientas de Inteligencia Artificial, distribución de animación, adaptación literaria del cuento al guion de corto y crítica cinematográfica desde el corto. “Tenemos una edición que dialoga con coherencia con la actualidad y que además ofrece no solamente entretenimiento, sino formas de reflexión profunda sobre el mundo”.

Sobre la evolución del cortometraje en Colombia en los 22 años que lleva Bogoshorts, Manrique considera que este siempre ha existido en Colombia.Tenemos una historia muy valiosa del cortometraje en nuestro país. Hemos hecho revisiones continuas de esa historia en Bogoshorts. Desde el grupo de Cali hasta autores en particular con los que hemos querido establecer un diálogo”. Él considera que la gran diferencia entre el pasado y estos tiempos es la capacidad de autogestión. En los tiempos del celuloide dependía casi totalmente de los apoyos estatales.

La parte más profesional todavía depende de esos apoyos pero muchos realizadores han aprovechado las nuevas tecnologías, que han abaratado mucho los costos para los productores emergentes. Esto ha expandido la cantidad de material que se produce. Manrique recuerda que al nacer Bogoshorts recibieron alrededor de 50 cortos realizados en Colombia. En esta edición se realizaban en Colombia alrededor de 50 cortos al año. En la última edición les llegaron más de 500, ya sea con producción colombiana o de colombianos que trabajan en otros países. “Eso habla de que el cine está más vivo que nunca en esa necesidad de creación. También han cambiado las preguntas. Tenemos cada vez unas generaciones más conscientes sobre los problemas de la sociedad. No solamente el ombliguismo del deseo de contar mi propia historia sino también de establecer un diálogo con otras audiencias y con otros problemas”. Y cuando aumenta la cantidad, la probabilidad de que aparezcan piezas de gran calidad también crece, así como la diversidad. “El cine colombiano no es algo que uno pueda enmarcar dentro de tres o cuatro géneros, palabras o tipos de historias. Eso es maravilloso porque eso revela la diversidad de un cine potencial para el futuro viniendo desde Colombia”.

"Los cortos cada vez van a tener más incidencia en las audiencias y en su forma de acceder al mundo audiovisual porque llevamos las pantallas en los bolsillos, porque tenemos un laptop, un computador de escritorio, un televisor o eventualmente un Smart watch y nos gusta ver el contenido donde cada uno decida": Jaime E. Manrique.

Los cambios tecnológicos han democratizado las herramientas a través de las cuales se puede producir cine. Pero también ha permitido un mayor acceso a la información. “Hace 20 o 30 años cuando queríamos formarnos para entender el cine del mundo y la historia del cine había que esperar un ciclo de Hitchcock en la Cinemateca o había que buscar algún amigo que le moviera una película en ese momento”: Hoy en día cualquier película de cine de autor está en alguna de las plataformas o en internet y, como señala Manrique, “el acceso a la información es el acceso a la formación, y eso también eleva los niveles de calidad y de pensamiento de los realizadores”. La tecnología ha permitido un mayor consumo, así no sea el consumo clásico en el teatro. Además han nacido muchos festivales que permiten una circulación alternativa de los contenidos.

Beautiful
Cortometraje 'Beautiful men', de Nicolás Keppens.

La tecnología también permite encontrar maneras alternativas para recibir dinero a cambio de su trabajo.La gente sigue pensando en monetizar el cine única y exclusivamente en las salas y hay muchos otros caminos. El corto debería explorar esos caminos. No se trata de poner los cortos en YouTube sino de encontrar mecanismos donde la gente pueda pagar por una oferta o también diseñar experiencias especiales. Nosotros logramos hacer sobrevivir un evento que cada vez crece más porque hemos encontrado también, desde el Bogoshorts Film Agency como distribuidora, que los cortos tienen un potencial gigantesco para tocar temas de la educación, del crecimiento, de los cambios sociales, de múltiples temas que se necesita abordar en las universidades y eso ha construido otros caminos de distribución, entonces yo creo que los cambios tecnológicos son esencialmente oportunidades”.

Por ese motivo Manrique es optimista cuando piensa en el futuro del cine. “Los cortos cada vez van a tener más incidencia en las audiencias y en su forma de acceder al mundo audiovisual porque llevamos las pantallas en los bolsillos, porque tenemos un laptop, un computador de escritorio, un televisor o eventualmente un Smart watch y nos gusta ver el contenido donde cada uno decida. El futuro del cine es la no imposición desde otros escenarios de poder económico que nos dicen: 'tienes que ir a las 3 de la tarde a la sala de cine’ y desplazarte hasta tal lugar para poder ver una película. Ahora las decisiones están en nuestras manos”:

A esto se suma la explosión de contenidos cortos que se adaptan a los nuevos hábitos de consumo audiovisual. “El mundo del corto está viviendo uno de sus mejores momentos. Yo suelo hablar de las industrias del cortometraje. Está el cortometraje cinematográfico, el periodístico, los videoclips, las intros de los videojuegos, los pequeños vídeos informativos o de bailes de mala calidad en vertical en TikTok son cortometrajes. Yo no lo veo como un futuro oscuro. El cine es muchísimo más que ir a una sala a estar con un público. Es un lenguaje que va a entrar en una relación más profunda de contenidos personalizados. Ahí tenemos unas oportunidades de conectar con herramientas como la inteligencia artificial, con la visión en 360 grados, con la altísima calidad de las imágenes para poder acercarnos a experiencias audiovisuales mucho más poderosas, inmersivas y conectadas con las emociones individuales de cada ser humano”.

Conozca más de Cambio aquíConozca más de Cambio aquí