¿Por qué ver 'El Oso', la serie de la que todo el mundo habla?

The Bear –disponible en Colombia en Disney +– es una comedia dramática que sigue a Carmen Berzatto, más conocido como Carmy, un joven chef de alta cocina que se ve obligado a regresar a Chicago tras la trágica muerte de su hermano. Una vez allí, debe ponerse al mando del Original Beef of Chicagoland, la tienda de sandwiches de su familia.

Los intestinos y el frenesí de un restaurante 

El Oso es ruidosa, trepidante, frenética. Hay gritos por doquier, cuchillos que se caen, madrazos. Y más gritos, golpes sobre las mesas, martillazos, amenazas, estridentes declaraciones de odio y amor entre sus personajes: el staff de un restaurante a medio caer, sostenido por su reputación pero amenazado por la muerte de su fundador, las deudas y por el ahuecado mundo interno de Carmy, un chef genial pero perturbado que ahora está al mando. 

Tanto alboroto ha sido un obstáculo para muchos espectadores que apagan el televisor o cambian de serie ante el caos. Pero, los que se quedan, corren el riesgo de hacerse adictos a su ritmo y mordacidad; y el latido con el que la serie avanza para desenmascarar el día a día de un restaurante es realista y fascinante. 

Si el lector, alguna vez, se ha hecho la pregunta de cómo se vive un restaurante desde adentro, en esta serie encontrará respuestas agudas y descarnadas. Es impresionante como, mientras se desarrollan los dramas de sus personajes, se van contando, con minucia y gracia, los pormenores operativos, logísticos y espaciales de ese pequeño infierno que esconde Original Beef en la primera temporada y The Bear en la segunda y tercera. 

Carmy, Richie, Neil, Sydney: personajes inolvidables

Las buenas series, como los buenos libros, necesitan que sus personajes secundarios sean también inolvidables. El Oso, además de tener en Carmy –el chef prodigioso, solitario, obsesivo, inseguro e implacable– el mejor papel que jamás haya hecho Jeremy Allen White (actor principal en las premiadas Shameless y The Iron Claw), tiene un abanico de personajes que conjugan la neurosis, el abandono y la ternura. 

Richie, primo de Carmy, encarna todo el ruido, frenesí y desconsuelo del restaurante y de la serie. Nostálgico, adicto, atravesado e intransigente, es un personaje muy fácil de odiar, pues su vulgaridad y extravío llevan al límite la paciencia del espectador. Pero poco a poco, la serie lo desenmascara y lo desarma; y esa versión vulnerable del gran macho alfa del restaurante es una radiografía hermosa de los tejidos blandos que gobiernan a los de caparazón más dura. 

Neil, el todero del restaurante, es uno de esos personajes a la sombra que se quedan con uno por un buen rato. Torpe, pero leal, sincero, derrotado por la vida, es un bálsamo de ternura que equilibra la melancolía y el desenfreno de la mayoría de los personajes. 

Sydney, la aprendiz, es un personaje complejo y ambiguo; en apariencia ingenua y quebradiza, incluso necesitada, la mano derecha de Carmy es también un tornado de creatividad y fuerza que alcanza a conquistar a cierta facción de espectadores. Los demás, legítimamente, llegan a odiarla por su perfeccionismo exacerbado, su liderazgo de colegio y el masoquista enamoramiento con su jefe. 

Exquisita música 

Hoy, sin un buen soundtrack, es muy difícil que una serie pegue tanto como El Oso. Juzguen ustedes si esta mezcla entre Taylor Swift, Radiohead, R.E.M, Mavies Straples, LCD Soundsystem, George Harrison es o no una maravilla.