"Hay que construir soberanía tecnológica nacional. Forjar una industria de electrónica y fortalecer la industria del software": Álvaro Montes
Álvaro Montes.
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‘Inteligencia artificial, la revolución que lo cambiará todo’ es el libro que acaba de publicar Álvaro Montes, periodista experto en tecnología. En él cuenta con términos sencillos y precisos de qué se trata lo que él denomina como la cuarta revolución industrial.
Por: Eduardo Arias
En los círculos cerrados de la tecnología de los computadores se habla de inteligencia artificial desde 1956, pero el término se volvió de pronto de uso común en 2023 como consecuencia de la aparición, con gran bombo, de las redes neuronales como ChatGPT, y desde entonces el término, abreviado IA, está hasta en la sopa, como se dice de manera coloquial. Álvaro Montes, autor del libro Inteligencia artificial, la revolución que cambiará todo, señala que ha llegado la Cuarta Revolución Industrial y el mundo va a cambiar de una manera vertiginosa y aún impredecible. ¿La inteligencia artificial será un elixir para la humanidad o se encargará de destruirla? El libro, además de explicar con gran detalle en qué consiste, cómo se ha desarrollado, cuáles beneficios seguramente va a traer y qué riesgos conlleva su uso, responde ambos interrogantes.
Montes es un periodista especializado en tecnología. Ha trabajado en diversos medios de comunicación, asesor del Ministerio de Tecnologías de la Información y Comunicaciones y ha prestado servicios de consultoría en temas tecnológicos en varios ministerios del gobierno colombiano. Con la cooperación alemana ha participado en proyectos regionales latinoamericanos de apropiación digital. Desde hace dos años es director de Inteligencia Artificial Colombia en PRISA Media. CAMBIO habló con él acerca de su libro.
CAMBIO: Inteligencia artificial es un término muy nuevo para el gran público y de pronto está en todas partes y todos quieren utilizarla de una manera u otra. En su opinión, ¿es bueno para las personas tener acceso a las herramientas de la inteligencia artificial?
Álvaro Montes: Desde luego. Es muy importante que las tecnologías como la IA lleguen a manos de la gente. Es más, es un derecho que debe ser garantizado. Las sociedades en su conjunto deben disfrutar de los avances tecnológicos y científicos, y no solamente las empresas privadas. En Europa se ha avanzado algo en ese dirección, pero en Latinoamérica tenemos una deuda pendiente con la apropiación social de la ciencia y la tecnología. Algunas personas estamos precisamente promoviendo a través de diferentes iniciativas, la participación ciudadana en la definición del futuro de las tecnologías emergentes. En las conversaciones sobre regulación de la IA que tienen lugar en Colombia, no hay presencia de la sociedad civil ni de las organizaciones sociales; es una conversación todavía en manos de élites como las big tech, el gobierno y algunos congresistas, y será necesario involucrar a la ciudadanía en esa discusión, porque los ciudadanos son los primeros afectados por la introducción de la IA.
CAMBIO: ¿Qué tan inteligente es la inteligencia artificial de nuestros días?
A. M.: Esa pregunta es objeto de los más encendidos debates en el mundo tecnológico. La industria evidentemente ha exagerado el poder sus productos basados en IA. No son tan de ciencia ficción como suelen anunciarlos. Por supuesto, la investigación en inteligencia artificial ha dado grandes pasos, especialmente a partir de 2017, con la aparición de la que se conoce como IA generativa, con la que los humanos pueden mantener algo muy parecido a una conversación coloquial. Pero por ahora las máquinas solo pueden identificar patrones en secuencias de datos y tomar decisiones a partir de ello, mediante lo cual realizan algunas operaciones propias del cerebro biológico. Y eso ya es bastante, y podemos ver la gran variedad de aplicaciones útiles de eso en la economía, en la salud, en la educación, en fin. ¿Hasta dónde se avanzará? es difícil saberlo con precisión, pero hay consenso entre los entendidos, en que estamos apenas en los primeros albores de una tecnología que podría evolucionar a niveles sorprendentes. Solo que eso tomará mucho más tiempo que el que algunos dicen. No es cierto que en 2027 una superinteligencia superará a la inteligencia humana y dominará el planeta. Claramente eso es una fantasía, a pesar de que entre quienes proclaman tal cosa haya notables científicos y tecnólogos.
