‘Florecita rockera’, el musical que le rinde homenaje a los Aterciopelados y a Bogotá
'Florecita rockera' es un musical que revive la Bogotá de los años 90 alrededor de una historia de amor inspirada en la que vivieron a comienzo de aquella década Andrea Echeverri y Héctor Buitrago, los dos integrantes de la banda Aterciopelados. El estreno será el15 de noviembre en el Teatro Jorge Eliécer Gaitán, donde también se presentará al día siguiente. Luego, a partir del 21 de noviembre comienza una temporada en el Teatro Astor Plaza.
Por: Eduardo Arias
Aunque el musical Florecita rockera no es una recreación textual de la historia de los Aterciopelados, la trama y la música en vivo sí giran en torno a la banda que lideró el renacer definitivo del rock colombiano a partir de 1994. Los dos protagonistas no se llaman Andrea Echeverri y Hécto Buitrago, pero casi. Michelle Salazar, quien tiene un gran parecido físico a la Andrea Echeverri de los tiempos de los álbumes Con el corazón en la mano y El dorado, interpreta a Delia, un nombre que remite a Delia y los Aminooácidos, la banda de Héctor y Andrea anterior a Aterciopeldos. Por su parte, Víctor Palacios interpreta a Hache, la letra inicial de Héctor. Delia es una niña rebelde de buena familia que vive en el norte de la ciudad, mientras que Hache, al igual que Héctor Buitrago, es del barrio Restrepo.
La escenografía es muy minimalista. Dos torres (en realidad andamios) en los extremos del escenario, representan un hogar del norte de la ciudad y otro del sur. Esas dos estructuras sostienen una plataforma donde están los músicos, una potente banda de rock que interpreta las canciones de Aterciopelados que se utilizaron como el hilo conductor de la trama.
Salvo Conny Camelo y Ramiro Meneses, que son dos reconocidos actores con una vasta experiencia, el grupo en escena lo componen actores, bailarines y músicos jóvenes que fueron seleccionados en un casting.
Florecita rockera es un recorrido histórico y musical por la Bogotá de los años 90 que se apoya en el uso de un video mapping documental que recrea la época. Es una Bogotá marcada por el narcoterrorismo, la séptima papeleta, la Constitución política de 1991, el auge de Carlos Vives y La Provincia y la ilusión de que Colombia ganaría el Mundial de Fútbol de Estados Unidos de 1994. Es la Bogotá anterior a TransMilenio que estaba atravesada por esa trampa mortal denominada Troncal Caracas (en la que los Aterciopelados grabaron el video de la canción Bolero falaz) la Bogotá que vio nacer Rock al Parque, un evento del que los Aterciopelados han sido protagonistas en múltiples ocasiones.
Esta puesta en escena es una coproducción de + Cultural y el grupo Alta Vista. El productor artístico es Manuel José Álvarez y Samir Estefenn es el productor ejecutivo. La dirección general y la dramaturgia están a cargo de Jorge Hugo Marín y Yenny Sotelo es su asistente. Rafael García y Sebastián Sero son los directores musicales. Al frente de la dirección coreográfica se encuentra Angela Abello. El diseño del video mapping lo realizó el cineasta Simón Hernández, el del vestuario lo hizo Laura Laurens y el de la iluminación corrió por cuenta de Leonardo Murcia. CAMBIO habló con Manuel José Álvarez y Sebastián Sero acerca de esta apuesta por el rock bogotano y por los talentos jóvenes.
CAMBIO: ¿Cómo nació la idea de hacer este musical alrededor de los Aterciopelados?
Manuel José Álvarez: Normalmente nosotros hacemos musicales de otro lado: obras mexicanas, gringas, argentinas, españolas, pero no habíamos hecho un musical de un grupo que nos enseñó a escuchar rock en español, el grupo icónico por excelencia de Colombia y sobre todo de Bogotá, que es la identidad de Bogotá. Son los Aterciopelados. Entonces me dije: ¿Por qué no hacemos algo ahora que ellos siguen vigentes? No es contar exactamente la historia de ellos. Ficcionemos los Aterciopelados con parte de la historia real de ellos.
