Llega Reelshorts a Colombia: el millonario negocio del melodrama encapsulado

Crédito: Reelshort

24 Marzo 2025 06:03 am

Llega Reelshorts a Colombia: el millonario negocio del melodrama encapsulado

¿De qué se trata esta propuesta que, por medio de capítulos de dos minutos, vuelve adicto a quien la ve? ¿Autoayuda de un corta duración o propuesta disruptiva?

Por: Juan Francisco García

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En los 153 segundos del primer capítulo de Nos ñmaremos una y otra vez, nos enteramos de que Mariana le devuelve el anillo con el que Nicolás le propuso matrimonio porque es una baratija, y que rechaza su propuesta porque “no tienes casa ni carro que ofrecerme”. Aunque Nicolás, dócil, le reitera que trabajará duro para darle la vida con la que sueña, Mariana no cede y, en cambio, se monta en un BMW descapotable en el que ha venido a recogerla Pedro (el villano millonario). “Solo seré joven una vez”, dice Mariana, “para qué voy a perder el tiempo contigo si Pedro lo tiene todo”. Nicolás, el bueno, la víctima y ahora el héroe, atestigua desolado cómo su prometida se desliza hacia otros brazos –hacia otro carro–. En los últimos segundos, Mariana y Pedro se besan; y entonces, sin que el usuario se dé cuenta, empieza el segundo capítulo, también de 90 segundos de duración. 

Este melodrama se replica, con variaciones tan estrambóticas como primarias, una y cien veces en ReelShort, la plataforma que lidera la creación y difusión de microdramas en el mundo occidental. Es evidente que el contenido de la historia de Mariana y de Nicolás no es ni novedoso ni revelador. Desde que las cámaras de video para contarse y exponerse se inventaron, nos ha gustado, y mucho, el melodrama. En este lado del mundo, en el que todavía está vigente La r9osa de Guadalupe, las historias que se sustentan en los instintos más primarios, y que oscilan entre la venganza y el romance, son una probada y trillada fórmula de éxito. 

Lo que sí es novedoso, y que se ha vuelto tendencia en el mundo, es la producción profesional y a gran escala de series con capítulos que, como obstrucción formal, se proponen no exceder los dos minutos de duración y que se rigen, con pasmosa ortodoxia, por el canon melodramático de las más melodramáticas novelas turcas, colombianas, coreanas, brasileñas. La mujer pobre que logra seducir al galán millonario, créanlo o no, sigue siendo hoy una fuente de oro. 

El jugoso negocio de los microdramas 

El primer gran jugador que en occidente  se propuso hacer microdramas –quickbites– para ser consumidos en el transporte público, las salas de espera, el baño, la vida moderna, en fin, fue Quibi, fundada en 2020 por Jeffrey Katzenberg –cofundador de DreamWorks– y Meg Whitman –ex CEO de Ebay y HP–. Por el perfil de sus fundadores, y por los 1.750 millones de dólares que levantaron en inversión, pareció que la plataforma llegaba al mercado para quedarse. Pero la pandemia, más la incapacidad operativa para sacarle rédito a producciones cortas pero caras, entre otras razones, la condenó a la quiebra precoz el mismo año en que nació. 

En 2024, cuatro años después del cierre de Quibi, según Techcrunch, solo durante el mes de marzo la industria facturó 65 millones de dólares (en contraste con los 619.000 dólares que facturó en el mismo mes en 2023). Asimismo, en el primer trimestre de 2024, Reelshort tuvo ingresos de 62 millones de dólares, mientras que DramaBox, la segunda empresa líder, ingresó 35 millones de dólares. 

En el primer trimestre de 2024, las aplicaciones basadas en microdramas se instalaron 37 millones de veces, lo que significó un crecimiento del 992 por ciento con respecto al mismo periodo del año anterior. En cuanto a los mercados más significativos, después de Estados Unidos, aparecen Indonesia, India, Filipinas, Australia, Canadá, Reino Unido, Brasil. 

El modelo de negocio de las plataformas difiere del de los grandes streamers –Netflix, Amazon, HBO, Disney, etc–  en que los usuarios no están obligados a pagar una suscripción mensual para ver el contenido. Las series de las aplicaciones del melodrama tienen un número de capítulos abiertos y gratis; y luego, dan la opción de pagar sumas bajas –de hasta dos mil pesos colombianos– para acceder a capítulos puntuales. En algunos casos, en vez de pagar por ver, el usuario debe ver cierto número de anuncios. 

La idea es generar en los clientes el hábito cotidiano de comprar un capítulo, o dos o tres o cuatro, tal como diariamente paga por un vaso de fruta, un café o una arepa con queso.  

Hasta la fecha, Reelshort, además de ser la plataforma líder a nivel global, es la pionera en incursionar en Latinoamérica, con contenidos en español y atravesados por la idiosincrasia de los países del sur global. 

Microdramas a la colombiana 

En Latinoamérica, según Maritza Castro, la cabeza de Reelshort en la región, ya hay seis series activas que fueron grabadas en este lado del mundo. De estas, con más de 170 millones de reproducciones, La doble vida de mi esposo multimillonario –no hace falta explicar la trama– es la más vista. Le siguen, con 57 millones de vistas, Tu lugar es a mi lado y La doble vida de una heredera millonaria, con 47 millones de reproducciones. En el momento están siendo rodadas seis series más en México, Brasil y Colombia. 

La actriz y fotógrafa colombiana Laura Margarita Torres –que hizo de Catarina Salavarrieta joven en La Pola y de Lucía Guerrero en La hija del mariachi–, junto al actor y productor español Álvaro Benet –Sin senos hay paraíso– son pioneros en la producción de microdramas en el país. En las próximas semanas, según le dijeron a CAMBIO, estará al aire, en Reelshorts, el primer melodrama rodado por completo en Colombia. 

Aunque por restricciones de confidencialidad no nos adelantaron la trama ni el título de la producción, sí dejaron claro que entre el elenco hay actores y actrices reconocidos en la región como Julia Montalbani, Luis Fernando Borges y Tatiana Rentería. El director, explicó Benet, fue Felipe Paredes, “cuyo crew de cámaras y rodaje es el habitual de la televisión colombiana”. 

Sobre el boom del contenido de los microdramas, Torres nos dijo que estos apelan a una fórmula infalible: “Por un lado está el scrolling, por otro el melodrama, y por otro la facilidad de no tener que maratonear: los capítulos los puedes ver en el dentista, en el Transmilenio, en la hora de almuerzo”. Acerca de su narrativa y contenido, la actriz afirmó que “aunque para muchos son contenidos poco intelectuales, en el fondo, son oxígeno para el día... para volver a tener fe en la humanidad”. 

Benet, por su lado, fue pragmático y advirtió que en su rol de productor los microdramas son una fuente de trabajo que no es sensato ignorar. Afirmó que si en Colombia el éxito de estos se efleja como en los mercados de Estados Unidos, México, India, Brasil, como su catálogo implica una renovación mucho más dinámica que la de las plataformas tradicionales, el dinamismo para el sector del entretenimiento en el país será muy interesante. Entre más adictivos microdramas se consuman, más se beneficiará la industria del entretenimiento. 

El  español, que fundó junto a Laura Margarita Torres la productora Abelarda Films, no descarta que en un futuro no tan lejano los microdramas se presten también para narrativas por fuera del melodrama más primario. "Es muy probable que Netflix, al ver este boom, ya esté pensando en incursionar en las producciones verticales". 

¿Arte? ¿Autoayuda de un minuto y medio? ¿Morbo encapsaludo? ¿Talismanes cortos para soportar mejor la realidad? Que cada uno vea y decida.

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