Hay Festival 2025: Camila Sosa y la iridiscente patria de los travestis

Crédito: Colprensa

30 Enero 2025 08:01 pm

Hay Festival 2025: Camila Sosa y la iridiscente patria de los travestis

La autora de 'Las Malas', la novela cuir que se ganó el Premio Sor Juana Inés de la Cruz, Camila Sosa, estará hablando sobre su obra en el Hay Festival de Cartagena. Poeta, cuentista, actriz de culto, su presencia es una de las más provocativas e interesantes del evento en Cartagena.

Por: Juan Francisco García

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El primero de marzo de 2019 Camila Sosa publicó Las Malas. El libro es un conjuro contra la aridez y la violencia sorda y vulgar que en el mundo recae sobre lo travesti. Lo travesti que en el relato de Sosa –una confesión, una purga, un poema de 200 páginas– es una institución a la vez inasible y concreta. Una cofradía de cuerpos rebasados de silicona, moretones, aceite de avión, whisky, cocaína, que, sin embargo, saben hacerse invisibles. Las Malas es una apología del engaño a un sistema que aniquila lo diverso, un canto a la ingravidez; y una semblanza del infierno: el compendio de las noches anárquicas y lujuriosas en las que la escritora y sus amigas, sus hermanas, su familia, se jugaban la piel y los riñones prostituyéndose en el Parque Sarmiento, el más pecaminoso de Córdoba, la segunda ciudad más grande de Argentina. Era el comienzo del milenio y Sosa tenía 20 años. 

Lo que leemos en su primer libro, hoy un hito literario que le dio un reconocimiento que nunca soñó, tuvo antes la forma de un blog, La novia de Sandro, que Camila Sosa escribió en las madrugadas, al volver de prostituirse, con los recovecos, las miserias y el placer letal de la calle y de la noche todavía calientes en el cuerpo. Son las memorias ficcionadas de una jovencita pobre y provinciana que estaba probando el mundo y que vendía su cuerpo, al volver de la universidad para no morir de hambre. 

Y también para afianzarse en la decisión vital de desterrar para siempre al varoncito afeminado que le impusieron su ADN y su familia; sobre todo el padre alcohólico, tan brutal, tan cruel, que le tocó en suerte. La encarnación cabal de la heteronormatividad y su saña frente al travestismo. Ese padre al que en la novela la protagonista recoge de entre una zanja –borracho como una cuba y moribundo– para después, en la vigilia, tenerlo que oír decir, cada vez que pudo, que “de tener un hijo puto (homosexual), él mismo lo mataría”. 

Camila Sosa, Hay Festival 2025
Camila Sosa: actriz de culto, poeta, cuentista, novelista. Crédito: Colprensa 

Lo que podría ser un libro quejumbroso, lúgubre y sumido en la desesperanza más definitiva, es, por el don de Sosa para constatar las lógicas tan compasivas y tan misteriosas de su cofradía, una oda a la vida, al deseo y a la emancipación. Claro que en él pululan la rabia, el dolor, el llanto a mares. Lo que se cuenta, desde adentro, son los vejámenes que sufren "las que sobran". Las que corrompen el paisaje. Las que matan a patadas en los riñones y tiran detrás de los arbustos metidas en bolsas de basura. Las desventuras de las que ponen en entredicho el orden "natural" de las cosas y denuncian la hipocresía alevosa de la sociedad de las buenas costumbres. Sosa desnuda, literal y simbólicamente, a los hombres entregados a Dios que van al Parque Sarmiento en sus carros de último modelo a buscar travestis que les quiten del cuerpo la medianía de sus vidas desabridas.

El contraste son estas magas que viven por fuera del porvenir, arrancándole a lengüetazos lo que le queda de brillo y de escarcha a la noche. 

Una sordomuda a la que le salen plumas de las costillas; una sobreviviente de la dictadura de Franco que tiene 178 años y es la matrona de la pensión en la que viven todas como en un oasis y un cuento de hadas; una jovencita que puede con todo, excepto con las noches de luna llena en las que pide ser encadenada para no comerse vivos a los clientes y después quemar el mundo; un veterano de las guerras africanas que las quiere a todas como hijas; un niño de brazos que rescataron de los arbustos del Parque Sarmiento justo antes de ser tragado por las ratas al que bautizaron El Brillo de Tus Ojos. 

Las Malas, la familia que adoptó a Sosa cuando todavía tenía dientes de leche para las andanzas travestis y la salvó así de morir en una zanja como lo intuyó su padre, además de darle la materia viva que pasada a caracteres le valió el premio Sor Juana Inés de La Cruz, entre otros, está compuesta de personajes que difícilmente el lector podrá sacarse del organismo. 

Pues esas estrellas del subsuelo que forradas en su exuberancia –borrachas, histriónicas, ajenas a Dios, pero amparadas por la Virgen– gritan, en los Parques Sarmientos de la Tierra, que del temor sin nombre y del dolor sin fondo de nacer en un cuerpo equivocado puede parirse una patria nueva. Llena de sangre, ojos morados, celdas heladas, tabiques rotos. Pero rebosante de fraternidad y poesía –¿puede la poesía encontrar una forma más concreta que en estas mujeres que putean en el Parque Sarmiento como una constelación de lobas?–, se pregunta Sosa después de vivir su temporada como Mala. 

Camila Sosa en el Hay Festival de Cartagena 

Después de Las Malas, escribió Tesis sobre una documentación. En la novela, para sentirse más ordenada, más digna, menos al margen, una consagrada actriz travesti se ata a un matrimonio burgués. Desde esa trinchera, el libro dispara, con humor y con veneno, contra la ilusión de libertad y sosiego que promete la vida "normal". De nuevo, su segunda novela fue aclamada y celebrada en muchas partes; y la terminó de consolidar como una autora imprescindible de la literatura latinoamericana contemporánea. Además, escribió el poemario La novia de Sandro y el libro de cuentos Soy una tonta por quererte. 

Camila Sosa Hay Festival Cartagena
Camila Sosa: actriz de culto, poeta, cuentista, novelista. Crédito: Colprensa 

Al Hay Festival de Cartagena llega también como una actriz de culto del teatro cuir –al dejar de trabajar como puta estudió cuatro años de teatro–. Carnes Tolendas, retrato escénico de un travesti; El bello indiferente (de Jean Cocteau) y el Cabaret de la difunta Correa son algunas de sus obras más emblemáticas. Ha hecho también películas y miniseries. 

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