'Casta', de intérprete clásico a productor urbano
14 Marzo 2023

'Casta', de intérprete clásico a productor urbano

Luis Miguel Gómez Castaño, 'Casta'.

De niño todo indicaba que el futuro de Luis Miguel Gómez Castaño, ‘Casta’, sería la música clásica. Pero un curso de producción cambió por completo su orientación y ahora trabaja con grandes intérpretes de la música pop y urbana de América Latina.

Por: Eduardo Arias

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Luis Miguel Gómez Castaño, conocido como Casta, en un compositor, arreglista, productor y músico de Manizales que ha trabajado como director musical de varios artistas colombianos. Está radicado en Medellín, donde se dedica de lleno a la composición y la producción.

Ha trabajado con Karol G, Manuel Turizo, Manuel Medrano, Becky G, Ricky Martin, Ozuna, Maluma, Zion y Lennox, Arcangel, Yandel, Carin León y Justin Quiles, por citar algunos. En 2022 produjo dos canciones muy populares. Una de ellas es La Bachata de Manuel Turizo, junto al también productor mexicano Edgar Barrera, 20 veces ganador del Grammy y nueve veces nominado al Grammy en la más reciente edición del premio celebrada en las Vegas. La otra es Mami, de Becky G y Karol G, nominada a Mejor Canción Urbana en la pasada edición de entrega de los premios Latin Grammy celebrados en Las Vegas. Con Barrera trabajó por primera vez  junto al compositor puertorriqueño Ríos. Ambos conforman uno de los equipos más versátiles en la industria musical latinoamericana gracias a sus amplios recursos musicales.

La historia de Casta es bastante peculiar, ya que desde muy niño se interesó en la música clásica. “Yo empecé a tocar piano clásico a los tres años en el programa de Batuta. También estudié violonchelo”, recuerda. Además fue alumno de dos profesoras japonesas que la firma de instrumentos musicales Yamaha Llevó a Manizales. ¿Qué lo llevó a convertirse en un productor de música urbana? CAMBIO habló con él acerca de su llegada a la producción y su experiencia en este campo.
 

CAMBIO: ¿Cómo pasó usted de ser un intérprete a un productor y de la música clásica al pop?
Luis Miguel Gómez: 
Yo estudié producción musical. Terminé mi carrera en México. No tanto para ejercerla sino para aplicarle más cosas a mi carrera como teclista. Yo quería conocer grandes escenarios. Pero cuando lo viví con artistas como Morat me di cuenta de que no era lo que quería para mi vida. Ahí empezó la vuelta con la producción musical. Me di cuenta de que me encantaba la parte creativa y estar detrás de todo lo que pasa detrás de los artistas. Entré a trabajar a la industria comercial con Manuel Medrano. Empecé a conocer la industria.
 

CAMBIO: ¿El público sí es consciente del trabajo del productor?
L. M. G.: 
A veces no se valora. El estudio de grabación convierte una idea musical en la canción que termina oyendo la gente. En la historia de la música se ha visto muchísimas veces que la idea original de tal canción era folk, por decir algo, y terminó siendo heavy metal. Nosotros somos ese puente entre lo que el artista quiere expresar y lo que el público quiere oír.
 

CAMBIO: ¿Y cómo se transita por ese puente?
L. M. C.: 
Cada productor tiene unas vivencias que lo hacen transitar ese puente de una manera distinta. A mí me han ayudado mucho los viajes. Yo fui a España y allá pasaba algo muy curioso. En las discotecas españolas toda la noche el reguetón era la música de fiesta. Pero a las 12 ponían una hora de bachata y todo el mundo a esta hora era más feliz. Yo me quedé con eso en la cabeza y me dije: “Vamos a hacer bachata a ver qué pasa” y gracias a Dios volvió a pegar la bachata.
 

CAMBIO: ¿Cómo establece usted la relación con un músico cuando llega con las maquetas de las canciones casi listas porque en su casa adelantó trabajo con un computador y programas de edición?
L. M. G.: 
Cada canción es una historia muy diferente. Hoy en día el 90 por ciento de la música se hace con computador, con samples, con loops, con lo que tiene cada artista la mano. Pero por ejemplo en el caso de la bachata la escribimos con Édgar Barrera y con Ríos que son dos compositores increíbles y yo la traje a Medellín y la produje toda. No pidieron ningún cambio y salió como yo se las mandé por primera vez. Yo tenía librerías de percusión dominicana. Las puse en un sampler y toqué todo. Se siente humanizado pero a la vez no, eso le dio el toque urbano. Además no tiene guitarras, cuando la bachata ha tenido guitarras toda la vida. Hice el contracanto de la guitarra con un mellotron. La canción tiene el aire de la bachata, la percusión suena a dominicano, pero todo lo hice acá.
 

