Felipe Ossa.
Mi libro favorito: Las mil y una noches
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Felipe Ossa, gerente de la Librería Nacional, elige como libros favoritos: Las mil y una noches, edición completa sin censura, y los Aforismos de Lichtenberg.
Por: Redacción Cambio
Es difícil, para alguien que ha sido un lector precoz, compulsivo y obsesivo, escoger un libro que sea su favorito. Pues muchas veces, para sentir que un libro nos conmueve y nos atrapa, hay que tener en cuenta, la edad y el estado emocional, en que llegó a nuestras manos. Por ejemplo en mi caso, la lectura de la Isla del Tesoro, a la edad de nueve años, fue un verdadero descubrimiento y deslumbramiento. Quedé atrapado por el encanto narrativo de Stevenson y leí todos sus libros. Su lectura, me ha regalado algunos de los momentos más felices de mi vida.
Pero después en mi adolescencia, llegaría Hermann Hesse y su novela, Siddhartha, que bañó de paz y de armonía mi espíritu. Otro escritor que me dediqué a leer con verdadero fervor. Y luego en mi juventud, mi encuentro con Camus y sus novelas, El Extranjero y la Peste y Camus fue mi maestro. Entonces, la verdad, para mi, promiscuo lector, creo que más que un solo libro, se trata más bien de dedicación a la obra total de un escritor. Pues cuando uno me gusta, me dedico a buscar y leer toda su obra. Entonces digamos que mi selección de autores favoritos, que he leído y releído, sería, -de manera arbitraria, claro está- esta: Borges, Truman Capote, (maravilloso), Robert Graves. Un maestro del relato histórico. Erudito y mágico. Marguerite Yourcenar. ¡Qué elegancia de prosa que bello estilo literario! Sandro Marai, Thomas Mann y uno que es mi ídolo: Elías Canetti. Sé que se quedan por fuera muchos otros. Latinoamericanos: Vargas Llosa, García Márquez, Sábato, Onetti. Y de otras latitudes: Chesterton, Somerset Maugham, Kafka, Virginia Woolf, Orhan Pamuk, Martin Amis, Kundera, Valle Inclan, Baroja, Javier Marias... Y ¡tengo que parar!
Pero en gracia de discusión, voy a citar dos libros que ocupan un puesto de privilegio en mi santoral bibliográfico: Las mil y una noches, edición completa sin censura, y los Aforismos de Lichtenberg (mi libro de lectura de todos los días). En fin, es muy difícil para alguien que se aficionó o se envició a la lectura desde la infancia, moderar su entusiasmo desmedido por la lectura.