Se restaurarán los columbarios del Cementerio Central, un lugar de memoria y reflexión
8 Marzo 2025 05:03 pm

Se restaurarán los columbarios del Cementerio Central, un lugar de memoria y reflexión

Detalle de los columbarios del Cementerio Central con la obra 'Auras anónimas', de Beatriz González.

Los columbarios del Cementerio Central de Bogotá, también conocido como el ‘cementerio de pobres’, se convirtió en 2009 en una de las obras de arte más importante del país. El anuncio del alcalde Carlos Fernando Galán para restaurarlos y construir allí un parque de memoria ha encendido debates con los que piensan que los parques sólo deben tener fines recreativos y deportivos.

Por: Eduardo Arias

Entre aquí para recibir nuestras últimas noticias en su WhatsAppEntre aquí para recibir nuestras últimas noticias en su WhatsApp

Una de las obras de arte público más importantes del país es la obra Auras anónimas, de la maestra Beatriz González. Es una intervención artística que se realizó en los columbarios del Cementerio Central en 2009 por encargo de la Alcaldía Mayor de Bogotá, a través del Instituto Distrital de Patrimonio Cultural.

En 2009, ella instaló 8.957 lápidas impresas con imágenes de cargueros de cadáveres del conflicto armado. “Esta obra, además de ser reconocida internacionalmente como la intervención de arte en espacio público más importante de Latinoamérica, por el International Institute of Public Art de la Universidad de Shanghái, es un recordatorio del dolor que hemos padecido como sociedad y una reivindicación artística que antepone la memoria al olvido. Como homenaje a esos miles de colombianos sin nombre”, asegura Santiago Trujillo, secretario de Cultura del Distrito. Auras anónimas hace del 'cementerio de pobres', un lugar incluyente, abierto a la reflexión y al diálogo. "Un lugar solemne que ha sobrevivido a las lógicas de la segregación. Cuando uno vuelve sobre la trayectoria de la maestra González a lo largo de más de 70 años, comprende su particular mirada de la cultura popular y del proceso político en Colombia, y el peso de una obra como Auras Anónimas en el arte contemporáneo latinoamericano”, agrega Trujillo.

Auxiliar

Natalia Gutiérrez, artista, investigadora y curadora de la obra de Beatriz González, recuerda que el proyecto empezó por el interés de la artista de salvaguardar un lugar histórico a través de una intervención artística que le diera un nuevo significado como espacio de memoria y reflexión. “Este terreno tiene una carga simbólica y, como ella dice y por eso el título, allí hay auras anónimas. En el país hay un montón de auras, no solo anónimas, porque todos tienen sus deudos y sus familiares, pero hay un montón de auras flotando: hay cientos de miles de desaparecidos. Este es un tema que todavía sigue en investigación y este lugar tiene esa carga que no puede borrarse. El arte debe señalar esa importancia de sensibilizarse frente a la situación del país”.

F, G.
Beatriz González, en Bruma, exposición que hizo en el espacio Fragmentos, con las figuras de Auras anónimas.


Historias ocultas y olvidadas de Bogotá

Los columbarios son un lugar emblemático y lleno de historia en la capital colombiana. Son estructuras que albergan las urnas con las cenizas de personas fallecidas y, en el caso del Cementerio Central, tienen una gran importancia cultural y artística. Como señala Trujillo, “los columbarios son estructuras funerarias declaradas como Bien de Interés Cultural del Distrito, mientras que el Cementerio Central es Bien de Interés Cultural del orden nacional. En relación con ambos existe un mandato legal que nos ordena mantenerlos y conservarlos. Esta declaratoria reconoce las características excepcionales de los columbarios como parte del patrimonio de la ciudad y del país, así como su enorme valor histórico”.

