El cuento de Los Hispanos contado por su fundador
18 Mayo 2025 04:05 am

El cuento de Los Hispanos contado por su fundador

Jairo Jiménez, fundador y líder de Los Hispanos.

La música de Los Hispanos está en el corazón o al menos en la memoria de varias generaciones de colombianos que en cada diciembre vuelven a oír varias de sus canciones, algunas de las cuales tienen más de 50 años de antigüedad y siguen vigentes. Jairo Jiménez, uno de los fundadores de la orquesta, cuenta sus memorias en el libro ‘Los Hispanos: la historia original de los originales’, publicado por editorial Calixta.

Por: Eduardo Arias

Entre aquí para recibir nuestras últimas noticias en su WhatsAppEntre aquí para recibir nuestras últimas noticias en su WhatsApp

Cada vez que en los últimos tres meses del año un locutor de la radio anuncia “¡la música de noviembre en diciembre!”, es muy probable que a renglón seguido suene una canción bailable de Los Hispanos, una agrupación de música tropical hecha en Medellín que ha marcado a varias generaciones de colombianos con canciones como Cariñito, Adonay, Ocho días, Manuelito Barrios, Así empezaron papá y mamá, entre tantas otras.

Esta historia quedó plasmada en el libro Los Hispanos: la historia original de los originales, el cual recoge las memorias de Jairo Jiménez, fundador junto con su hermano Guillermo de la agrupación musical. Contó con la ayuda del escritor Giovanni Rodríguez, quien plasmó en palabras sus recuerdos y anécdotas. Jiménez cuenta con mucho detalle las peripecias de una banda de música que se encargó de componer e interpretar varias de las canciones bailables más emblemáticas de las últimas seis décadas en Colombia, y que aún en nuestros días es una referencia obligada de la música de diciembre. Una orquesta que se convirtió en símbolo de la Navidad colombiana.

El libro muestra que la agrupación no la tuvo fácil y que sus integrantes pasaron por situaciones a veces inverosímiles para llegar a convertirse en una institución. En sus páginas se reviven los años de gloria cuando en Los Hispanos cantaban Gustavo 'el Loko' Quintero y luego Rodolfo Aicardi, y la manera como se ha mantenido hasta nuestros días. Las canciones de Los Hispanos siguen sonando cada año entre septiembre y diciembre y en miles de hogares son la banda sonora de las novenas de aguinaldos y los brindis de año nuevo.

Había que celebrarlo

La idea del libro surgió para celebrar los 60 años de vida del grupo, que se formó en 1964. Como dice Jairo Jiménez, se les ocurrió a sus hijos. Su hijo Sebastián es amigo de Giovanni Rodríguez y lo conecto con él para que el escritor plasmara en un texto los recuerdos del músico. “Fueron dos meses de reuniones, recopilando historias y lo que yo me acordaba. Iban surgiendo anécdotas y ahí se fue encaminando la cosa”. A medida que grababan las conversaciones, Jiménez recordaba anécdotas. “Y cada anécdota traía la otra”, dice. De esa manera, Jiménez revivió momentos muy agradables y momentos muy tristes, así como dificultades y alegrías.

Ya son 60 años de historia en los que tuvieron un receso que marcó el destino del grupo. Esto ocurrió cuando Quintero se retiró de Los Hispanos y se llevó consigo a varios de los músicos de la banda para conformar Los Graduados. “Me dio muy duro, sobre todo porque fue un acto desleal de amigos de toda la vida, compañeros de colegio, compañeros de barrio de tanto tiempo que habíamos disfrutado jugando fútbol… para que de, un momento a otro, ya no nos pudiéramos ni hablar por la división del grupo”, recuerda Jiménez.

Sin embargo, este rompimiento no marcó el final de Los Hispanos. Su papá le dijo que no podían dejar que se la ganaran ellos, ya que la idea había sido de Jairo y de su hermano Guillermo, y el grupo se había iniciado en su propia casa.
Su padre los animó a arrancar de cero, a buscar nuevos músicos y así comenzó una nueva etapa. No fue una tarea fácil, porque en ese momento Jairo y Guillermo Jiménez trabajaban en un banco. El grupo era un hobby.
De gran ayuda para ellos fue el apoyo de Discos Fuentes, que en ese momento creyó en ellos porque descubrió que Los Hispanos tenía un ingrediente que no habían descubierto los ejecutivos de Codiscos, el anterior sello disquero de la banda, ni los mismos músicos de la primera formación de la orquesta. Aunque parezca increíble, ese secreto era la manera tan precaria como Los Hispanos tocaban el bajo eléctrico. Era un bajo mal tocado, cien por ciento empírico, pero ese ritmo tan primario atraía la gente. "Y en Discos Fuentes descubrieron que ese bajo hacía que la gente de manera instintiva moviera el pie y se pusiera a para bailar”, revela Jiménez.

Hispanos 1
El siguiente receso llegó cuando su padre enfermó gravemente y tuvieron que suspender una larga gira por Europa. "Mandamos el grupo sin nosotros y nos dedicamos a estar con mi papá para que estuviera tranquilo y viera que estaba apoyado, que no iba a pasar nada en la casa".

Por los días de la muerte del padre de los Jiménez, Rodolfo Aicardi firmó un contrato en Tunja y el empresario se enteró de que Aicardi no estaba con Los Hispanos, así que acudió a Jairo para que reorganizara de nuevo la banda y no lo demandaran.
Jairo Jiménez le comentó el hecho a su hermano, quien le dijo: “No, yo ya me retiré, ya tengo otros negocios. Si usted quiere siga solo". "Eso fue en la década de los 80, hace más de 30 años. Entonces me tocó a mí volver a arrancar de cero, sin instrumentos, porque se los habían robado de la bodega donde los teníamos. Hasta me tocó alquilar un bajo. Pero nuevamente arrancamos y, gracias a Dios, esta tercera etapa ha sido muy productiva", recuerda.

