‘Occupation 2’, una obra de danza, performance  y denuncia documental

Compañía La Frontera en su montaje 'Occupation 2'.

Crédito: Regis Guedes

24 Noviembre 2024 03:11 am

‘Occupation 2’, una obra de danza, performance y denuncia documental

'Occupation 2' ,de la compañía francesa La Frontera, se estrenará en la Sala Fanny Mikey del Centro Nacional de las Artes los próximos 29 y 30 de noviembre. El coreógrafo de la obra es el cubano-francés Lázaro Benítez. La obra se basa en la expropiación del pueblo de Tabaco, Guajira, cuyos habitantes fueron expulsados de sus tierras por la multinacional El Cerrejón.

Por: Eduardo Arias

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Los próximos 29 y 30 de noviembre se presenta en la Sala Fanny Mickey del Centro Nacional de las Artes Delia Zapata Occupation 2 de la compañía francesa La Frontera, una creación de danza que pone en escena el fenómeno de la ocupación por parte de empresas multinacionales en los territorios latinoamericanos. En este caso concreto, en el departamento de La Guajira.

El coreógrafo de la obra, el cubano-francés Lázaro Benítez, se basó en el caso del pueblo de Tabaco en el municipio de Hato Nuevo en La Guajira, cuyos habitantes fueron expulsados de sus tierras por la fuerza el 9 de agosto de 2001 por la multinacional El Cerrejón, propiedad de la empresa Glencore. En Occupation 2 se combinan la ficción y lo documental a través de materiales de archivo, gestos, cuerpos y memorias para ofrecer un espacio en el que los intérpretes, en un gesto de memoria, reconstruyen, sanan y reparan su relación con ese territorio.

Lázaro Benítez es un artista y coreógrafo cubano que se radicó en Francia donde creó junto con los artistas Ricardo Sarmiento y Luis Carricaburi el Colectivo Malasangre, con quienes desarrolló la obra Qué bolero o En tiempos de inseguridad nacional, que le sirvió de puerta de entrada a los escenarios de Francia. Ha participado en el Festival de Avigñon, el Festival Les Inaccoutumés en Paris y el Festival de Escrituras Contemporáneas Actoral. Su investigación artística se ubica en una zona fronteriza entre la danza y la performance.

Vive entre Bogotá y París, donde realiza una residencia doctoral en la Universidad París 8 como parte del laboratorio de investigación Musidanse.

Benítez señala que Occupation 2 trata un tema universal, elaborado desde el preguntarse cuál es la responsabilidad de las personas en acciones concretas que van en detrimento del medio ambiente, en detrimento del planeta. “¿Cómo nos sentimos o cómo somos responsables de lo que pueda suceder tal vez a 300, 3.000, 8.000 kilómetros de distancia del contexto en el que nos ubicamos? Si bien es una problemática situada en el contexto de Tabaco, también es una problemática que nos afecta a todos como habitantes de este mundo en el que estamos”.

Le pareció muy importante agregar una nueva capa a ese debate que se tiene actualmente en Europa con respecto a las políticas medioambientales y cuáles son los compromisos que se generan desde los estados para tener prácticas mucho más conscientes que permitan un mejor desarrollo y al mismo tiempo protejan los espacios ambientales de los territorios. En este caso, una reflexión acerca de cómo una empresa como Glencore, con edificios con vista a los Alpes suizos, al mismo tiempo devasta un territorio situado a 8.000 kilómetros de distancia de allí e impulsa un desplazamiento forzado.

Ocupación 2 es la tercera de una serie de obras que hablan sobre la historia de la violencia que comienza concretamente en el contexto colombiano a partir de En el umbral de la memoria, una pieza que creó a finales de 2022 y que hace una reparación poética, una manera de brindarle una sepultura digna a esos cuerpos desaparecidos.

En Colombia esa obra se realizó también con Virginia Chará, una activista y defensora de los derechos humanos que en esa ocasión contó cómo ha atravesado y ha vivido esa historia de violencia, de desplazamiento y desapariciones. En 2023 Benítez creó Occupatión y se presentó en el Festival de Aviñón. “Acá me interesé muchísimo con respecto a cuáles son las implicaciones de esta empresa multinacional para la comunidad wayuu”. Ocupación 2 viene a socavar la historia de la desaparición y el desplazamiento de los habitantes de Tabaco el 9 de agosto del 2001.

Como recuerda Benítez, su primer acercamiento a la comunidad de Tabaco fue a partir de un documental que se creó el mismo día de los hechos que produjeron el desplazamiento. “Existe un archivo que nos permite trazar las acciones que se llevaron a cabo ese día para expulsar a los habitantes de Tabaco”. Un segundo acercamiento fue a partir de la lectura de las narrativas creadas por varios de los habitantes de Tabaco. El tercer encuentro fue a través del artista y performer wayuu Eusebio Siosi, quien lo contactó con la comunidad para realizar un trabajo de investigación que se realizó en La Guajira. Allí encontró a varios habitantes de esta comunidad. “Hay que decir que no es una comunidad que está implantada en un nuevo territorio. Los habitantes están dispersos en varias ciudades. Tuvimos que cartografiar dónde se encontraban los habitantes de Tabaco, cuáles eran sus condiciones. También hay que decir que muchos de ellos prefirieron mantenerse en silencio”.

