
Memorias de María Mercedes Cuéllar, una economista sin pelos en la lengua
María Mercedes Cuéllar.
‘María Mercedes Cuéllar, una economista adelantada a su época’ es el resultado de una larga conversación entre ella e Isabel López Giraldo quien se ha desempeñado a entrevistar con mucha calma a personalidades de distintas disciplinas. En este libro se da a conocer la trayectoria de una mujer que supo ocupar cargos de gran responsabilidad tanto en el sector público como el privado. Y lo cuenta de manera frentera y con su característico sentido del humor.
Por: Eduardo Arias

María Mercedes Cuéllar es una economista que ha ocupado cargos muy importantes tanto en el sector público como en el privado. En una conversación con la periodista y biógrafa Isabel López Giraldo sobre su trayectoria profesional y su vida familiar, revela rasgos de una personalidad que, por un lado, se ha mantenido lo más posible en el bajo perfil y, por el otro, no le ha impedido decir las cosas de frente, tal como las piensa y, además, superar obstáculos y mostrar soluciones audaces y novedosas en un ámbito tradicionalmente dominado por hombres.
A pesar de ser nieta de Alfonso López Pumarejo y sobrina de Alfonso López Michelsen, la muerte prematura de su padre en un accidente hizo que desde muy joven aprendiera a valerse por sí misma, sin hacer gala de sus parientes tan ilustres. Fue investigadora en Fedesarrollo, viceministra de Hacienda, la primera mujer directora del Departamento Nacional de Planeación y ministra de Desarrollo. También fue la primera mujer que formó parte de la Junta Directiva del Banco de la República, presidenta del Instituto Colombiano de Ahorro y Vivienda y presidenta de la Asociación Bancaria.
Isabel López Giraldo estudió economía y se ha desempeñado como periodista y columnista en esa área. En 2005 produjo el programa radial Protagonistas de la noticia, y ha escrito alrededor de 500 historias conversadas que aloja en la página web isalopezgiraldo.com y que también publica en el diario El Espectador. Es autora de varios libros: Decidí contarlo y El Banco Mundial en privado (junto con Guillermo Perry), otra conversación con José Antonio Ocampo y dos más sobre el médico José Félix Patiño y el empresario Eduardo Robayo Ferro. CAMBIO habló con las autoras de esta larga conversación que se convirtió en el libro titulado María Mercedes Cuéllar, una economista adelantada a su época.

CAMBIO: ¿Cómo nació el libro?
Isabel López: Invité a María Mercedes a mi página y lo logré en 2017. Desde entonces la invité a que escribiera la historia de su vida en libro. Pasaron los años y, cuando escribí Decidí contarlo, le insistí en el tema. A mí me dijo que estaba molesta por versiones que otros habían publicado sobre temas que no habían sido de esa manera, argumento que usé para que escribiera desmintiendo esas voces y para que contara según su memoria. Entiendo que sus hijas lograron que tomara la decisión.
CAMBIO: ¿Qué la llevó a publicar sus memorias?
María Mercedes Cuéllar: Isa es en buena parte responsable de que yo resolviera escribir mis memorias. Ella me insistió mucho. También leyendo el libro de las memorias de Guillermo Perry que ella escribió me pareció que plantearlas como respuesta a una entrevista era interesante. Les da cierta agilidad. Pero por, sobre todo, me empezaron a pedir que escribiera sobre personajes que tuvieron mucho que ver con mi vida como Roberto Junguito y Rodrigo Botero, que me llevaron a pensar que podría ser interesante contar cómo había vivido yo eventos de gran trascendencia para el devenir de la historia del país.
CAMBIO: ¿Qué retos enfrentaron para explicar temas tan técnicos en un libro destinado al público en general?
M.M.C.: La verdad no me resultó difícil. He escrito otros libros técnicos que creo pocos han leído que son mucho más complicados de escribir por la rigurosidad que exigen, cosa que no ocurre en este caso.
I.L.: Mi formación es de economista y ya había entrevistado y publicado historias de varios de ellos en mi página y a Guillermo Perry y a José Antonio Ocampo en libros de la misma casa editorial. Esto no significa que domine los temas técnicos pues nunca he ejercido como macroeconomista, pero me acerco a entenderlos de alguna manera. Al menos sé qué preguntar. Soy inquieta y busco entender. Creo que esto me ha ayudado a acercar los temas a quien no se mueve en ellos. Fue mi caso, pues en mi vida profesional fui gerente de bancos comerciales, aunque nunca he construido política pública.