Como él recuerda, en un parque de esta zona de la ciudad, antes conocido como La huerta de Jaime, fueron fusilados o ahorcados destacados líderes granadinos como Policarpa Salavarrieta, Antonia Santos, Camilo Torres y Francisco José de Caldas, entre otros, y esa es la razón por la que se levantó allí, en marzo de 1880, una modesta columna de piedra a su memoria. De ahí que se bautizara como Los Mártires a la plaza que le dio después el nombre esta localidad, en la que también se construyó el Cementerio Central, que alberga los restos de grandes personalidades nacionales como Francisco de Paula Santander, José Asunción Silva, Rufino José Cuervo, Luis Carlos Galán y Alfonso López Pumarejo, entre muchas otras. “Lo interesante de esta historia es que, detrás de todos estos episodios y homenajes volcados al heroísmo o al abolengo de figuras ilustres, se ocultó durante décadas la historia no contada de miles de colombianos sin nombre enterrados en los columbarios sin ningún otro rasgo común que el de haber muerto pobres o víctimas del conflicto armado o de la violencia de El Bogotazo. Esas historias sin rostro condenadas al olvido en el llamado Cementerio de Pobres, construido por etapas entre 1936 y 1950, han empezado a salir a la luz recientemente, gracias a una estrategia de investigación y activación que, de manera participativa, buscó rastrear, comprender y compartir todas aquellas historias silenciadas y borradas”, dice Trijillo

Detalle

Este contexto histórico es el que nutre la obra Auras anónimas, de la maestra Beatriz González. La intervención artística se inauguró en 2009, pero con el paso de los años y la falta de mantenimiento las estructuras de los columbarios y las serigrafías comenzaron a deteriorarse. “De aquí la importancia que tiene el anuncio hecho por el alcalde Carlos Fernando Galán de destinar los recursos necesarios para restaurar los cuatro columbarios y renovar la obra de la maestra González, reemplazando las lápidas actuales por otras de material más duradero”, anota Trujillo.

En 2020, el Instituto Distrital de Patrimonio Cultural inició el camino para restaurar este lugar y avanzar en los diseños para una intervención paisajística para convertir este espacio en un parque de memoria. Entre 2020 y 2024, el Distrito invirtió alrededor de 7.600 millones de pesos para realizar la investigación y activación social, los diseños y estudios del proyecto, los estudios arqueológicos pertinentes ante el Instituto Colombiano de Antropología e Historia y la intervención de primeros auxilios arquitectónicos de los columbarios para salvaguardar las estructuras y frenar su deterioro.

Como dice Trujillo, “esta primera fase de restauración comprenderá el reforzamiento estructural y la consolidación de los 6.416 m2 de columbarios, así como la renovación de la obra Auras anónimas, para reemplazar las 8.957 lápidas actuales con otras de material más duradero. Esto dado que, inicialmente, la creación de la maestra tenía carácter efímero. El proceso será liderado por la Secretaría de Cultura, Recreación y Deporte, el Instituto Distrital de Patrimonio Cultural y la Secretaría Distrital de Planeación. Nuestra intención es que estos trabajos comiencen en el marco de la primera Bienal Internacional de Arte y Ciudad BOG25, y sean entregados en su segunda edición, en 2027”.

Gene


Una obra de arte de importancia internacional

Esta obra ha recibido importantes reconocimientos, como el reciente galardón en la Regional Grant Award en el sexto International Award for Public Art 2024, sección de América Latina, reconocimiento otorgado por el International Institute of Public Art de la Universidad de Shanghái que destaca los proyectos de arte público más relevantes a nivel global. “Reconocieron el carácter de salvaguardar un sitio histórico en donde una obra de arte creaba un espacio de discusión social y de la memoria. Este reconocimiento internacional es valioso en el sentido en que demuestra cómo la obra trasciende también las fronteras geográficas y bajo un grupo de expertos de varias regiones, este es un concurso global, el grupo de jurados expertos quisieron homenajear las auras anónimas”, dice Natalia Gutiérrez.

Como Beatriz González dijo en su en su discurso en la ceremonia, esta es la obra que ella considera como la más importante de su carrera y que puso en tensión el tema del espacio público, la memoria y la política y las leyes también de salvaguardar los espacios patrimoniales”, agrega.