Uno de los retos que asumió en esta obra era cómo contar este episodio sin entrar en una narración lineal. A partir de las piezas dispersas armó un rompecabezas en el que también iba conectando con otros hechos de la violencia en Colombia. “Hay varios elementos que entran a jugar. Por un lado, está el aspecto coreográfico, donde realizamos una investigación con respecto a ese gesto que queda a después de un desalojo, al que queda después de un desplazamiento”. Apoyados en la fragilidad de la memoria, construyeron esos gestos que también se volvieron de resistencia. El uso del video le agregó a la obra materiales de archivos recuperados y partes que se realizaron especialmente para este montaje. También es importante destacar la parte sonora, donde la compositora Ana María Romano abraza ese diálogo que se generan entre los cuerpos de los intérpretes y el material audiovisual.

En su trabajo con los bailarines, Benítez trabaja bastante a partir de provocaciones. Busca que sea un proceso de redescubrimiento y de búsqueda para los intérpretes. Los bailarines que participan en el montaje vienen de diferentes lugares, lo que enriquece la obra. Los seleccionó en audiciones en las que él tuvo el tiempo de experimentar y explorar con ellos para encontrar otras posibilidades. “A mí me parece muy interesante generarse preguntas generales, preguntas a la obra y también preguntas a su profesión. Cómo su profesión tiene una utilidad para la sociedad actual”.

Sobre ese trabajo que realizaron con Benítez, los bailarines también se manifestaron. Yourlay Cortés Ortega, de nombre artístico Swagga, es una bailarina bogotana. “Para mí han sido totalmente nuevas las formas, las dinámicas, las enseñanzas y los espacios de trabajo que ha planteado Lázaro”. Ella viene de la escuela del baile urbano. Desde el momento de la audición todo fue muy distinto para ella, lo cual le gustó mucho porque le ha permitido enriquecer su arte, sus conocimientos y otras capacidades que tiene su cuerpo.

Para ella fue un proceso reconfortante. Desde los primeros encuentros tuvieron acceso a toda la información de la obra, lo que tenía para decir y desde qué lugares se estaba manifestando. “Es algo que no sucede normalmente. A veces se da por sentado el papel del intérprete y se le aleja de otras cosas que se piensa que tal vez no le interesan. Pero una persona que va a estar todo el tiempo en escena necesita saber todo lo que sucede de principio a fin y así ha sido con esta obra. Es algo que agradezco un montón porque también me ha enseñado demasiado, no sólo como artista sino como persona”. Señala que la creación y el proceso de estar en la obra le ha permitido ver el país desde otros relatos y desde otras intenciones. Un proceso a la vez precioso y doloroso. Tanta injusticia la llenó de confusión y de indignación. Pero también “me ha mostrado una ventana hacia la inmensidad de lo que puede ser el respeto de la vida del otro y como eso lastimosamente no está pasando desde unas narrativas capitalistas, eurocéntricas, racistas, clasistas y todos los istas que nos acompañan en este sistema”.

Se siente muy honrada y afortunada de haber llegado a este proceso y de poder seguir enriqueciendo su arte, pero también ha cuestionado su existencia y mi papel como persona dentro de la sociedad. “'Ocupación', valga la redundancia, llegó a mi vida a cuestionarme y hacerme preguntas sobre cómo estoy ocupando los espacios. ¿Qué sucede con los espacios que están siendo usurpados y ocupados por otras personas que no deberían estar? Ha sido un proceso reivindicativo, de cuidado, de mucho respeto, de reformular, de reaprender y de estar en constante contacto con la vida de nosotros como intérpretes, pero también de las historias que se están contando”.

Para el bailarín Wilo Andrade también ha sido un proceso muy diferente a los que ha estado acostumbrado. “Ha sido un proceso bastante movido que ha buscado constantemente conectar con el tema y con la puesta en escena lo que ha sido un reto porque mueve mucho el piso, constantemente se cambian cositas. Se añaden, se quitan, se transforman, pero de una manera muy responsable. Lázaro tiene una escucha bastante asertiva con su equipo. Las jornadas al comprimirse en bloques de una semana se vuelven un poco extensas pero siento que esto facilita crear una comunidad”.

Occupation 2
Compañía La Frontera (Colombia y Francia)
29 y 30 de noviembre de 2024
7:30 p.m.
Sala Fanny Mikey
Centro Nacional de las Artes
Calle 11 No. 5-60

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