El rock del sur y su guerra de secesión
Los Allman Brothers, banda emblemática del rock sureño.
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Una antología doble recupera lo más selecto de la edad de oro del rock del sur de los Estados Unidos (1973-1979) y justifica un legado que es mucho más amplio y fascinante que la canción ‘Sweet Home Alabama’.
Por Jacobo Celnik
Rock sureño, o Southern Rock, es sinónimo de Lynyrd Skynyrd y The Allman Brothers Band, dos de los mayores orgullos de Jacksonville (Florida) y los exponentes más visibles y mediáticos de un estilo de rock que mezcló el jazz, el gospel, el folk y la música country. Ambas agrupaciones conquistaron el exigente mercado de Estados Unidos durante los primeros años de la década de los setenta gracias a álbumes y canciones memorables, además de una capacidad creativa excepcional de la mano de músicos virtuosos.
Sin embargo, el camino al éxito tuvo varios obstáculos por sortear, especialmente la resistencia de las emisoras más influyentes de Estados Unidos a programar grupos de Georgia, Alabama, Florida, Tennessee, Kentucky, Louisiana, Mississippi, Arkansas, entre otros estados del sur. Derrotar la hegemonía de las bandas de California, Nueva York, Michigan, Massachussets, New Jerse, e Illinois era todo un reto. El rock también libró su propia guerra de secesión.
El primer grupo en lograr cierta notoriedad fue la banda liderada por el guitarrista Duane Allman tras las presentaciones de marzo de 1971 en Nueva York. El álbum Live At The Filmore East se convirtió en un disco de culto para toda una generación de rockeros y puso en la agenda mediática de las emisoras de los Estados Unidos el concepto de Southern Rock, gracias a temas memorables como Whipping post, Hot Lanta y Statesboro blues. Parte del encanto de estas canciones, y de clásicos de 1973 como Jessica y Ramblin´ man, estaba en el sentimiento de su interpretación vocal, en el uso de melodías tradicionales del folclore norteamericano, en recuperar los pasos de Hank Williams con la improvisación y el virtuosismo, especialmente en los solos de guitarra y teclado, la marca particular de canciones que no tenía ninguna conexión con Jefferson Airplane (California) o The Velvet Underground (Nueva York).
El disco del Filmore East es considerado uno de los álbumes en vivo más importantes del rock (con los años se reeditó en versiones más extensas y completas), porque fue una de las escuelas más influyentes para toda una generación de músicos que encontraron en Duane Allman, a pesar de su temprana muerte en octubre de 1971, al pastor que guió sus sueños y quien les mostró el camino a seguir en la música. Sin ir muy lejos, el renacer de Eric Clapton en los años setenta se le debe a Allman y la gesta con Derek & the Dominos.
Los exponentes del rock del sur tomaron el dolor y el sufrimiento de los padres del blues y les dieron a sus canciones un aire de modernidad y acelere rockero, sin descuidar el entorno y el ambiente donde fueron creadas esas canciones. Por eso algunas tienen ese sonido tan particular y cercano al country. El rock del sur no sólo se afianzó en los estados más sólidos del país donde hubo una gran irrupción de bandas desde 1973. Su impactó traspasó las barreras geográficas y logró permear a una generación muy amplia de artistas, en diversas regiones de las cosas este y oeste del país. No se puede entender parte de historia de artistas como los Eagles, Bob Seger, John Fogerthy, Tom Petty, Jackson Browne, Lobo, Seals & Crofts, Bread, America, David Crosby, Neil Young, Robbie Robertson, Linda Ronstadt y ZZ Top sin la influencia del rock sureño.
En 1973, otro gran hito determinó el camino poderoso que empezaba a recorrer el rock del sur: el éxito de Free bird de Lynyrd Skynyrd, incluida en su disco debut Pronounced 'lĕh-'nérd 'skin-'nérd. No sólo las grandes emisoras de Los Ángeles, Chicago y Nueva York se rindieron ante su grandeza. La canción voló lejos y conquistó el mercado británico, convirtiéndose en un himno del tamaño de Stairway to heaven de Led Zeppelin. A partir de ese momento, la lucha para las bandas del sur de Estados Unidos fue de igual a igual con las grandes catedrales del rock norteamericano.
Justamente la antología Southern Rock Gold recupera el legado de la mayoría de las bandas del sur de Estados Unidos que lograron cierta visibilidad y alta rotación en la radio a partir de 1973, por cuenta del interés de la industria por firmar y mercadear grupos con sonidos cercanos o similares a los Allman Brothers. La selección de 32 canciones es toda una caja de Pandora de la historia del rock por la calidad de los artistas seleccionados y porque revive música que el paso del tiempo había borrado como la del genial Charlie Daniels y su clásico inmortal The south's gonna do it again.
Muchos de los nombres de esta antología puede que desde lo comercial no le digan mucho a un espectador incauto del rock, pero la calidad de música habla por sí sola como sucede con la majestuosa Highway song de Blackfoot (una hija perdida de Free bird), Heard it in a love song de The Marshall Tucker Band, If You Wanna Get to Heaven de The Ozark Mountain Daredevils, Champagne jame de Atlanta Rhythm Section, Refried funcky chicken de Dixie Dregs (la banda de Steve Morse de Deep Purple), Walk softly de The Kentucky Headhunters y Dixie chicken de Little Feat. Y aunque la antología se centra en los seis años en los que el rock del sur gozó de buena salud, también aparecen algunos artistas que en los años 80 le dieron un segundo aire a este estilo tan particular de hacer rock como sucedió con 38 Special y su clásico Hold on loosely, Keep your hands to yourself de Georgia Satellites y Don´t misunderstand me de Rossington Collins Band, agrupaciones con muchísima influencia en artistas de los años noventa como los Black Crows, Gov´t Mule y Arc Angels.
Escuche lo mejor del Southern Rock
Las pullas al rock del sur
Entre 1970 y 1972 Neil Young compuso dos canciones que no fueron muy bien recibidas por algunos rockeros del sur de Estados Unidos por tratar temas sensibles sobre la segregación y el racismo: Southern man y Alabama. Esta última, particularmente, que aparece en el álbum Harvest, cayó muy mal entre los miembros de Lynyrd Skynyrd que eran fanáticos confesos de Young. Ronnie van Zant decidió responderle al canadiense en 1974 con el tema Sweet home Alabama en el que dejó clara su postura: “I hope Neil Young will remember, a southern man don’t need him around anyhow” ("Espero que Neil Young recuerde, un hombre sureño no lo necesita de todos modos"). Lo más interesante de todo este asunto es que Neil Young en su excepcional autobiografía Waging heavy peace (Librando una paz pesada) se arrepintió de sus palabras en Alabama, pidió disculpas y dijo que se merecía el ataque de Van Zant. “Alabama’ richly deserved the shot Lynyrd Skynyrd gave me with their great record” ("La rica Alabama mereció la oportunidad que Lynyrd Skynyrd me dio con su gran canción"), dijo.