Edmar Castañeda: la estrella de Jazz al Parque que inventó su propia arpa

Crédito: Edmar Castañeda

25 Septiembre 2024 06:09 am

Edmar Castañeda: la estrella de Jazz al Parque que inventó su propia arpa

El bogotano Edmar Castañeda, arpista conocido a nivel mundial, fusiona el arpa llanera con el 'jazz', el 'funk', el flamenco y la música clásica. Ha colaborado con los mejores músicos del mundo y será el artista principal el próximo 28 de septiembre en Jazz al Parque.

Por: Juan Francisco García

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Edmar Castañeda ha colaborado con músicos del calibre de Sting, Marcus Miller, Rickie Lee Jones, la virtuosa pianista japonesa Hiromi, el compositor cubano Gonzalo Rubalcaba, Paco De Lucía, Paquito D´Rivera, entre otros. Sus piezas han sido tocadas por la Orquesta Sinfónica de Jazz de Sao Paulo, la prestigiosa Orquesta de Cámara de Jerusalén y la Orquesta Sinfónica Nacional de Colombia. 

Con su álbum Familia fue nominado al Grammy Latino por el mejor álbum de jazz. Su virtuosismo en el arpa se inmortalizó en la película de Disney Encanto. Desde los 16 años, a pulso, honrando a su padre –arpista inquieto como él– estudió y trabajó muy duro para hacerse un espacio en la tórrida escena del jazz de Nueva York. Se graduó como trompetista, pero jamás abandonó el arpa. Por eso hoy,  con el asombro y el favor de personajes como Paquito D´Rivera, puede decir que junto con la reconocida empresa de arpas francesa Camac, inventó un arpa que, sin perder la raíz andina, sabe brillar en el mundo de lo clásico, el jazz, el flamenco, el funk

El próximo sábado 28 de septiembre será el artista principal del Festival Jazz al Parque en Bogotá. CAMBIO habló con él para celebrar su regreso a casa. 

CAMBIO: ¿Cómo llegó al arpa y cómo se le metió en el corazón?

Edmar Castañeda: El primer contacto que tuve con el arpa fue como a los 7 años. Como mi mamá no tenía quién cuidara de mi hermana y de mí, nos metió a una escuela de joropo en Bogotá. Desde ahí supe, sentí que iba a tocar el arpa. Por todos esos años soñé con tener mi propia arpa, que tuve a los 13 años como un regalo de una tía. Siempre he dicho que es un regalo de Dios: nací para tocar el arpa. 

CAMBIO: ¿Cómo ha sido su trasegar en Nueva York? ¿A qué edad llegó y en condición de qué?

E.C.: A Nueva York llegué en el 94, porque mi papá se fue para allá, así que llegamos con mi hermana a terminar el bachillerato. Me encontré con que en el colegio había mucho jazz, muchas Big Bands, pero no había espacio para el arpa. Como en Bogotá había tocado también trompeta, este fue el instrumento en el que me enfoqué; pero siempre llegaba a tocar el arpa en las noches. En el día tocaba la trompeta en la escuela, y de noche trabajaba tocando en sitios el arpa. Todo lo que aprendía para la trompeta intentaba transferirlo al arpa. 

CAMBIO: ¿Qué es exactamente el jazz? ¿Quién decide las fronteras? ¿Cuándo una pieza es jazz y cuándo deja de serlo?

E.C.: Como dijo Wayne Shoter en una entrevista, el jazz es una historia que vas a contar. Había una vez… Así empieza el jazz. De ahí en adelante tú improvisas en el escenario. Es una manera de ser libre y decir algo, porque tienes que crear. Claro: con una melodía y una forma, pero al final se trata de decir algo. 

CAMBIO ¿Es verdad que fue Paquito D´Rivera el que lo descubrió en la escena neoyorquina?

E.C.: (Risas) Paquito ha sido un gran amigo y una gran ayuda en mi carrera. Yo comencé yendo a los jam sessions de descargas cubanas en Nueva York para aplicar lo que había estudiado y que me encantaba, que era improvisar en el arpa. En ese medio conocí mucha gente, entre ellos a Paquito, que me ayudó a poner el arpa en momentos y lugares muy especiales. Aunque yo nunca lo pensé ni lo calculé; la vida fue abriéndome las puertas. 

CAMBIO: ¿Cómo es que creó su propia arpa?

E.C.: La misma pasión y las ganas de hacer cosas con el arpa en el jazz me obligó a crear, o más bien a modificar el instrumento con una empresa de arpas clásicas francesa. Uno de los grandes cambios fue crear unas palancas que ayudan a hacer semitonos, como las teclas negras del piano. Esto abrió una ventana nueva para hacer cosas nuevas. Aunque cambiamos el orden de las cuerdas, el aspecto, mantuvimos siempre las raíces llaneras. 

CAMBIO: ¿Está patentado? ¿Es invento suyo? 

E.C.: (Risas) Por muchos años, cuando venía a Colombia les pedía a los luthiers que cambiaran una cosa y la otra. Camac, que es la compañía francesa, lo que me ofreció fue perfeccionar lo que estaba buscando. 

CAMBIO: ¿Es la excepción a la norma? ¿O hay más músicos que siguieron su camino con la nueva arpa? 

E.C.: En el jazz no tanto, pero sí en otros géneros. Acá en Colombia ya hay muchos artistas jóvenes que la están usando para fusionar géneros de la música llanera. Ahora uno ve en los festivales del llano la categoría de arpista solista, que antes no existía. En Venezuela también. Mucha gente la tiene, y mucha gente la copió (risas). Pero eso está bien, no hay problema. 

EC LLanera. Foto: Edmar Castañeda

CAMBIO: ¿Sigue inspirándose en la música llanera?

E.C.: Sí, claro. Siempre. La música llanera y la música colombiana son mi raíz. Lo que trato es fusionarla con otros ritmos. Ya sea música clásica, funk, flamenco, jazz. El próximo año voy a estrenar una pieza con la American Composer Band que está basada en los bordones, que son las cuerdas graves del arpa. 

CAMBIO: ¿Qué está oyendo ahorita que sea imperdible para entrar en sintonía con Jazz al Parque?

E.C.: El álbum The Way Up, de The Pat Metheny Group; el Supernova de Gonzalo Rubalcava; Arvoles de Avishai Cohen. 

CAMBIO: ¿Por qué no perderse su concierto en Jazz al Parque?

E.C.: Es un dúo que tengo con un gran amigo suizo. Tocaremos las canciones de un álbum que se llama Arpa vs. Arpa en el que mezclamos las influencias que hemos tenido en Nueva York, él como suizo, yo como colombiano. Así que va a ser algo del corazón, muy bacano. 

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