Cortometrajes colombianos, por todo lo alto
24 Abril 2025 07:04 am

Cortometrajes colombianos, por todo lo alto

'Pacífico oscuro', de Camila Beltrán.

El Busan International Short Film Festival es uno de los festivales de cortos más importantes de Asía y se celebra del 24 al 29 de abril de 2025. En esta oportunidad, Colombia es el país invitado de honor, y presentará 16 cortometrajes. Sergio Cabrera, director de cine, y Jaime E. Manrique, director y fundador de Bogoshorts - Bogotá Short Film Festival, son miembros del jurado oficial.

Por: Eduardo Arias

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Por primera vez, un país de América Latina es el invitado de honor en el Busán International Short Film Festival (BISFF), uno de los escenarios más relevantes para el cortometraje en Asia, que celebra su edición 42 entre el 24 y el 29 de abril. Esta presencia de Colombia ha sido el resultado del trabajo en equipo entre el festival de Busan y Bogoshorts. Se escogieron 16 cortometrajes colombianos divididos en tres programas: Colombia Panorama, Colombia Documental y en la categoría de competencia internacional, donde participan Mi demonio (2024), cortometraje de ficción dirigido por Rossana Montoya, y Lanawaru (2024), cortometraje documental experimental dirigido por Angello Faccini. Sergio Cabrera y Jaime E. Manrique son miembros del jurado oficial. CAMBIO habló con Jaime E. Manrique, director de Bogoshorts.

CAMBIO: De las noches de In Vitro a este acontecimiento de Busán, ¿cómo ve usted ese salto que ha dado el cortometraje en Colombia en estos poco más de 20 años?

Jaime E. Manrique: Para mí es la evidencia de un ejercicio que se ha consolidado: el de la comprensión de que los cortometrajes no son ejercicios de iniciación, sino que en realidad son proyectos de creación narrativa con toda la solidez de cualquier obra cinematográfica. En ese sentido, que un conjunto de cortometrajes con propuestas tan completamente diferentes logre llegar a este espacio como país invitado de honor, es solamente la evidencia de que lo que ha crecido nuestra cinematografía. Uno de los problemas que solemos tener es que todo el tiempo estamos pensando en chiquito. Lo que ha hecho Bogoshorts es decir que si el corto tiene la dignidad suficiente, tiene también derecho a pensar en grande en todos los sentidos y no hacer un eventico en unas salitas, con unos invitaditos, sino que puede imaginarse todo lo grande que quiera.

Pirsas
'Pirsas', de Angélica María Torres Tamayo.

CAMBIO: ¿Existe en Colombia un interés por el cortometraje?

J. E. M.: Definitivamente en Colombia no existe un interés por el corto. Hoy existe un interés mayor a cuando comenzamos a desarrollar todo el proyecto Bogo Shorts, por supuesto que sí, pero no existe el que debería existir. Pensemos que ni siquiera en el Ministerio de Cultura o en las instituciones que llevan el tema cinematográfico ni siquiera existe una oficina dedicada al cortometraje, como si la hay en muchísimos otros países porque saben que ese es el semillero para que se desarrolle una cinematografía. El desarrollo del cortometraje es el desarrollo audiovisual en general. Las industrias del cortometraje implican el corto de ficción, documental, cinematográfico, el corto periodístico, el corto de animación 3D, los videoclips, e incluso el corto publicitario. Es decir, es un universo gigante el que pasa por ese desarrollo.

Dulce
'Dulce', de Guille Isa y Angelo Faccini.

CAMBIO: ¿Cómo fue la vinculación de Bogoshorts con el festival de Busan?

J. E. M.: La vinculación comenzó en un relacionamiento que se empezó a dar hace tal vez año y medio a través de un encuentro en el festival de Clermont-Ferrand. Allí comenzamos una serie de conversaciones y de ambos lados surgió la pregunta sobre si Colombia podía llegar a ser el país invitado honor, revisando que ellos ya habían tenido invitados honor como Alemania, Suecia y otras naciones con una cinematografía en corto con mucho respaldo. Nosotros empezamos a construir los argumentos de que sí se podía, de que sí era posible, de que teníamos los suficientes cortos de calidad y los suficientes argumentos para pensar en que Colombia fuera el invitado de honor. Ellos tenían este año un foco en el sonido y querían ver qué propuestas había en los cortometrajes nacionales desde esa perspectiva.

CAMBIO: ¿A qué factores se debe que el cortometraje colombiano pueda irrumpir en festivales de esta envergadura?

J. E. M.: Creo que el corto colombiano no tiene nada que envidiarle al corto del mundo. En el mundo se hacen muchos cortos con mucho apoyo, con mucho presupuesto, pero con resultados inferiores a los que logramos en Colombia. Es decir, nosotros contamos con el talento, pero no con el apoyo. Que un festival como el de Busan se fije en el corto colombiano es una evidencia de que tenemos de dónde. Lo que nos debería suceder es que cualquier tipo de festival termine fijándose en lo que está sucediendo en los formatos cortos en Colombia. Pensemos nada más lo siguiente: lo único que le pasó a Colombia en el último festival de Berlín fue con un corto, no con los largos.

Ruta 60
'Ruta 60', de Wilson Arango.

CAMBIO: ¿Cómo ve usted el horizonte del cortometraje en el presente? ¿Lo ayuda el hecho de que las nuevas tendencias, sobre todo en plataformas, buscan contenidos breves?

J. E. M.: Es una época dorada para el corto. Nunca se habían visto tantos cortos en la historia del audiovisual como en este momento, básicamente porque el corto es un formato fantástico y fabuloso para el consumo nómada, para las pantallas en movilidad, para todas las formas en que se ha transformado el consumo mismo. Cada vez se van a abrir más espacios para el corto y tenemos que estar preparados para llenar esos espacios y para tener organizado el material que hemos producido en Latinoamérica para ponerlo en circulación cada vez que se vayan abriendo más oportunidades.

CAMBIO: ¿Puede decirse que el cortometraje en Colombia ya está consolidado? De no ser así, ¿qué falta?

J. E. M.: No, yo no creo que se pueda decir que el cortometraje en Colombia esté consolidado porque las cinematografías no tienen puntos de consolidación total. Uno podría decir que el cine de Hollywood está consolidado porque tiene una audiencia, pero este es el peor momento del 'cine Hollywood'. ¿El cine español, que tuvo una explosión en los 90, por eso se consolidó? No. El cine es un ejercicio de oleadas que suben y bajan. Algunas se mantienen mucho más tiempo y eso marca épocas particulares. Esta época si se va a marcar como una muy positiva para el corto en Colombia. Ojalá se mantenga mucho tiempo, pero tenemos que cuidar que eso se extienda. Para eso hay que cuidarlo con una política audiovisual en torno al corto. Le falta mucho por recorrer para llevarlo a una idea de consolidación. Pero sí creo que vamos por un mejor camino y como nunca lo hemos tenido en la historia del corto en Colombia.

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