“Es la historia de un fan que termina convirtiéndose en periodista musical “: Emilio Sánchez
Emilio Sánchez,
‘La música del encuentro – Una autobiografía musical’ es un libro que recoge una serie de crónicas acerca de músicos que Emilio Sánchez Salamanca pudo entrevistar y que, además, admira.
Por: Eduardo Arias
Emilio Sánchez Salamanca lleva la música en su sangre. Es nieto de Julio E. Sánchez Vanegas, hijo de Jaime Sánchez Cristo y sobrino de Julio y Alberto, todos ellos melómanos y conocedores de marca mayor. Además, a María Teresa Mariño de Salamanca, su abuela materna, le gustaban bastante los boleros. Desde que era muy niño su padre le presentaba músicos, ya fuera en discos o en persona, ya fueran invitados al programa Espectaculares JES que dirigía y presentaba su abuelo o alguna estrella que su padre iba a entrevistar.
De melómano pasó luego a periodista musical, así que convirtió su pasión en profesión. A algunos de sus ídolos pudo conocerlos en persona, a otros logró verlos en concierto. Es, además, una lista muy variada porque a Emilio Sánchez le gustan desde muy niño una gran cantidad de géneros. Entre ellos están Chick Corea, Rubén Blades, Michael Jackson, Lenny Kravitz, Stevie Wonder, Sting, Earth, Wind & Fire, Sérgio Mendes, Carlos Vives… Todos ellos y algunos más son protagonistas de La música del encuentro, una autobiografía musical, libro que acaba de publicar y que presentará este jueves 26 de septiembre en la Biblioteca Los Fundadores del Gimnasio Moderno, en conversación con Karl Troller.
Estudió Comunicación Social en la Pontificia Universidad Javeriana y se diplomó en Escritura de guion para cine y televisión del programa UCLA Extension en Los Ángeles, California. Ha transmitido los Premios Oscar para el Canal RCN y los Grammy para CityTv. Y ha trabajado en programas radiales como Los originales, Visa múltiple FM y El sabor de la noche. CAMBIO habló con él de su libro y de su pasión por la música.
CAMBIO: ¿Cómo nació su pasión por la música?.
Emilio Sánchez Salamanca: Bueno, obviamente hay una parte muy grande de mi familia, sobre todo de mi papá, pues me mostraron música desde una edad muy temprana. El libro hace referencia a un tema de Sergio Méndez que se llama Sambadouro que es realmente la primera canción que yo recuerdo haber escuchado y que fue la primera canción que yo recuerdo que me haya tocado el alma. Yo tenía dos años, me la mostró a mi papá y ahí comenzó todo realmente.
CAMBIO: ¿En qué momento decidió pasar del simple papel de aficionado al interés por investigar y buscar historias relacionadas con los músicos?
E. S. S.: Lo del buscador de historias con los años fue quedándose orgánicamente porque el interés se iba dando de una forma tan intensa que no me conformaba solamente con oír las canciones o solamente con comprar los discos sino que quería saber un poco más de los artistas y de las canciones, del proceso que hay detrás y me fui volviendo conocedor de las historias de los artistas que admiro. Súmele a eso que termine volviéndome periodista musical. Entonces en ese trabajo por obligación toca profundizar en el conocimiento. Este libro es la historia de un fan que termina por cosas de la vida convirtiéndose en periodista musical y gracias a a ese oficio termina compartiendo con algunos de los músicos que más admira. El libro trata sobre esos encuentros.
CAMBIO: En el libro usted combina pinceladas de nostalgia, de tarde en tarde expresiones del lenguaje coloquial y párrafos informativos en tono objetivo.
E. S. S.: Yo también soy guionista. Soy diplomado en escritura de guion cinematográfico y a mí me interesan mucho esas películas que comienzan justamente en el momento definitivo, en el momento antes del clímax, en el momento en que todo puede cambiar, para bien o para mal, para el héroe de la historia. Yo no me quiero considerar un héroe. Lo que quiero decir es que a mí me interesan las historias cuando comienzan en ese punto y luego nos devolvemos para entender cómo llegó el personaje a ese momento. En el caso de una película le da al espectador esa tensión que es necesaria, que va aumentando y aumentando y aumentando hasta que finalmente llega ese momento en que se pasa del clímax a la resolución de la historia. A mí me pasó mucho eso al buscar entrevistas.
