Bogotá vista como una gran galería abierta

Crédito: Cortesía: IDARTES

31 Agosto 2024 11:08 am

Bogotá vista como una gran galería abierta

La Red Galería Santa Fe es un proyecto público que, con rigor y consistencia, se ha dedicado a estimular y robustecer las artes visuales y plásticas por toda la capital de la república. Su vocación, a través de becas, premios y una red de espacios a lo largo y ancho de la ciudad, es investigativa, editorial, de programación y exhibición. 

Por: Juan Francisco García

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El segundo piso del Planetario de Bogotá parece guardar, aún, los recuerdos de una época artística de gloria. Desde 1981 hasta 2010, allí funcionó la Galería Santa Fe como el espacio predilecto para que las y los artistas bogotanos emergentes exhibieran sus creaciones. Por casi 30 años, el espacio curvo de aquella planta del observatorio con el domo más grande de Latinoamérica fue una plataforma muy importante para el acervo cultural de las artes plásticas y visuales de Bogotá. Cientos de artistas se dieron a conocer e impulsaron su carrera gracias a esa galería. 

Desde 1996, además, el lugar albergó el Premio Luis Caballero, cuyo catálogo es un compilado maravilloso, experimental y variopinto de propuestas con las que, a través del arte, se interviene y se resignifica un espacio –con el espectador como agente activo de la operación artística–. 

En 2010, por decisión administrativa del Distrito, el Planetario se consolidó como el museo de tecnología y ciencia por antonomasia de la ciudad, y entonces la galería pasó a no tener cabida. Pero lejos de fenecer, por un giro feliz de la historia, salió del Planetario para expandirse a lo largo y ancho de la capital.     

Premio Luis Caballero 2007

De Galería a Red Galería Santa Fe: el accidente feliz de la itinerancia 

Dejar el Planetario supuso para la Galería Santa Fe –según le explica a CAMBIO la gerente de Artes Plásticas y Visuales de Idartes, Catalina Rodríguez– un dilema estratégico: ¿gastar los recursos para su sostenimiento en una nueva sede alquilada o itinerar y aprovechar ese dinero en becas para los y las creadoras de la ciudad?

Por suerte –conviene Rodríguez–, la dirección optó por la segunda opción y entonces, por un lado, vieron la luz becas para la creación, circulación y programación de las artes plásticas y visuales en la ciudad y, por el otro, se creó la Red Galería Santa Fe, que abrió sus puertas para que espacios alternativos y emergentes con vocación artística se activaran como nodos de exhibición.

La galería dejó entonces de ser así un núcleo solitario y pasó a tener, cada año, sedes rotativas en las distintas localidades de la ciudad. Más artistas expuestos, más arte en circulación y más espacios curatoriales en el ecosistema cultural de la ciudad. Tres pájaros de un solo tiro. 

Becas de creación editorial y ensayo 

El programa de becas ha generado ya valiosos aportes culturales a Bogotá. La de proyectos editoriales independientes en artes plásticas, por ejemplo, premia y apoya propuestas en físico o en formato digital en las categorías de foto libro, libro de artista o publicación periódica. 

Y revisar el catálogo de los artistas ganadores es maravillarse, por ejemplo, con el libro de artista Broncíneos y Marmóreos, del editor, periodista y escritor Manuel Kalmanovitz; o con la narración gráfica Canódromo, que con ilustraciones del artista Juan David Quintero y textos de Ana María Lozano sigue, de cerca, con gracia, audacia y en detalle, la carrera de seis galgos; o el foto libro de Mateo Pérez Correa, El Salto, que explora en pequeño, mediano y gran formato las aristas, las luces y las sombras, y las posibilidades, del Salto del Tequendama como un paisaje inasible y misterioso. Un total de 65 millones de pesos es el monto del estímulo destinado a esta beca y sus tres categorías. 

El propio Manuel Kalmanovitz le dijo a CAMBIO que, gracias a este estímulo, las editoriales independientes pueden aventurarse a realizar proyectos más complejos y costosos, y que gracias a que la categoría de libro de artista tiene parámetros muy amplios, las propuestas que aplican son diversas y arriesgadas. 

