Leonard Rentería, resistencia desde las barricadas del arte y la cultura
Leonard Rentería
Se dio a conocer por un par de intervenciones que se volvieron virales en redes. Pero su alcance va mucho más allá. Leonard Rentería, además de rapero, fotógrafo y estudiante de fotografía, ha sido un muy importante gestor cultural en Buenaventura. Lo ha hecho a través de eventos que ha propiciado y desde los medios alternativos de comunicación.
Por: Eduardo Arias
Leonard Rentería adquirió notoriedad en 2016 cuando, en un mitín organizado en Buenaventura por el Centro Democrático para apoyar el no a los acuerdos de paz, intervino en defensa de la paz y se enfrentó verbalmente al expresidente Álvaro Uribe. También volvió a ser noticia cuando, por motivo de un paro de los habitantes de Buenaventura, se enfrentó con algunos de los periodistas de Blu Radio. Pero, por encima de este par de episodios que lo volvieron viral es un activista de los derechos humanos y la defensa del territorio. Estudia noveno semestre de psicología y la gran mayoría de sus actividades las desarrolla a través del arte y la cultura, así como los medios alternativos de comunicación. De hecho él es un rapero y un gran aficionado a la fotografía.
Leonard Rentería Vallecilla en la actualidad tiene 31 años de edad. Nació en el barrio San Francisco, en Buenaventura. Dirige la Corporación Eleggua Comunicaciones, Acción y Producción, que trabaja en tres líneas. Intervención social, que busca prevenir a la niñez, adolescencia y juventud de las dinámicas de violencia a través de acciones de construcción de paz, buscar que los jóvenes definan su propio proyecto de vida y buscar que ocupen el tiempo libre con actividades creativas. A través de la comunicación alternativa desde el territorio muestra las realidades que se viven en su ciudad y en el Pacífico colombiano y busca hacerlas visibles en el contexto local, departamental, nacional, e internacional. Por último, a partir de diversos emprendimientos Eleggua Comunicaciones busca su autonomía e independencia económica.
Cuando cumplió 13 años ingresó a un proyecto de organización cultural enfocado en la danzas y los derechos humanos. desde entonces Leonard Rentería se ha dedicado a la comunicación, “A esa edad, cuando empecé a conocer de esos temas, comencé a cambiar la lógica de la desobediencia y de la agresividad que traía desde que era niño y que tenía como adolescente en ese entonces”.
En varios momentos de su vida, cuando participaba en procesos sociales, casi siempre lo enviaban a los espacios de formación relacionados con comunicaciones. “Pero yo también tenía mucho por decir de esa realidad que venía viviendo en el territorio, de esa realidad de que me tocaba vivir a mí, a mi familia y a los conocidos”. Encontró en la comunicación la oportunidad de poder hacer visible parte de esa realidad y también de ser portavoz de esa realidad que mucha gente no se atrevía a decir, a pronunciar, a denunciar. “Desde el amor a la comunicación y sobre todo desde la posibilidad de poder hablar y levantar la voz empecé a hacerlo. Desde esa línea que me gusta y me apasiona mucho”.
Hace cinco años Leonard Rentería intentó montar una emisora comunitaria. El proyecto no prosperó, pero ahora él y su equipo realizan unos podcasts en los que hablan de lo que pasa en el territorio. Las plataformas le han permitido amplificar sus voces y narrar el Pacífico desde el arte y la cultura. “Empezamos a narrar esa realidad. Allí hay un episodio que me gustó mucho, que habla de los rituales mortuorios del Pacífico”. En este capítulo se muestra que las comunidades afrodescendientes del Pacífico ven en la muerte el camino hacia otros horizontes. “Eso hace que haya una conexión cultural con la muerte, que implica una despedida, y que alrededor de esa despedida hay toda una serie de patrones culturales que se avivan y acciones culturales que se desarrollan”.
Y es que para Leonard la cultura juega un papel fundamental en los procesos comunitarios y sociales en los que participa. Considera que la cultura y el arte han salvado muchas vidas. “Lo digo por lo que la cultura y el arte hicieron conmigo. Porque a mí, en un contexto hostil de violencia, donde inclusive esa violencia condiciona mi conducta desde la lógica de volverme un ser agresivo, el arte me permitió sacar de mí parte de esa realidad que me acercaba muchísimo a la violencia". También piensa que la cultura y el arte tienen ese poder de ubicar a las personas en otro plano. "Yo me atrevo a pensar y a decir que el arte y la cultura, aunque muchos no lo consideren así, están conectados con el poder espiritual. Siento que detrás del baile, de la música de los tambores y de las manifestaciones del arte y la cultura siempre se esconden manifestaciones espirituales que nos permiten recobrar fuerzas y avanzar hacia otros horizontes”.
“Desde el amor a la comunicación y sobre todo desde la posibilidad de poder hablar y levantar la voz empecé a hacerlo. Desde esa línea que me gusta y me apasiona mucho”
Son varias las actividades culturales en las que ha participado. Con algunos compañeros creó el primer festival de hip hop de Buenaventura, que se llamaba Alturas Hip Hop, en el que se utilizaron los cuatro elementos que conforman ese movimiento: rap, graffiti, break dance y los DJs. Antes habían organizado un evento llamado Rompamos en el Silencio, que llevaba el arte a aquellos lugares de Buenaventura a los lugares donde estaba enquistada la violencia. El propósito, cantar, rapear, improvisar contra esos elementos que generan la violencia. Tuvo la oportunidad de participar hace unos años en la Cumbre Latinoamericana de Hip Hop, donde habló de la apuesta del rap.
