Mucho ruido y muchísimas nueces
26 Abril 2023

Mucho ruido y muchísimas nueces

Jaime Andrés Monsalve.

El libro ‘El ruido y las nueces’, de Jaime Andrés Monsalve, es una muy divertida y erudita colección que gira en torno a la gran pasión del autor: la música y todo lo que se mueve a su alrededor. Monsalve lo presenta el sábado a las 3 p.m. en la Feria Internacional del Libro de Bogotá.

Por: Eduardo Arias

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Podría decirse, sin temor a exagerar mucho, que Jaime Andrés Monsalve es una enciclopedia ambulante de la música. Sus conocimientos, propios de un erudito y de un investigador con una memoria prodigiosa, se han reflejado en sus textos sobre música (y también sobre otros asuntos), que han sido publicados en diversos medios. Además, quienes lo han escuchado, ya sea en conversaciones informales, en charlas en eventos públicos y a través de la radio han sido testigos de su gran capacidad para relatar historias como mucha gracia y desparpajo.
Monsalve nació en Manizales en 1974 y estudió comunicación social en la Universidad Javeriana, donde también cursó una maestría en Literatura. Ha sido redactor de El Espectador, editor cultural de la revista Cambio, jefe de redacción y editor internacional de la revista SoHo y jefe de contenidos del programa Cultura Capital, de Canal Capital. En la actualidad es jefe musical de la Radio Nacional de Colombia y miembro del comité editorial de la revista El Malpensante. Ha escrito los libros Carlos Gardel, cuesta arriba en su rodada, El tango en sus propias palabras y Astor Piazzolla, tango del ángel.
Capítulo aparte merecen sus colaboraciones con la revista El Malpensante, con la que ha colaborado desde 1998 y de manera permanente desde 2020. El ruido y las nueces, entonces, es una recopilación tanto de reseñas de discos “de largo aliento”, como las denomina él, e investigaciones que Monsalve ha publicado en la revista, y que en el libro se agrupan en tres secciones: Historias asombrosas de la música en Colombia, El ruido y las nueces. Cambio conversó con Jaime Andrés Monsalve para conocer en más detalle su libro.

Libro


 

 

CAMBIO: ¿Cómo explica usted el nombre del libro, que evoca un refrán popular y una obra teatral de William Shakespeare?
Jaime Andrés Monsalve:
Cuando el inolvidable Karim Ganem Maloof, en calidad de editor general de El Malpensante, me invitó a regularizar mis colaboraciones con la revista -justo dos o tres días de la declaratoria de pandemia-, estaba ya implícito un primer reto, que era buscarle un nombre a la columna mensual que empecé a escribir allí desde julio de 2020. Recuerdo haberle hecho dos propuestas, ambas paráfrasis shakespereanas en las que se encontraba ya la idea de lo musical: "El sonido y la furia" y "El ruido y las nueces". Ese último fue de su agrado, y se quedó. Así se llama ese espacio con el que todavía cuento y del que participo en la revista cada dos meses.


CAMBIO: ¿Cómo decidió cuáles textos eran “ruido” y cuáles otros merecían el apelativo de nueces?
J. A. M.: 
Desde un principio había un corpus principal, que era el de las crónicas que fueron adueñándose, como lenguaje, de lo que hasta cierto momento iba a tratarse de una columna de opinión sobre música: la historia del secuestro aéreo que se llevó a los Black Stars hasta Cuba junto con su piragua, las tribulaciones de la primera película musical hecha en Colombia, el relato de la detención de Gardel en Bogotá y las demás. Esas son las llamadas, desde el subtítulo, historias asombrosas de la música en Colombia. Quedaban como complementos algunos comentarios discográficos y testimoniales con ambición de ensayo y los perfiles de grandes exponentes de diferentes géneros. Junto con Diana López de Mesa, la editora del libro, y con Diana Castro, directora ejecutiva de El Malpensante, decidimos que a esos apartados podríamos llamarlos "ruido" y "nueces", respectivamente.


CAMBIO: ¿De dónde saca usted tantas anécdotas e información de músicos de géneros tan diversos?
J. A. M.: 
Las anécdotas terminaron convertidas en investigaciones para comprobar su realidad o su falsía. La semilla de muchas de ellas apareció como dato suelto en una conversación casual, por sugerencia de amigos que habían escuchado tal o cual cuento o gracias a alguna anotación marginal en las informaciones provenientes de las contraportadas de discos. Las entrevistas, las audiciones pero, sobre todo, las fuentes hemerográficas, terminan por confirmar con certeza esas teorías. En algunos casos la aparición de las historias fueron verdaderos golpes de suerte, historias que aparecieron mientras buscaba otras.


CAMBIO: ¿Es factible escuchar la música que usted cita en las plataformas actuales, o hay material que es prácticamente imposible de conseguir?
J. A. M.: 
Hay algunas crónicas en las que el protagonista es un músico famoso, en cuyo caso su música aparece fácilmente en plataformas por tratarse de gente muy visible, verbigracia Gardel, Cugat o Pérez Prado. En otros casos, sobre todo cuando se trata de sacar del anonimato cierta música, como las cumbias que un antioqueño le escribió a Escobar y a Gacha, o el impresionante trabajo pop hecho en Colombia por un desconocido músico de Ghana, las fuentes sonoras son más marginales y de poca o nula presencia en las redes. Material de coleccionista, básicamente.

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