CAMBIO: ¿En su opinión cuál fue el resultado?
M. J. A.: Logramos una historia que funciona, un West Side Story, una pugna similar a la de los Capuletos y los Montescos de Romeo y Julieta. Es una historia de amor, el comienzo de una relación preciosa, esa disputa entre los gomelos y los punketos, entre el norte y el sur de Bogotá.
CAMBIO: ¿Por qué traerla a un musical?
M. J. A.:Somos de esa época. Eso lo vivimos, lo disfrutamos. Hay una tendencia a ir a los 90, revivir los 90 y los 80, inclusive la música. Es recordar esa Bogotá que vivimos con bombas como la del DAS, con el Festival Iberoamericano de Teatro, con Antanas Mockus que nos enseñó una cultura ciudadana y al mismo tiempo teníamos toda esa desazón, toda esa angustia, todo ese temor.
CAMBIO: ¿Y por qué centrarse en Aterciopelados en vez de mostrar un panorama más amplio?
M. J. A.: Ellos, con su irreverencia, nos enseñaron a escuchar rock en español y Andrea fue la primera mujer que cantaba en una banda de rock. Además, es hacer un gesto y conmemorar la existencia de los Aterciopelados que cumplen 30 años.
CAMBIO: Hablemos un poco de la parte musical. Sin ser el grupo homenaje que toca la nota exacta de cada canción con un instrumento idéntico al del grupo original, los músicos lograron captar la esencia de los primeros Aterciopelados, el sonido de los álbumes Con el corazón en la mano y El dorado.
Sebastián Sero: Claro. Aunque es un formato teatral, un formato musical, la idea es que en varios momentos también se sienta como si fuera un concierto. Eso también trae unos desafíos técnicos pero la premisa siempre ha sido concierto de rock. Que el público sienta las guitarras en la cara, que no sea tan contenido ni tan al servicio de los actores, sino una banda fuerte. Usamos muchas versiones de Aterciopelados como referencia, sobre todo en vivo, porque queríamos generar una vibra muy potente.
CAMBIO: ¿Cómo armaron la banda?
S. S.: La banda está conformada por talentos jóvenes muy nítidos, por decirlo así. Son muy prometedores y esa es la apuesta, Hacer que suene como una banda de rock fuerte, que pega.
CAMBIO: ¿Tuvieron alguna asesoría de Héctor Buitrago y de Andrea Echeverri?
S. S.: No. Ellos estuvieron en la selección de los personajes. Ellos ayudaron en el casting.
CAMBIO: Ella canta bastante parecido a Andrea Echeverri. No es solamente su parecido físico en esa época.
S. S.: Sí, hemos entrenado mucho para que el público pueda sentir algo de esa nostalgia, de sentir la voz de Andrea sin querer copiarla, sino teniendo pequeños matices aquí y allá.
CAMBIO: ¿Cómo se siente con el resultado del montaje?
M. J. A.:.: Yo me siento muy contento. Logramos una estética urbana, recrear el espíritu del norte, del centro y del sur, pero además lo más interesante es que arriesgamos con gente muy joven. Solamente tenemos a Conny Camelo y a Ramiro Meneses. El resto es talento joven seleccionado por casting. Los músicos, los actores, los bailarines y yo creo que hay que apostarle a la gente joven, no simplemente vender nombres. Vender nombres es fácil finalmente. Lo retador es vender gente desconocida por el público y lanzarlos. Ellos cantan bien, actúan, tocan, bailan, son actores integrales y a mí eso me emociona mucho porque es una apuesta fuerte, difícil, compleja. Yo creo que tiene los elementos para que la gente goce y disfrute este espectáculo, que es para cierta generación, y los hijos de esa generación, los que no nacieron en ese siglo, van a vivir, a ver, a revivir los tiempos de sus padres. Los términos, cómo se refiere el uno al otro y la música sigue siendo vigente, lo que están diciendo ellos sigue siendo vigente.
Florecita rockera
Teatro Jorge Eliécer Gaitán
Carrera 7 No. 22-47
15 y 16 de noviembre
Teatro Astor Plaza
Calle 67 No. 11- 58
A partir del 21 de noviembre.