CAMBIO: ¿Podría empezar a pensarse en la posibilidad de un Einstein artificial, un Bach artificial, un Da Vinci artificial, un Napoleón artificial o la inteligencia artificial aún está lejos de ello?
A. M.: Varios expertos notables en IA como Yan Le Cun o Erik Larson, han demostrado recientemente que no es posible llevar a las máquinas un tipo de razonamiento propio del cerebro biológico, ese que Peirce llama el razonamiento abductivo, y que expresamos mediante la intuición, la sospecha, ese olfato que nos da la experiencia, cosas que no es posible formalizar matemáticamente y llevar a un algoritmo. La creatividad tampoco ha podido ser formalizada en ecuaciones, así que ChatGPT puede escribir poemas, claro que sí, pero poemas flojos, basados en imitar el promedio de expresiones poéticas que encuentra en internet. Hay plataformas que componen jazz, pero ninguna será capaz de revolucionar dos veces la historia del jazz, como lo hizo Miles Davis. Ese punto creativo tan alto es privilegio del cerebro humano. No obstante, debo admitir lo que me dijo hace poco un ingeniero cuando discutíamos esto: me preguntó ‘¿y cuántos humanos pueden hacer cosas como esas?’. La verdad es que una gran masa de personas solemos ser menos creativas que ChatGPT.
CAMBIO: ¿Qué tan preparada está Colombia frente a la llegada de la inteligencia artificial?
A. M.: Muy mal preparada. En el ranking latinoamericano de inteligencia artificial ocupamos el puesto seis, por debajo de Uruguay y de Argentina. Nos falta mucho. Necesitamos elevar significativamente la inversión en innovación, investigación y ciencia. Colombia presenta un promedio histórico de 0,26 por ciento del PIB dedicado a I+D. Ese es, sin dudas, el indicador más triste de nuestra economía. Los países que toman en serio la ciencia y la tecnología destinan el 5 por ciento del PIB. El promedio de los países Ocde está en 2,5 por ciento. Hay que hacer también una revolución educativa, pero orientada a la formación STEM, para preparar a las nuevas generaciones de colombianos en matemáticas, ingeniería, ciencias y tecnología, que es en donde tenemos las principales debilidades de la fuerza laboral colombiana. Y, por último, hay que construir soberanía tecnológica nacional. Forjar una industria de electrónica, que no existe en el país, y fortalecer la industria nacional del software. No podemos seguir importando hasta bombillos, pilas y neveras, cosas que fabricábamos aquí en el pasado y hoy las importamos y que pertenecen a una electrónica elemental de anteriores revoluciones industriales. En el mundo de hoy cualquier nación que carezca de algún nivel de soberanía tecnológica está condenada al ostracismo en el escenario económico global.
CAMBIO: ¿Qué papel puede jugar la inteligencia artificial en sociedades tan polarizadas, ente ellas las de Colombia?
A. M.: Lamentablemente la respuesta a esa pregunta es pesimista. Todavía el debate político en nuestro país no ha echado mano de herramientas de IA para hacer daño. Pero lo hará en breve. Los asesores de tecnopolítica ya están preparándose para introducir en Colombia el feo arte de las fake news creadas con algoritmos y con inteligencia artificial, algo que ya inunda campañas electorales en Estados Unidos, Europa y Asia. Por es urgente establecer regulaciones sobre ese problema, para que no nos pase como con las redes sociales, que nunca las regulamos, argumentando un supuesto respeto a la libertad de expresión, y las redes sociales pusieron en estado de coma a las democracias en todo el planeta.