'Carropasajero': un viaje de vuelta al territorio
6 Marzo 2025 07:03 pm

'Carropasajero': un viaje de vuelta al territorio

'Carropasajero' es el segundo largometraje de los cineastas César Alejandro Jaimes y Juan Pablo Polanco. Esta obra audiovisual da continuidad a su primera película, 'Lapü' (2019), siguiendo el camino de acercar a los espectadores al desértico territorio wayúu de La Guajira. CAMBIO conversó con los directores.

Por: Juan Francisco García

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La película Carropasajero es un recorrido por la memoria de algunos hechos que marcaron la historia de la comunidad wayúu de Bahía Portete. Una vieja camioneta de platón, adaptada para llevar pasajeros, cruza el desierto de La Guajira en Colombia. Con el viento llegan voces que se funden entre los pasajeros que allí viajan. Una mujer wayúu vuelve a su territorio, acompañada por su familia, tras años de exilio debido a una masacre paramilitar. Carropasajero es un viaje cíclico donde las capas de tiempo del territorio se tocan y la frontera entre vivos y muertos se diluye. 

En este viaje de vuelta a la tierra se genera un encuentro con la intimidad, con el ser interior y por ende con el alma de sus protagonistas, Josefa Fince Epinayú, María Eugenia Fince Epinayú y otros integrantes de esta familia de Bahía Portete.

Durante el viaje por el desierto se encuentran las presencias de aquellos que salieron de manera forzada de Bahía Portete, pequeña bahía del Caribe ubicada al nororiente de la península de La Guajira, donde sus habitantes lo dejaron todo para salvar la vida. Sin embargo, la resiliencia les permitió conservar su espacio propio, y conservar su relación con sus difuntos los hace volver a su lugar de origen. Portete es el pasado y el presente de quienes lo habitan, de los que retornaron, de los espíritus de los ancestros que nunca se fueron y será el espacio de las nuevas generaciones. 

CAMBIO habló con sus directores, César Alejandro Jaimes y Juan Pablo Polanco sobre las preguntas abiertas que deja el largometraje. 

CAMBIO: ¿Por qué hacer una película sobre la diáspora wayuú, cómo nació la idea y la emoción? 

Juan Pablo Polanco y César Alejandro Jaimes:  La vuelta al territorio es algo que nos toca de manera cercana a los directores y parte del equipo realizador, pues varios de nuestros abuelos salieron de su tierra a causa de la violencia del siglo pasado, al igual que muchos colombianos.

Esa ruptura con un territorio es algo que aun después de varias generaciones sigue definiéndonos profundamente, aún sigue habiendo un querer conectar con el territorio del que venimos generaciones atrás. De hecho, esa relación truncada con la tierra fue una de las cosas que nos unió en un principio con la familia Fince Epinayú, los protagonistas de Carropasajero. Nosotros a ellos los conocimos durante el desarrollo de nuestra primera película sin saber o pensar que con ellos haríamos una película, pero tras meses de amistad y conocer su compleja y admirable relación con su territorio y sus difuntos, empezamos a pensar en la idea de hacer una película juntos. De hecho, la primera vez que llegamos a Portete, llegamos por un sueño que una tía de la familia nos contó.

Era un sueño en el que ella viajaba con sus familiares vivos y difuntos en un bus, y ella había interpretado que ese sueño le estaba avisando sobre la masacre paramilitar que unos meses después ocurriría en el territorio. Después de escuchar su sueño y la relación que este había tenido con sus ancestros, su tierra y la violencia que allí había ocurrido quedamos tan conmovidos que ella nos invitó a visitar Portete. En ese momento no pensábamos en hacer una película allá, pero la narración de ese sueño y esa profunda relación con el territorio y sus difuntos nos llevaron allá.

Por otro lado, Colombia es de los países con mayor desplazamiento forzado interno en el mundo y a pesar de esto se gestan muchos procesos de retorno. Estos son procesos de mucha valentía por parte de las comunidades, pero pueden ser procesos muy largos, frágiles y sin las garantías necesarias para retornar. Muchas veces nos relacionamos con estos procesos desde las cifras, oficialmente se dice que ha habido más de 8 millones de desplazados en Colombia, lo cual es una cifra aterradora, pero detrás de esa cifra se pierde la humanidad e individualidad de cada caso.

A nosotros nos interesa acercarnos a esos gestos, a los susurros, a los recuerdos que hay detrás de esas cifras, intentar relacionarnos de una manera más humana.  

CAMBIO: ¿Cómo se relacionaron con la creación de una película casi que eminentemente contemplativa en un mundo adicto al cambio y el estímulo? 

J.P.P. y C.A.J.: Para nosotros era importante que la película generara la sensación de realmente compartir tiempo escuchando a los personajes. Ese acto de escucha profunda no ocurre en unos pocos segundos, requiere tiempo. Escuchar el relato de las mujeres protagonistas de la película, sus recuerdos y espacios de intimidad no es algo a lo que se acceda con afán, requiere atención y en esa atención al final hay cariño, un dar importancia a lo que el otro tiene para decir.

Por otro lado, el cine es una gran herramienta para expandir nuestra percepción que suele estar acostumbrada al ritmo frenético del scroll, otro ritmo, o una actitud contemplativa, implica otra percepción del otro y de uno mismo. Además, ese ritmo pausado es el ritmo del desierto y de la oralidad en la comunidad, la película hace un esfuerzo por acompañar ese ritmo más que imponer el ritmo de la ciudad.