Dos maravillosas negras en mi vida

Eduardo Cabas tuvo el honor de conocer a Leonor González Mina, 'La Negra Grande de Colombia', quien llegó a su oficina como un ventarrón para que él le ayudara a conquistar el mundo con su talento.

Crédito: Colprensa - Cortesía

1 Diciembre 2024 03:12 am

Dos maravillosas negras en mi vida

El director artístico y productor musical de la recién fallecida Leonor González Mina, La Negra Grande de Colombia, Eduardo Cabas De La Espriella, autor de canciones famosas como La Cantaleta y Campesino de Ciudad, y padre del cantante y compositor Andrés Cabas, escribe en exclusiva para Cambio un retrato de las dos maravillosas negras de su vida: La Negra Grande de Colombia y Carmen, su niñera.

Por: Eduardo Cabas

Entre aquí para recibir nuestras últimas noticias en su WhatsAppEntre aquí para recibir nuestras últimas noticias en su WhatsApp

La primera fue mi “aya”. Su capacidad de amar y su entrega fueron tan inmensas, que de niño yo sentía que tenía dos madres. Cuando ya era un jovenzuelo, sus consejos y su cuidado no faltaron nunca. Su nobleza era tal que Carmen no dormía hasta que no me sentía regresar a la casa. Nunca olvidé que con toda autoridad me decía: “¡qué bueno que ya no es novio de esa otra niña! Esta noviecita sí me gusta. Se le ve en los ojos que lo quiere mucho” … “Y no se levanta de la mesa hasta que no quede ni un grano de arroz en el plato”. Esa era la orden de amor y de cuidado que esa negra maravillosa me prodigaba. Digo con alegría que fueron maravillosos los años de juventud que viví en casa de mis padres.

Cabas junto con su familia
De izquierda a derecha, Eduardo Cabas, su nieto Simón y su hijo Andrés. Crédito: Cortesía de Eduardo Cabas.

No me equivoco si afirmo que mi pasión por la música tuvo mucho asidero gracias a su radio encendido en su emisora musical y a esa alegría con la que cantaba y movía sus caderas mientras lavaba mi ropa. Estoy seguro de que no aceptó irse ni casarse con su novio para no alejarse de la casa mientras yo viviera en el hogar paterno. Y cuando supo que yo me iba a estudiar mi carrera fuera de Barranquilla, un día nos dijo: “Me voy a casar con mi hombre”. Y así lo hizo.

¡Cómo no voy a querer, admirar y a extrañar a esa mujer que, sin esperar nada a cambio, fue mi otra mamá!

Y la vida me premió cuando, varios años después, ya lejos de ese pasado maravilloso, tuve el honor y la fortuna de conocer a mi otra negra maravillosa: “La Negra Grande de Colombia”, Leonor González Mina.

Leonor González Mina
La Negra Grande de Colombia despegó con gran éxito en los años 70, a partir del momento en que conquistó a Eduardo Cabas para que fuera su director artístico y productor musical. Crédito: Colprensa.

Ya viviendo en Bogotá, ocupé ese enriquecedor puesto de Director Artístico de Philips, una importante casa discográfica europea. Ya recibía reconocimientos gratos por mis éxitos musicales y era productor musical de importantes artistas. Un buen día llegó a mi oficina Leonor González Mina y, sin tocar la puerta, entró como un ventarrón de aire fresco y cantó a “capela” un trozo de una de mis canciones reconocidas. No dijo ni siquiera buenos días. ¡Qué porte, qué voz, qué estilo único el de ella! Al terminar de cantar me dijo: “quiero ser la mejor artista de este sello discográfico. Pero nadie quiere ocuparse de mi carrera artística. Yo soy Grande, de cuerpo, de alma, voz y canto. ¿Quiere ser mi Director Artístico?” Su risa contagiosa llenó todos los rincones de la gran oficina. Leonor González Mina, orgullosa y bella, puso los brazos en jarra y se quedó mirándome con fuerza.

Entonces le dije: “Yo la reconozco a leguas. Siéntese por favor”. 

Y contestó: “yo no me siento hasta que no me oiga cantar”. Entonces arrancó a cantar a viva voz “Tío guachupecito”.

No había nada más que hacer que admirarla y aceptarla como artista de nuestro sello.

En solo un par de meses, dos compositores, Alfonso De la Espriella y Eduardo Cabas, compusimos un pasillo colombiano, Campesino de Ciudad, y Leonor González Mina lo cantó como lo ángeles. La grabamos con una gran orquesta y la inscribimos en el concurso nacional que buscaba un artista para concursar en la OTI representando a nuestro país. Y se ganó el primer lugar. Su porte en escena, su tremendo chorro de voz y su personalidad arrolladora se impusieron de un solo golpe. Su carrera artística despegó inmediatamente en esa nueva Colombia de los años 70. Relumbró como artista “La Negra Grande de Colombia” y, por más de 50 años, fue la primera artista folclórica de Colombia. El mundo de habla hispana la aplaudió “a rabiar”. Se convirtió desde Rusia hasta Argentina en nuestra artista insignia. 

Colombia entera la admiraba no solo como una gran voz, no solo como una puesta en escena. Ella fue reconocida como nuestro símbolo musical. Siempre quiso cantar música colombiana de todos los rincones de Colombia. 

Tuve la fortuna de apoyarla discográficamente y, éxito tras éxito, le hizo honor a su slogan: “La Negra Grande de Colombia”. Vinieron más y más canciones exitosas y no paró de cantar hasta que su salud le cobró su fortaleza

Colombia ha perdido a uno de los grandes símbolos de su música. 

Los colombianos esperamos que los medios de comunicación logren que la recordemos “grande como siempre,” que trasmitan su voz y sus canciones a todos los rincones del país. Leonor González Mina seguirá siempre viva en sus grabaciones musicales y en sus presentaciones personales que hacían vibrar al público.

Eduardo Cabas con Yamid Amat.
"Esperamos que los medios de comunicación logren que la recordemos grande como siempre": Eduardo Cabas sobre Leonor González Mina, aquí junto a su amigo, el periodista Yamid Amat. Crédito: Cortesía.

Que nunca mueran sus canciones colombianas ahora que anda en el cielo cantando Mejor que nunca.

Gracias “Negra linda” por ser un símbolo de la auténtica raza colombiana y del arte nacional. Canta por siempre en todos los rincones de Colombia esa estrofa que fue tu símbolo y tu vida, como orgullosa negra que eras de nuestra raza colombiana: “Campesino, Campesino de ciudad, que sigues siendo Campesino, Campesino de verdad”
 

Conozca más de Cambio aquíConozca más de Cambio aquí