Leonor González Mina, una voz que hizo historia
6 Enero 2025 02:01 pm

Leonor González Mina, una voz que hizo historia

Leonor González Mina.

Crédito: Colprensa - Diego Pineda.

Una de las noticias más tristes de 2024 fue la muerte de Leonor González Mina, la Negra Grande de Colombia. Este hecho desempolvó recuerdos de esta artista cuya voz cautivaba a quienes la oyeron. Una de esas personas fue el gran compositor y productor Eduardo Cabas, quien le abrió las puertas de los estudios de grabación y trabajó con ella en varios álbumes. Estos son algunos de los recuerdos que guarda de ella.

Por: Eduardo Arias

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El 27 de noviembre del año que terminó se conoció el fallecimiento de Leonor González Mina, conocida como la Negra Grande de Colombia. Cantante, bailarina y actriz, nació en el corregimiento de Robles, municipio de Jamundí, Valle, el 16 de junio de 1944 y falleció en Cali. Se destacó como una de las mejores voces de la música popular colombiana y gracias a su versatilidad interpretó aires de géneros muy diversos tanto de las dos costas como de la Región Andina. Grabó más de 30 álbumes y es muy recordada por piezas como Campesino de ciudad, Mi Buenaventura, Yo me llamo cumbia, El alegre pescador, Chocoanita y Mi cafetal.

Leonor González Mina trabajó en muchas oportunidades con el gran compositor y productor discográfico barranquillero Eduardo Cabas e interpretó varias de sus composiciones. De hecho, fue Cabas quien le abrió las puertas a los estudios de grabación que le permitieron darse a conocer a través de los discos. 

Para presentar una semblanza de Leonor González Mina como artista y también como persona, CAMBIO habló con Eduardo Cabas.

CAMBIO: ¿Cómo conoció usted la música de Leonor González Mina y a ella en persona?

Eduardo Cabas: Yo tuve ese gusto enorme cuando era director artístico de la casa discográfica Philips en Bogotá. Ella fue a visitarme y a pedirme que la tuviera en cuenta para lo que se relacionara con la música que ella hacía. Esa fue la forma de encontrarme con ella. Muy valiente, se atrevió a presentarse en vista de que el medio artístico cada vez estaba dando menos para voces y para estilos como los de Leonor González Mina.

CAMBIO: ¿Cómo la recuerda usted como persona?

E.C.: Era una mujer maravillosa que endulzaba, que enamoraba y que hacía sentir a todo el que se le acercaba, que también era una persona valiosa. Ella sonreía. Ella se reía también a carcajada suelta y tenía un profundo amor por el colombiano, en especial por el colombiano pobre que sufre. Ella de alguna manera fue también una cantante protesta.

CAMBIO: Ella interpretó canciones que usted compuso. ¿Cómo era trabajar con ella?

E.C.: Efectivamente, Leonor interpretó varias canciones mías, porque me emocionaba enormemente sentir su voz y su fuerza sobre las letras y melodías que yo había creado. Fueron muchas y en el fondo fue por una razón importante. Yo fui productor de Leonor en muchos discos de los que grabó, ya fueran prensajes especiales o discos comerciales. Todo esto sucedió en esa época en la que participé como director artístico de Philips. Inclusive yo la traje a esa casa discográfica como artista exclusiva.

CAMBIO: ¿Cuáles canciones suyas ella grabó en discos o interpretó sobre algún escenario?

E.C.: Leonor fue una de las intérpretes más queridas de mi obra musical. Al igual que ella, he hecho grandes esfuerzos por tratar de que sean las canciones colombianas las que hagan los intérpretes colombianos y los compositores. Recuerdo fundamentalmente un par de ellas, pero fueron muchas más. Ella interpretó con muchísimo éxito una obra que hicimos a dos manos, con Alfonso de la Espriella, que se llamó Campesino de ciudad y que fue ganadora del Gran Festival de la OTI, y en el que arrasó con su grandeza de intérprete. Cantó otras canciones de este estilo simpático y curioso, así como algunos pasillos y bambucos y algunas baladas. A ella también le encantaba cantar baladas.

Cabas
Eduardo Cabas.

CAMBIO: ¿Qué papel desempeñó ella en el ámbito de las luchas sociales?

E.C.: Otra cosa importante en Leonor fue su sentido social. Ella había sido pobre, como muchos colombianos lo hemos sido. Ella sintió la fuerza del hambre, a pesar de que desde que era niña y joven luchó con su familia para tratar de solventar los problemas económicos. O sea que, de una manera u otra, Leonor, fue auténtica en sus sentimientos y empática con el colombiano pobre y con la necesidad de los colombianos de tener como mínimo una ración de comida diaria que los dignificara. También tenía un sentido social tan alto, que participó en luchas sociales. Protestó en la calle y en los medios de comunicación por las cosas en la sociedad colombiana que ella juzgaba que eran injustas. Nunca quiso ser la aristócrata del mundo, como lo pueden ser las grandes cantantes como Tina Turner de Estados Unidos y mil más. Ella, en el país, era simple y llanamente la Negra Grande de Colombia. Esa era una satisfacción que tenía porque era enormemente sencilla.

CAMBIO: ¿Qué legado dejó Leonor González Mina?

E.C: Cuando Leonor cantaba no había nada más que hacer. Sólo oírla. Ella cautivaba inmediatamente porque su voz cobijaba el amor de las palabras y de las melodías. Nunca, en ningún lugar del mundo, la gente pudo dejar de ponerle atención a un espectáculo en el cual cantara Leonor González Mina. Fue una voz irrepetible, indiscutiblemente. Una voz muy cuidada, profesional: una voz que realmente llegaba al alma. Hay que recordarla y para ello es necesario pedirles a los medios de comunicación que sus canciones grabadas en discos no se pierdan y que las nuevas generaciones sepan, así como lo saben los norteamericanos sobre muchos de sus artistas de épocas anteriores, que Leonor González Mina es y será una de las más grandes intérpretes de nuestra música colombiana.

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