Libro de artista de Manuel Kalamanovitz

La beca también incluye una categoría de ensayo, y desde 1999 adjudica un premio para textos de carácter histórico, teórico o crítico sobre el campo del arte en Colombia. Su objetivo es estimular la investigación en torno a ese campo a través de un ensayo o un compilado de ensayos de naturaleza interdisciplinar. Como resultado, se han premiado trabajos como Arte y Juventud, de Nadia Moreno Moya, enfocado en desentrañar ese concepto manido y a la vez difuso de 'arte joven' en el país. También está el ensayo sobre las representaciones políticas disidentes en el cine colombiano, de Gloria Pineda Moncada, y el ensayo Los Años Ochenta, de Santiago Rueda, que tuvo lugar gracias a la convicción del autor de que lesa década, en términos artísticos, fue un período que, por su violencia atroz, entre otras razones, no tuvo la atención merecida. Una suma de 30 millones de pesos se le girará, en 2024, a quien se le otorgue la beca. 

Becas de exhibición y programación

Además de la vocación editorial e investigativa, la Red Galería Santa Fe, desde su nacimiento, ha sido sin interrupción un refugio para los artistas en busca de espacios para dar a conocer su trabajo. La itinerancia que empezó en 2010 gracias a la salida del Planetario tuvo un feliz desenlace, el 26 de junio de 2019, cuando se inauguró su nueva sede fija debajo del Mercado La Concordia.

Sobre ella, sin disimular su orgullo, Catalina Rodríguez asegura que es un verdadero regalo para Bogotá el poder contar con un espacio tan bello, amplio y especializado para recibir las mejores propuestas artísticas de la ciudad. Hoy, quienes son seleccionados para mostrar su trabajo en la sede central de la Galería –"el corazón", la llama Rodríguez–, además de la posibilidad de un salto cuántico para su carrera, participan de dos estímulos económicos que suman 118 millones de pesos. 

Red de Galería Santa Fe en acción

Las otras sedes de la Red funcionan de manera rotativa y son seleccionadas en virtud de las becas de programación que todos los años entrega Idartes para espacios emergentes con vocación artística. El espíritu de la beca es que estos tengan un sustento económico que les permita poner en marcha una propuesta de programación –de entre un mes y nueve meses– que consolide su autonomía y sostenibilidad. 

Esto es un ejemplo de expansión y descentralización de los espacios culturales en la ciudad, pues desde su creación los estímulos han dinamizado proyectos en la mayoría de localidades de la capital. El taller destinado a la investigación y el uso del vidrio en San Cristóbal, apoyado en ediciones anteriores, es uno de los paradigmas felices del espíritu de la beca. 

CAMBIO habló con Andrés Foglia, uno de los artistas premiados con la Beca Red Galería Santa Fe en 2024. Su proyecto Material no describe materia prima, sino sustancias que siempre están sujetas a cambio e indaga sobre la materialidad de lo fotográfico a partir de dos exposiciones y un taller de formación. 

La sinergia se completa porque el taller y las exposiciones de la reconocida muralista Gabriela Pinilla que, haciendo uso de un muy vasto archivo, tensiona la representación y el relato histórico de las izquierdas en Colombia, y del artista Luis Carlos Tobar, que se vale de la aparición y decadencia de los monumentos en el espacio público para cifrar el relato de la violencia en nuestro país, tendrán lugar en Material un centro de independiente de investigación sobre el uso de la imagen, localizado en la primera planta de una casa colonial adyacente a la Plaza de Bolívar. 

Red Galería Santa Fe en el Mercado de la Concordia

Paloma Pardo, otra de las artistas ganadoras de la beca, le dijo a CAMBIO lo fructífero que fue para su proyecto haberse suscrito al bloque pedagógico ubicado en el Parque Nacional, y cuya misión consiste en, a través de residencias de un mes, permitirle a los artistas refinar y materializar sus proyectos –que luego son exhibidos en el parqueadero del Banco de la República–. 

Su laureada propuesta, Dominio Previo, que se basa en la indagación del desplazamiento y la transformación del ecosistema de bosque de niebla que caracteriza la sabana de Bogotá, busca apelar a la memoria nacional sobre este, a raíz de un experimento artístico olfativo. “Es una atmósfera artificial aromática que recrea el olor del ecosistema de bosque de niebla andino a través de un montaje tecnológico. A partir de difusores, ventiladores y deshumidificadores, se materializa la obra”, señala la artista.  

Así, pues, con un estímulo económico que llega a 600 millones de pesos por año, se asegura una red con espacios diversos, descentralizados y multidisciplinares que permiten que pensar a Bogotá como una gran galería sea más una realidad que una quimera. 

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