En un ejercicio con los Hermanos de Convivencia San Basilio de Palenque creó una canción en homenaje a Candelario Obeso, el primer poeta negro de Colombia. “Fue un tema que logramos hacer para el Ministerio de Cultura y que buscaba incentivar, motivar y sensibilizar frente a lo que significa la vida y obra de Candelario Obeso". Viajó a Cartagena para lo que fue un encuentro entre Buenaventura y San Basilio de Palenque para poder darle vida a ese trabajo musical. “La palentura, que decíamos en ese entonces”. Esa canción está disponible en YouTube y en la página de la Biblioteca Nacional de Colombia.
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"Siento que detrás del baile, de la música de los tambores y de las manifestaciones del arte y la cultura siempre se esconden manifestaciones espirituales que nos permiten recobrar fuerzas y avanzar hacia otros horizontes”
En Buenaventura también ha promovido ejercicios de arte y cultura desde la fotografía y la pintura. Están dándole forma a Fesarte, que es el Festival de las Artes, que nació el año anterior. El propósito de este evento es que se encuentren las expresiones artísticas y culturales en actividades académicas así como en acciones y manifestaciones artísticas. “Queremos generar en Buenaventura un encuentro alrededor de las artes para que los jóvenes vean que hay un camino".
Rentería considera que por el camino de la promoción cultural se han logrado avances en Buenaventura. Señala que han logrado evitar que al menos 500 jóvenes que han participado en los distintos procesos culturales y comunitarios hayan caído en manos de los violentos que los reclutan para que empuñen las armas. “Hay un panorama positivo, en la medida de que la gente en la comunidad reconoce lo que hacemos y también buscan que sus hijos, sobrinos y demás hagan parte de los procesos y los escenarios que nosotros estamos generando”. También ve como algo positivo el reconocimiento que ellos han ganado. “Quizás falte mucho más por hacer pero el hecho de que los jóvenes que hoy están vinculados a nuestros procesos sean actores de paz y no de violencia tiene un gran significado. Este es un territorio donde con facilidad un joven puede tomar un arma, en un contexto de mucha necesidad, de vulnerabilidad. Esos jóvenes con los que trabajamos a partir del ejercicio han optado por estar acá. Yo creo que eso habla bien de lo que se hace. Quisiéramos tener un mayor nivel de impacto. Lo que estamos haciendo no es suficiente pero es un aporte importante”.
Rentería señala que en Buenaventura existen muchas iniciativas como la suya. Calcula que sin ese trabajo colectivo de tantas organizaciones, al menos un 60 por ciento de los jóvenes de Buenaventura estarían atrapados en el círculo de la violencia. “Hay muchísimos procesos, sobre todo de gente joven que han decidido tomar el camino de las artes y la cultura. Podría quedarme un buen tiempo mencionando la gran cantidad de proyectos que están generando transformación social a partir del arte y la cultura misma en la ciudad y en varios lugares del Pacífico".
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"Hay un panorama positivo, en la medida de que la gente en la comunidad reconoce lo que hacemos y también buscan que sus hijos, sobrinos y demás hagan parte de los procesos y los escenarios que nosotros estamos generando"
Señala que todas estas acciones las hacen con las uñas. “Ninguno de los procesos culturales cuentan con apoyo de la alcaldía”. La mayoría de los políticos, cuando llegan al poder, deciden contratar operadores a los que les pueden pedir un porcentaje del valor total del contrato. “Muchos de nosotros no caemos en esa lógica de recibir un proyecto y para que tengamos que entregar el 40 o cincuenta por ciento y después vernos metidos en problemas para poder culminarlo. Además de que es una práctica que no está bien, el no aceptarla hace que los políticos de turno no nos tengan en cuenta”.
Tampoco reciben apoyo porque muchas de estas organizaciones comunitarias critican y cuestionan a los gobernantes locales y del departamento del Valle del Cauca. “Las únicas opciones que tenemos son los apoyos concretos que se reciben a veces de alguna agencia de cooperación internacional que tienen asiento acá o cuando se gana alguna convocatoria”.
Del Gobierno actual valora que, en su inicio, haya planteado la posibilidad de que los procesos culturales que desarrollan las comunidades reciban el apoyo del Estado. “Pienso que para Buenaventura hay un elemento importante y es que después de la propuesta de 2017, el paro cívico Buenaventura empezó a construirse el PDIB, que es el Plan de Desarrollo Integral para Buenaventura a diez años. En el área de arte y cultura ese plan tiene una serie de proyectos que van a permitir fortalecer el panorama y el quehacer cultural y artístico. Este Gobierno ha permitido que el PIDV haya quedado incluido en el Plan de Desarrollo, lo cual nos da muchísimas satisfacción y alegría. Su desarrollo va a depender también del nivel de empoderamiento que mantengamos para hacer veeduría, para hacer seguimiento, para hacer críticas constructivas, para proponer con base en lo que ya está ahí establecido. Esperamos que eso se siga manteniendo, que el Gobierno realmente le cumpla a Buenaventura, le cumpla al arte y le cumpla a la cultura”.