
Noches rusas en el Teatro Libre
'Crimen y castigo'.
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Esta semana en la sede centro del Teatro Libre de Bogotá terminan las funciones de 'Crimen y castigo'. La temporada de las ‘Noches rusas’ continuará hasta el 22 de febrero con 'La gaviota' y 'El inspector'.
Por: Eduardo Arias

Tres obras maestras de la literatura rusa componen la temporada denominada Noches rusas que presenta el Teatro Libre de Bogotá en su sede del centro desde el pasado 16 de enero y que se prolongará hasta el 22 del próximo mes. Se trata de una adaptación de la novela Crimen y castigo de Fedor Dostoievski, La gaviota de Ánton Chéjov y El inspector de Nicolai Gogol.
Crimen y castigo
En la Rusia zarista, el estudiante Raskolnikov, planea el asesinato de una usurera despreciable, una vieja a la que nadie quiere y cuya muerte nadie lamentará. Raskolnikov piensa que una persona que cometa tal crimen, no transgrede la ley moral, porque con su acto va a beneficiar a la comunidad.
Crimen y castigo es una de las más grandes novelas de la historia de la literatura universal. Es un poderoso estudio psicológico, un aterrador misterio criminal, una fascinante intriga detectivesca adobada con comentarios filosóficos, religiosos y sociales. Raskolnikov vive como estudiante pobre en una habitación de los barrios bajos de San Petersburgo. Desarrolla su plan y se sumerge en un infierno de locura y terror. Este montaje lleva al espectador a los más oscuros pliegues de la mente de un crimen, de una persona que no puede escapar de su propia conciencia.

La gaviota
La gaviota (1896) es la primera de las cuatro últimas grandes obras de Ánton Chéjov. Amores apasionados y no correspondidos, ambiciones desmesuradas y frustradas atraviesan una historia centrada en los conflictos románticos y artísticos entre Irina Arkádina, famosa actriz; Nina, aspirante a la escena; Konstantin, dramaturgo experimental, hijo de Arkádina, y Trigorin, escritor famoso y amante de esta. El dramatismo de las situaciones se relaja con el fino humor y la ironía de Chéjov.
El inspector
El inspector de Nikolai Gógol ofrece una mirada mordaz a la corrupción y la estupidez generalizada que definía a la Rusia zarista de la primera mitad del siglo XIX. Esta comedia se estrenó en San Petersburgo en 1836 y fue muy mal recibida por un público que se sintió insultado por las, para ellos, calumnias que aparecían en la obra. Como manifestó un amigo de Gógol, ese público estaba conformado tanto por “los que ponen la mano como por los que la llenan”. Con el paso del tiempo El inspector pasó a ser uno de los referentes obligatorios de la historia del teatro. Como él mismo dijera: “¿Acaso la risa no es un látigo?”.

Cambio hablo de las Noches rusas con Ricardo Camacho, director de los tres montajes.
CAMBIO: ¿Por qué escogieron estas tres obras para montarlas?
Ricardo Camacho: Estas obras forman parte del repertorio del Teatro Libre y son montajes muy recientes que el grupo ha hecho y va desde Crimen y castigo, que es un montaje que viene funcionando desde hace mucho tiempo, hace 18 años, lo cual indica el éxito de esta obra. Luego está El inspector, que es de 2021 y luego La gaviota, que es el estreno más reciente del Teatro Libre. Entonces esas tres forman parte del ciclo de los rusos que el Teatro Libre ha venido produciendo desde hace bastante tiempo.
CAMBIO: ¿Cómo fue la adaptación de Crimen y castigo?
R.C.: La adaptación de Crimen y castigo fue tomar la novela, despiezarla y tratar de encontrar el núcleo que buscamos en el enfrentamiento entre el inspector y Raskolnikov el estudiante. Ese es el eje de la adaptación. La idea fue clarísima: reducir la novela al máximo, exprimirla hasta encontrar un núcleo que diera cuenta de la generalidad de la novela, pero un núcleo que se pudiera manejar con tres actores no más.
CAMBIO: ¿Cómo ha recibido el público estos montajes que ha hecho el Teatro Libre de estas obras?
R.C.: Estas obras han sido muy exitosas. Especialmente, repito, Crimen y castigo, que viene desde hace 18 años con afluencia de público permanente, y luego las otras dos, El inspector, que es una comedia y la última, que es La gaviota de Ánton Chéjov.
CAMBIO: ¿En su opinión a qué se debe el interés que despiertan los autores rusos del siglo XIX y en particular los dramaturgos?
R.C.: Creo que el teatro ruso del siglo XIX y en general la literatura rusa del siglo XIX es lo mejor que se ha producido en la historia en general de la literatura. Estos grandes escritores rusos no tienen parangón en ningún otro país. Gente como Dostoievski, como Máximo Gogol, Ánton Chéjov, León Tolstoi, entre tantos más, son innumerables, desarrollaron una novelística y un teatro absolutamente inolvidables.
CAMBIO: ¿A qué se debe esto?
Estos escritores rusos son absolutamente universales. A pesar de que hayan sido escritas en el siglo XIX, estas obras son de una vigencia absoluta porque el sentido de los clásicos es que se vuelven universales y vigentes para cualquier época y para cualquier país. Esto es una serie de personajes inolvidables, de historias fascinantes, donde se mezclan problemas sociales, psicológicos, metafísicos, donde vemos cuadros sobre la corrupción. Por ejemplo, en El inspector Gogol hace una sátira fenomenal, muy graciosa, de lo que es la corrupción y que es absolutamente válida para cualquier época y para cualquier país, de manera tal que el interés que despiertan estos autores y estas obras es permanente y explica, repito, la afluencia permanente de público a estas representaciones.
Noches rusas
Crimen y castigo (Fedor Dostoievski)
Última semana, jueves 30 de enero, viernes 31 y primero de febrero
La gaviota (Antón Chéjov)
Sábados 8, 15 y 22 de febrero cinco de la tarde y ocho de la noche.
El inspector (Nikolái Vasílievich Gógol)
Jueves y viernes 6, 7, 13, 14, 20 y 21 de febrero ocho de la noche.
Teatro Libre, sede centro
Calle 12B No. 2-44.