CAMBIO: ¿Podría decirse que es un libro con varias capas posibles de lectura?
M.M.C.: Son diferentes aspectos. Ahí recorro desde mi niñez y adolescencia, con sus correspondientes devenires, hasta temas más complejos de mi vida profesional. Lo que más me interesa exponer es el proceso a través del cual se toman decisiones.
CAMBIO: Algo que llama la atención es su memoria en tantos detalles. ¿Esa es una característica suya?
M.M.C.: Los detalles tienen diversos orígenes. El primero, relatar lo que viví en circunstancias específicas que me marcaron mucho. El segundo, darles crédito a muchas personas que participaron conmigo en la búsqueda de soluciones que finalmente terminaron exitosamente. Además, algo que siempre me ha impresionado es la enorme diferencia en la forma como distintas personas se enfrentan a un mismo evento. Estas pueden llevar a que en ocasiones parezca que se están narrando historias diferentes.
CAMBIO: ¿Cómo la afectó a usted ocupar altos cargos en un campo tan machista (al menos en los setenta a noventa) como la economía? ¿O no era tan machista como se le percibe visto desde afuera?
M.M.C.: El machismo en Colombia fue y sigue siendo una realidad. No obstante, nunca lo vi como tal. Yo quería salir adelante como profesional y nunca se me ocurrió refugiarme en criticar el machismo como disculpa para no lograr lo que quería. Por el contrario, pensé siempre que debía neutralizarlo trabajando más y no dando pie para que se utilizara en mi contra el hecho de ser mujer.
CAMBIO: Como resultado de la conversación, ¿qué aspectos de María Mercedes Cuéllar le llamaron la atención?
I.L.: Desde que grabamos su historia para mi página me pareció concreta. Es decir, no hace inmersiones imposibles en sus propios pensamientos. También su sentido del humor. ¿Negro? Quizás sí. También el que llama las cosas por su nombre, no da vueltas. No carga con falsas modestias, aunque al mismo tiempo sea de bajo perfil. Y le reconoce a los otros sus méritos, aunque también señala a quienes siente que debe hacerlo.
CAMBIO: ¿Cómo ve usted el panorama de la economía colombiana en estos tiempos tanto en Colombia como en el mundo entero?
M.M.C.: Difícil. En particular estamos viviendo un momento histórico en el que dos personas en aspectos tan distintos son muy parecidos y tienen un gran poder para afectarnos de manera grave a todos. Trump y Petro, aunque sea difícil de creer, son idénticos en lo que toca con su personalidad. Es por eso que tanto a nivel interno como en el exterior se está viviendo una enorme incertidumbre frente al futuro. La economía mundial enfrenta una de las mayores crisis e incertidumbres que uno pueda recordar. Declarar una guerra tarifaria como lo ha hecho Trump con consecuencias totalmente inciertas es algo de no creer. También es de no creer declarar enemigos a los amigos y graduar de amigos a los enemigos en el ámbito de las relaciones internacionales. Tiendo a creer, no sé si pensando con el deseo, que Trump va a tener que recular.
CAMBIO: ¿Y esto por qué?
M.M.C.: Porque le está causando pérdidas descomunales a sus electores que probablemente vienen ya reclamándole. Esto no ocurre en el caso de Petro, cuyo electorado responde a los deseos de su líder, que es de una habilidad política pocas veces vista. Aquí, a diferencia del exterior, el presidente ha logrado desentenderse y culpar a cualquiera de que todo funcione mal. El área económica y de orden público es particularmente preocupante.
CAMBIO: ¿Por qué considera usted que es María Mercedes Cuéllar una economista adelantada a su tiempo?
I.L.: Para mí es pionera. Desde que estaba en la universidad supe de ella y la vi como un referente de mujer en un mundo machista. Reconocí en María Mercedes a esa profesional que lleva las banderas necesarias para abrir espacios a quienes, como ella, quisieron seguir sus pasos. Tenía todo, las oportunidades, los contactos, incluso el privilegio de sus apellidos, aunque nunca sacó provecho de ellos. Por el contrario. Los ocultó porque priorizó el mérito por encima de los privilegios.