Sin embargo, el anuncio del alcalde galán molestó al ex alcalde Enrique Peñalosa, quien considera que allí debe construirse un parque deportivo y recreativo, tal como lo expresó en su estilo característico en un trino.


Al respecto, Trujillo comentó: “Ya tuve oportunidad de responder al exalcalde señalando que una intervención artística como la de la maestra González es mucho más que una estructura puesta en el espacio público. Es también una conversación que debe darse dentro de una sociedad alrededor de su memoria, una conversación sobre el valor del arte como bien público. Más allá del deber que tenemos como administración de intervenir y conservar los columbarios como Bien de Interés Cultural a nivel distrital, estamos profundamente convencidos de su enorme valor social, patrimonial y artístico. Lejos de toda pretensión elitista, esta es una iniciativa incluyente que salda una vieja deuda histórica con la ciudad y con sus habitantes, sin distingo alguno”.

Natalia Gutiérrez lo complementa: “Lo anterior muestra que este debate que ha habido alrededor de la salvaguardia los columbarios y las 'Auras anónimas' no tiene que ver únicamente con la idea de una sola persona o de una sola artista, sino que respalda y señala que hay una discusión y un sentido importante para el contexto artístico internacional”.

Santiago Trujillo.
Santiago Trujillo.

Ella considera que el debate es significativo porque señala precisamente las ideas sobre la memoria, la representación y el lugar del arte para tratar temas como el conflicto armado, en la historia reciente del país. “Aunque a unas personas lo pueden identificar como un símbolo de la muerte, como lo han llamado. También hay un debate de cómo se narra esa historia, la historia reciente, cómo se ubica en el espacio público y cómo se le da también un espacio en Bogotá. Aunque la ciudad ha vivido los estragos de la violencia, las personas que hemos vivido en la capital hemos estado de alguna manera aislados de la cruda realidad del campo. Entonces, la discusión también tiene que ver con ese espacio simbólico que la ciudad está necesitando. Un espacio de reflexión, no solamente de entretenimiento”.

Un obstáculo que ha tenido esta obra es el poco o nulo contacto con la ciudadanía. Como expresa Natalia Gutiérrez, ese contacto se ha visto afectado por los cambios de decisiones respecto al uso de este espacio y por el deterioro de los columbarios que están en riesgo de caerse. “No se ha podido establecer un intercambio tan activo, un diálogo o una apropiación de los ciudadanos porque el acceso está bloqueado por tazones de seguridad como por descuido administrativo. Se espera que con este nuevo proyecto del Parque de Memoria que se inicia con la con la restauración de los columbarios y su estabilizarlos se puedan acceder a ellos”, dice.

A manera de conclusión, Trujillo anota que “las obras de arte y la arquitectura se erigen como una huella de ciudad, son parte de la identidad de una comunidad. El arte es una expresión de libertad que inspira diálogos entre la ciudadanía y los espacios públicos de una forma poética y creativa. Como expresión artística, la arquitectura no solo plasma esa sensibilidad sino que la materializa en espacios que mejoran la calidad de vida de las personas. Con esto en mente, realizaremos este año la primera Bienal Internacional de Arte y Ciudad de Bogotá, BOG25, del 20 de septiembre al 9 de noviembre, y nos enorgullece anunciar que la inauguraremos dando inicio a los trabajos de reforzamiento estructural en los columbarios y a la renovación de la obra de la maestra Beatriz González, quien merece nuestro mayor reconocimiento. Creemos que no puede haber un mejor punto de partida para una Bienal que propone una gran diversidad de miradas y conversaciones a partir del arte, y que apuesta por resignificar el imaginario urbano de quienes viven en Bogotá y de los turistas que la visitan. Una vez se entreguen estos trabajos durante la Bienal de 2027, le habremos dado a la ciudad un templo dedicado a la reflexión sobre nuestras violencias, un espacio de introspección para el desarrollo de una consciencia colectiva que nos permita reconocernos en nuestros dolores, pero también en nuestras luchas por alcanzar la reconciliación”.

Conozca más de Cambio aquíConozca más de Cambio aquí