CAMBIO. ¿Y él melotrón es un plugin también o tiene un mellotron?
L. M. G.
Yo tengo melotrón. Siempre me ha gustado tener mucha tecnología aplicada, entonces lo tengo  en mi estudio.
 

CAMBIO: ¿Qué tanto afecta la música la tecnología? Es decir, el hecho de que haya tanta precisión del ritmo con las cuantizaciones, la precisión de la afinación. Se le ve mucho de positivo pero también hay personas que se quejan de que la música se deshumaniza un poco.
L. M. G.: 
Hay dos opciones. O eres de las personas que están en Twitter criticando todo lo que está pasando o eres el que trabaja y aprovecha todo lo que está pasando. Por ejemplo, con la inteligencia artificial todo ha cambiado porque tú le vas a poder pedir pistas a esa inteligencia artificial y te va a sacar vainas de calidad increíbles. Entonces yo creo que es más cada vez se va a valorar más qué tan humanos vamos a hacernos sentir porque las máquinas no pueden expresar sentimientos. Todo se va a basar en qué tanto podemos conectar con nuestra audiencia de alguna u otra forma.
 

CAMBIO: Cuando usted hablaba de las librerías como que ahora esos samples artificiales se acercan cada vez más al sonido natural del instrumento.
L. M. G.: 
Yo veo eso como una posibilidad increíble. El año pasado estuve produciendo la percusión latina como si tuviera ya el bombo al lado. Así como utilizaste tú ese instrumento lo van a utilizar dos millones de personas. Entonces nuestro trabajo diario es qué vamos a hacer diferente a esas personas que ya utilizaron esto o cómo podemos sacarle provecho a este instrumento que ya ha sido utilizado. Hay que ver cómo utilizamos la tecnología. Cada productor tiene un camino y verá cuál decisión toma.
 

CAMBIO: ¿Qué determina que una canción o un músico sobresalga? ¿Qué hace que una canción sea la famosa y no 54 que tenían las mismas posibilidades de haber llegado al éxito?
L. M. G.
Hay 10 o 20 factores para eso. El artista es la más la más visible, la más importante. Su base de seguidores, el momento por el que esté pasando en la música y en la industria. Yo creo que esa es la más importante. Pero también tienen que ver muchas. El ritmo, cómo hicieron la canción. La industria muchas veces se ha basado en el hit y si ves patrones de hits desde los Beatles hasta las últimas canciones todas tienen factores en común.
 

CAMBIO: ¿Por ejemplo?
L. M. G.: 
Los coros. Todas las canciones tienen coros que son más altos que la introducción y las estrofas, entonces los hacen brillar más. También hay canciones que son totalmente disruptivas y marcan la diferencia. Hay que ver dónde se rompen esas estructuras y qué tanto podemos jugar con eso y qué tanto podemos romper con eso.
 

CAMBIO: ¿Cuáles son sus perspectivas, a dónde apunta su trabajo?
L. M. G.: 
Estoy trabajando en el nuevo álbum de Playboi Carti que es un rapero de Estados Unidos muy posicionado. Estoy apuntando cien por ciento a seguir con los latinos pero en el mercado norteamericano. Me encanta el mercado americano. Quiero hacer mucho rap este año.
 

CAMBIO: ¿Y cómo usted ve usted el panorama de la música colombiana?
L. M. G.: 
Yo creo que tiende a crecer muchísimo. Cada vez salen más olas de chamacos. Yo creo que se viene una ola donde el Pacífico, donde Cali va a entrar fuerte. Hay que reforzar la industria creativa. Porque industria musical hay mucha, pero industria comercial como industria creativa, como mánagers. Hay que reforzar la industria, los agentes que hacen posible que todo funcione como una empresa. Eso es lo que más falta en las periferias del país. Lo que más complica todo es que no hay mánagers, no hay personas de la industria que se echen al hombro proyectos y que vayan a conquistar espacios, que es lo que más hace falta.

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