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¿Qué significa el término 'woke' y por qué genera tanta resistencia en la derecha?
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Elon Musk, Donald Trump y Javier Milei hacen parte del grupo de líderes que perciben al término como una amenaza para los valores tradicionales y el orden mundial. CAMBIO consultó con expertos de dónde viene esta palabra tan popular entre líderes de la derecha y cuáles son los riesgos que implica para las minorías.
Por: Paula Ricaurte

La palabra woke ha sido utilizada por políticos de derecha para calificar a sus contradictores. Además, los sectores más conservadores han asegurado que estas personas son una amenaza para los valores tradicionales y el orden mundial.
Durante el Foro Económico Mundial en Davos, el presidente Javier Milei afirmó que lo woke era un “socialismo cool”, “un virus mental” y “un cáncer que hay que extirpar”. De igual manera, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha lanzado sus críticas a este término.
¿De dónde viene la palabra woke?
El término está asociado a la palabra “wake”, que en español significa estar despierto. Comenzó a emplearse en los años treinta por miembros del movimiento afroamericano, pero cobró popularidad en 2020 con el surgimiento del movimiento Black Live Matters, tras el asesinato de George Floyd a manos de la policía estadounidense.
“La población afroamericana estaba buscando eslóganes o términos para llamar la atención de su población y asegurarse de que esta estuviera ‘alerta’ o ‘despierta’ ante la violencia y el abuso policial. Esto, debido a que el ser pasivo, voltear la cara o evadir la realidad no contribuía a la lucha contra la discriminación”, le explicó a CAMBIO María Luisa Rodríguez, profesora titular de la Universidad Nacional y experta en derechos de las minorías.

Con el tiempo, el término se desplazó hacia otros escenarios y encajó en otras luchas reivindicativas. “Si bien comenzó con un componente netamente racial, las construcciones sociales y reivindicaciones de derechos de distintas minorías lo comenzaron a emplear para garantizar un compromiso con el activismo de parte de su población”, resaltó Alejandro Torres Pedraza, internacionalista y politólogo.
Actualmente, lo woke no solo hace referencia a la lucha por la igualdad y la inclusión racial, sino también a la lucha de distintas minorías sexuales, de género o de clase que lo utilizan para exigir sus derechos civiles y políticos. “Las poblaciones que lo utilizan son las que han tenido experiencias de abuso por parte de la autoridad, es decir, las más expuestas a las injusticias sociales”, afirmó Manuel Camilo González, docente de cátedra de la Universidad Javeriana.
¿Por qué la derecha rechaza lo woke?
El término woke también se expandió en un sentido negativo. Actualmente, muchos líderes de derecha lo rechazan porque lo perciben como una supuesta amenaza contra la libertad de expresión y el orden mundial. “La derecha se dio cuenta de que el término logró aglutinar a las minorías dispersas en torno a la lucha contra la discriminación. Por eso, se ha centrado en dos objetivos: asociar el término como una práctica negativa o peligrosa y hacerlo ver como un proyecto político que busca pervertir a los jóvenes al permitirles, por ejemplo, escoger libremente su identidad de género”, dijo Rodríguez.
“El término ha generado resistencia en la derecha porque sus líderes consideran que las igualdades son de tipo natural y que el Estado no debe entrar a equilibrar la desigualdad. Eso ha generado que lo woke se asocie mucho a la ideología de izquierda, ya que esta defiende la idea de que el Estado entre a balancear las desigualdades raciales, de clase o de género”, agregó el también investigador social González.
Lo woke también ha generado un proceso de resistencia y rechazo por parte de grupos conservadores que temen la imposición de un cambio cultural que consideran forzado. “Los grupos de derecha afirman que las políticas woke atentan contra valores tradicionales como la familia, la religión y el patriotismo”, afirmó Torres. “Muchas críticas se han dirigido al sector de la educación porque temen que estas iniciativas se incluyan en los currículos escolares”, añadió.
De rechazar lo woke a legitimar acciones contra poblaciones vulnerables
El regreso de Donald Trump a la Casa Blanca ha acentuado el debate sobre la cultura que él denomina woke y ha profundizado las diferencias entre sectores progresistas y conservadores. En un discurso reciente, el mandatario dijo que lo woke “amenaza la libertad y los valores tradicionales de Estados Unidos”.
Para Torres, es evidente que Trump –primer presidente de Estados Unidos condenado– "tiene fuerte intención de limitar la enseñanza en temas como la equidad social o la protección y garantía de los derechos de la población LGBTIQ+, así como la inclusión y participación de la población migrante".

El abierto rechazo de Trump a este movimiento también puede conducir a un ataque directo a las iniciativas más progresistas en Estados Unidos, según los expertos consultados. “La base política que tiene el presidente Trump para atacar el movimiento woke está en la esencia conservadora del Partido Republicano, la cual busca una normativa mucho menos progresista, más restrictiva de la libertad individual y que afecta la escogencia del libre desarrollo de muchas de las poblaciones que se identifican con el movimiento woke”, señaló González.
Las consecuencias de este rechazo son profundas. Según Ana Patricia Pabón, profesora titular de la Universidad Industrial de Santander, esto “puede legitimar medidas en contra de población vulnerable como aquella con identidad de género no binaria, asegurar la permanencia de situaciones de discriminación y violencia, polarizar aún más a la población y facilitar medidas estatales que retrocedan en el avance de muchos derechos como el derecho a tener una vida libre de violencias”.
"Puede haber un retroceso en torno a la idea de la igualdad formal, pues cada vez se reconocerán menos las condiciones de vida de las personas y a la vez, una pretensión de homogeneizar a la población a través de políticas violentas y discriminatorias”, dijo Rodríguez. Así mismo, se pone en evidencia una intención de castigar al que piense diferente, pues “todo el que se muestre diferente debe disciplinarse y comportarse como lo hace la población protestante, blanca y masculina de Estados Unidos”, complementó la experta.