Libro Hisp

Un legado muy grande

Jiménez también señala que, según la Asociación Colombiana de Intérpretes y Productores Fonográficos de Colombia (Acinpro), Los Hispanos tienen alrededor de 700 temas grabados, casi todos con Los Hispanos y unos más con Los Renegados, un grupo que interpretaba baladas en el estilo de Los Ángeles Negros y su cantante, Germain de la Fuente.

Con la llegada de las plataformas no volvieron a grabar CDs ni vinilos. Desafortunadamente para ellos, firmaron un contrato que estipulaba que las grabaciones eran propiedad de la casa disquera sin importar el formato en que se distribuyeran. “Hoy en día, con las plataformas, ellos siguen siendo dueños únicos de las grabaciones que hicimos y en la cual nosotros como Los Hispanos no tenemos derecho a regalías ni a nada. Cuando empezamos éramos muy jóvenes y con tal de salir en una carátula firmamos el contrato sin leerlo al detalle”, dice.

Chucu chucu en tiempos de reguetón

Los cambios de tendencias y de modas no han afectado a Los Hispanos. Al menos así lo piensa Jiménez. “La música urbana es un género totalmente distinto y la ventaja de Los Hispanos es que ya somos una institución establecida en Colombia. Casi todo el país conoce la música de Los Hispanos. La mayoría de los jóvenes, a quienes más les gusta la música urbana, está volviendo a nuestro género. Muchachos de 14,16 o 20 años cantan Cariñito y saben quiénes son Adonai y Daniela... La música urbana es otro género, pero ahí cabemos todos”.

Prueba de lo anterior es que canciones de agrupaciones como Los Hispanos y otras contemporáneas que van para 60 años de haber sido publicadas sigan tan vigentes, sobre todo en Navidad. Jiménez intenta explicarlo de la siguiente manera: “Son unos temas que quedaron en el corazón y en la mente de la gente porque se oían más que todo en las famosas reuniones de diciembre, las marranadas, las novenas... esa música trae muchos recuerdos y diciembre es el mes más alegre del año. La música de Los Hispanos es muy alegre también y es bailable, ciento por ciento. En las casas donde reparten los aguinaldos, natilla y buñuelos prefieren poner los discos de Los Hispanos en vez de reguetón. A los jóvenes les gusta mucho, pero yo creo que después de cuatro reguetones no se los baila nadie. En cambio, al ritmo de Los Hispanos se bailan seis u ocho canciones seguidas”.

Sin embargo, agrega, estos temas llamados “de diciembre” suenan todo el año, sobre todo en el exterior. “En diciembre nosotros tratamos de permanecer en Colombia, pues es donde más gusta y porque no hay estaciones. Tocar un 20 de diciembre en Nueva York, a 2 o 3 grados bajo cero, es muy aburridor: preferimos estar en Colombia”. De marzo a junio hacen las giras internacionales donde interpretan esas canciones. “Entonces, no es música solamente de diciembre”, recalca.

HISPANOS 2

¿Ha valido la pena dedicarle tanto tiempo y esfuerzo a la música? Esa reflexión se la hace Jiménez. “Si yo hubiera seguido en el banco y estuviera jubilado de la entidad bancaria donde trabajé, que es la más grande, estoy seguro de que no viviría como vivo hoy”. Considera que es una persona que vive modestamente acomodada y tranquila con lo que ha hecho. Logró educar a sus hijos en una universidad de Medellín y hoy son profesionales. “Hubo momentos difíciles, claro. Pagar cuatro universidades a la vez no es fácil. En la época de la violencia de los 80 y de los 90 muchos bailes se nos dañaron porque explotó un carro, porque se cayó el avión. Muchos conciertos se cancelaron y uno con la culebra pendiente”, recuerda.

Afirma que lo importante es ser juicioso y que eso sucede en todos los oficios. “Esta es una profesión como cualquiera. Si usted de médico sale del consultorio a rumbear y a beber, la medicina tampoco le daría con qué vivir. Mi hermano y yo, y muchos de los músicos que yo tengo, salimos del baile derecho para el hotel. He tratado de escoger elementos que no tengan vicios malucos, que no vayan a bajarme de un avión porque a Los Hispanos los cogieron con un cargamento. Hasta ahora, gracias a Dios, me he cuidado mucho de eso. Si uno se maneja bien y es juicioso, y es honorable y cumplido, puede vivir de la música perfectamente”.

Una historia que aún no termina

Sobre el libro, considera que está muy completo, que no quedó nada importante por fuera. “Contar 60 años sería imposible. Son 500 o no sé cuántos conciertos, y es muy difícil contarlo todo. Pero lo principal, lo que quería contar… cómo es la música, cómo empezaron Los Hispanos, cómo es vivir de la música, no es tan fácil como se cree. A uno lo ven en la tarima y dicen: ‘Ah no, es que pasan muy bueno, no más cantando y bailando’. Pero cuando uno se sube a la tarima detrás ha tenido que solucionar muchos problemas. Cancelaciones de vuelos, de hoteles. En el libro conté lo principal. De pronto, dentro de otros 60 años, haremos el segundo tomo, con la ayuda de mi Dios”.

Conozca más de Cambio aquíConozca más de Cambio aquí