CAMBIO: ¿Eso cómo se refleja en el libro?
E. S. S.: El libro tiene muchas referencias de esas. Como por ejemplo cuando en el Festival de Curazao Carlos Vives quiere que lo entreviste pero la organización no tiene nada por escrito, entonces se complica mucho la cosa y es ver cómo se resuelve para que se pueda hacer la entrevista a pesar de que hay esa circunstancia un poco adversa. Sí hay pinceladas de nostalgia porque por un lado hay muchas referencias a la importancia que tuvieron estos personajes en mi niñez, y como esa niñez fue definitiva en el desarrollo de todas las historias, de mi conexión con esta gente y con su música y con su obra. Hay párrafos informativos porque yo no quería que fuera solamente la historia de un fan que se fue detrás del ídolo. Quería contar la historia de un fan que ha profundizado en sus conocimientos, que realmente es apasionado por la historia de los ídolos.
CAMBIO: Algo que llama la atención del libro es la cantidad de géneros que a usted lo apasionan: jazz, rock, bossa nova, pop, salsa. ¿Cómo se despertó en usted ese gusto musical tan variado?
E. S. S.: No creo que sea algo con mucho criterio. El desarrollo de mi gusto musical es qué música me ha tocado las fibras del corazón, qué música me ha conmovido y ha llegado a lo más profundo de mi ser. El jazz obviamente es una influencia muy grande. El bossa nova también. Pop sí, pero cierto pop. A mí el pop actual no me mata. No estoy diciendo me parezca malo, sino que no lo considero de mi gusto personal íntimo. La salsa comenzó a gustarme en mi adolescencia, como a los 13 o 14 años, cuando empecé a oír a Rubén Blades. Yo ya conocía a Celia Cruz y me fascinaba, pero me faltaba profundizar en ese tema. El rock también viene desde la infancia. De hecho la primera vez que yo oí la palabra rock and roll fue a través de la canción Rock and roll de Led Zeppelin que me la mostró mi tío Alberto Sánchez y los primeros rockeros que yo admiré fueron Led Zeppelin. Después vino Elvis Presley, los Beatles, pero todo comenzó con Led Zeppelin.
CAMBIO: ¿Qué criterios lo llevaron a seleccionar las historias que componen el libro?
E. S. S.: Todo empezó con la muerte del gran pianista de jazz Chick Corea, a quien pude conocer. Además tuve una conexión muy profunda durante el último año y medio de su vida porque pude hacerle tres entrevistas entre 2019 y finales de 2020. Él murió en febrero de 2021. Por otro lado durante la pandemia él tenía una academia virtual en la que yo a veces me metía. Él terminó dedicándome su versión de una canción de Stevie Wonder. Yo quería contar esa historia y escribí un primer borrador de lo que llegaría a ser el capítulo de él, pero lo dejé de lado por unos meses. Después lo volví a ver y me di cuenta que, como esa historia, había muchas y empecé a escribirlas. Se fue dando la forma de un libro. Nuevamente me di cuenta que ahí había una colección de crónicas de esa índole y me fui por el lado de los músicos que realmente me apasionaban. Ese fue el criterio. De nuevo quien escribía esas historias era el fan que al mismo tiempo era periodista musical pero que comenzó siendo fan de todos estos artistas.
CAMBIO: Aunque la lista completa sería muy larga, señale algunos músicos que ha querido entrevistar y ver en vivo y no ha podido.
E. S. S.: A Paul McCartney lo he podido ver en vivo varias veces pero me encantaría entrevistarlo. Elton John, igual. A Michael Jackson lo pude ver en vivo pero pero me hubiera encantado entrevistarlo. El capítulo de él es el único capítulo que habla exclusivamente de un concierto en el que tuve el privilegio de estar cerca a una persona muy admirada. Por otro lado también hay muchos que yo hubiera querido entrevistar y ver en vivo pero ya habían fallecido. Frank Sinatra, Antonio Carlos Jobim. Miles Davis...
CAMBIO: ¿Habrá un continuará de sus memorias musicales?
E. S. S.: Sí, habrá un continuará. Es en esta línea, es similar pero con variantes y sorpresas. Es un proyecto que ya estoy comenzando a desarrollar secretamente, pero sí, hay algo en esa línea que sé que se viene.