
Lechedetigre y su apuesta por la Tragedia Cumbia Rock
Lechedetrigre.
La agrupación bogotana Lechedetigre lanzó el álbum 'Las veces que quieran', donde plasman su propuesta que combina influencias latinoamericanas con otros géneros como el rock y el reggae.
Por: Eduardo Arias

La agrupación bogotana Lechedetigre lanzó hace algunas semanas el álbum Las veces que quieras, en el que presentan 11 canciones, entre ellas Balada de un triste tigre, que ya habían presentado en febrero de 2023, y Las Filas, Cassius y Curva del 98, que divulgaron entre noviembre y diciembre de 2023.
Este cuarteto, integrado por Gabriela del Sol Abello (vocalista), Juan Pablo Cardona (guitarrista), Mateo Rudas (bajista) y María José Chica (coros), se formó a comienzos de 2018. Ellos han denominado su propuesta como Tragedia Cumbia Rock, género que navega por las aguas de la cumbia colombiana, la chicha peruana y la villera argentina, matizadas con algunos toques de house de los años 90, el electro francés, el rock de Aterciopelados y el reggae de The Wailers.
A mediados de 2020 la banda lanzó Domingo Infinito, una canción a la que siguió la publicación de una sesión en vivo a la que denominaron Lechedetigre – en su sala. Mirador, primer EP de la banda, lo lanzaron en marzo de 2021 y a lo largo de 2022 y 2023, se llevó a cabo el desarrollo del segundo álbum, Las veces que quieras. Además, grabaron la canción No soy un extraño, de Charly García, que apareció en el álbum tributo A los jóvenes de ayer, con el Sello Incorrecto. CAMBIO habló con Gabriela del Sol Abello acerca del grupo y de sus trabajos musicales.
CAMBIO: ¿Cómo definiría usted a Lechedetigre, no solo desde su propuesta musical sino como colectivo?
Gabriela del Sol Abello: Definimos a Lechedetigre como un laboratorio de exploración musical y como un diario de memoria que recopila momentos de nuestra vida a través de una narración que combina elementos poéticos y metafóricos que guían la composición de canciones.
CAMBIO: ¿De dónde salió la idea de ponerle ese nombre a la banda?
G. d. S. A.: Ponerle nombre a un proyecto musical es muy difícil. Hay que poner de acuerdo a muchas personas, en este caso los integrantes de la banda, y pensar también en cosas que guían el proceso que el grupo lleva y que marcan su identidad. En nuestro caso, el nombre Lechedetigre hace referencia a la diversidad de ritmos y texturas sonoras con aires de las músicas urbanas latinoamericanas que conforman nuestra propuesta, así como el juguito del ceviche peruano que lleva este mismo nombre.
CAMBIO: ¿Cómo fue la gestación y el desarrollo de este álbum?
G. d. S. A.: Este álbum se gestó desde la misma creación de la banda en el año 2018, momento en el que empezaron a nacer muchos prospectos de canciones que hasta el momento no contaban con forma ni sonoridad definidas. Luego del lanzamiento de nuestro primer EP, que contó con cuatro temas, decidimos emprender un nuevo reto: aterrizar esas ideas que habíamos dejado en remojo desde los inicios de la banda. Nos pusimos a escuchar los archivos de audio de los primeros ensayos y nos dimos cuenta de que, además de potencial, las ideas tenían una cierta identidad en conjunto y que era posible compilarlas bajo la sombrilla de un álbum que contara con texturas y beats de músicas electrónicas marcadas por el sello de realizar una producción hecha en casa. Lo cual marca una diferencia con Mirador, nuestro primer trabajo musical, que fue grabado en el estudio Mambo Negro Récords.
CAMBIO: ¿Para qué hacer álbumes en estos tiempos?
G. d. S. A.: Nosotros hacemos parte de una generación en la que escuchar álbumes completos, en formato CD, casete o vinilos, y coleccionarlos era una parte esencial y muy importante de nuestra identidad. Crecimos en la época dorada del rock en español y tenemos de referentes no solo bandas muy significativas de esta escena, sino también sus álbumes como por ejemplo El dorado de Aterciopelados, el Re de café Tacvba y muchos otros. Tal vez sentir el álbum como algo especial, algo importante más allá de los hits, lo vemos como un legado transgeneracional, como una reminiscencia del pasado que nos conecta con nuestra infancia y juventud. Nuestros padres oían álbumes completos. Si bien hoy en día el CD como objeto físico no es muy común y no es necesario para un proyecto musical, nos ha quedado esa nostalgia por el pasado y ese deseo por emular el trabajo de nuestros referentes que compartían su música mayoritariamente en compilados de canciones y no por medio de sencillos o canciones sueltas. Por otro lado, defendemos nuestro sentir que, en este caso, va en contra de lo que el mercado y la industria señalan como camino a seguir.
CAMBIO: ¿Cómo ha sido la circulación de su música y de su proyecto en general?
G. d. S. A.: Lechedetigre gestiona su circulación desde dos lugares. Primero, desde los conciertos en vivo que hemos autogestionado, procurando tocar en lugares representativos de la música en vivo en Bogotá. Por otro lado, desde las redes sociales en donde también es importante tener una propuesta visual atractiva y unificadora del proyecto y que invite a atraer públicos tanto a los toques en vivo como a las plataformas de audio.
CAMBIO: Un poco al margen del nuevo álbum, háblenos de la versión que ustedes hicieron de No soy un extraño, de Charly García, y de ese proyecto.
G. d. S. A.: Con respecto al cover No soy un extraño de Charly García, este fue un proyecto liderado y gestionado por el sello Incorrecto. Ellos convocaron bandas que quisieran hacer covers distintos de canciones de Charly García y nosotros nos animamos a hacer uno de este tema, tirándolo hacia la cumbia y proponiendo nuestra propia versión. El resultado nos gustó mucho y está disponible para la escucha en el Bandcamp del sello incorrecto.
