Las semillas de la resistencia: el papel de las mujeres iraníes ignorado en los premios Oscar
4 Marzo 2025 10:03 am

Las semillas de la resistencia: el papel de las mujeres iraníes ignorado en los premios Oscar

'La semilla de lo sagrado'.

La película 'La semilla del fruto sagrado', dirigida por el iraní Mohammad Rasoulof, fue nominada al Oscar como mejor película internacional, pero la estatuilla finalmente la ganó la producción brasileña 'Aún estoy aquí'. Su director logró escapar a Berlín tras ser sentenciado a ocho años de prisión.

Por: Elena Chafyrtth

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La vida de Mohammad Rasoulof merecería un Oscar si fuera llevada al cine. En 2017, su filme A man of integrity fue reconocido como el mejor de la sección Un Certain Regard en Cannes, y en 2020 ganó el Oso de Oro con There is no evil. Pero el reconocimiento internacional no lo protegió de la censura. Mientras sus películas conquistaban los festivales más prestigiosos, Mohammad Rasoulof enfrentaba la persecución y el encarcelamiento. Fue sometido a arresto domiciliario en 2021 y pasó siete meses en prisión en 2022.

Condenado a latigazos y a la confiscación inmediata de sus propiedades, el realizador fue sentenciado por el tribunal islámico por “colusión con la intención de cometer crímenes contra la seguridad del país”. Tenía 52 años cuando escapó del régimen, caminando días enteros con sus noches por caminos clandestinos en busca de la libertad, hasta radicarse en Berlín. En varias entrevistas ha confesado: “La libertad y la justicia han sido las prioridades de mi vida y, por consecuencia, centrales en mi cine. La lucha por mantenerlas es permanente, porque nunca dejarán de haber fuerzas poderosas que, por su propia supervivencia y por extender sus intereses y poder, intentarán definir, cuestionar y manipular estas ideas".

La prisión, el hiyab y la revuelta

Los derechos de las mujeres en Irán han variado a lo largo de la historia. En el siglo VII, gozaban de las mismas prerrogativas que los hombres y podían poseer bienes tanto dentro como fuera del matrimonio. En 1936, bajo las reformas del Sha Reza Pahlaví, se prohibió el uso del velo (hiyab) y se promovió la educación femenina. Posteriormente, en 1963, la Revolución Blanca les otorgó el derecho al voto. Sin embargo, la Revolución Islámica de 1979, liderada por Ruhollah Jomeiní, marcó un retroceso: el uso del velo volvió a ser obligatorio y muchas mujeres fueron marginadas de diversos sectores laborales.

Esta regresión histórica se hizo más evidente en 2022, mientras Rasoulof está en prisión, escucha a los guardias murmurar sobre disturbios en la Plaza de los Dioses. Hay heridos, dicen. Horas antes, la policía había detenido a una joven por llevar mal puesto su hiyab. Se llamaba Mahsa Amini, tenía 22 años. La obligaron a subir a una furgoneta y, durante el trayecto, la golpearon con tal brutalidad que cayó en coma. Murió el 16 de septiembre. Afuera, las calles arden; adentro, el cineasta entiende que el régimen no solo persigue sus películas sino la realidad que ellas denuncian.

Los videos reales de aquellas manifestaciones, con ciudades ardiendo y multitudes gritando “¡abajo la teocracia!”, se integran a la película. En la pantalla, la furia del pueblo se impone con imágenes y sonidos de una nación en llamas. Mientras tanto, en la televisión estatal el mensaje es otro: el inicio del nuevo ciclo escolar, la promesa de estabilidad y la afirmación de que la policía mantiene el orden con respeto a los derechos ciudadanos. La contradicción es evidente, y Rasoulof la expone sin filtros. De aquel asesinato nació un movimiento: Mujer, vida, libertad. La fuerza y la valentía de tantas personas en las calles son las que llevaron a Rasoulof a contar esta historia.

Sus películas son eso: el retrato de las problemáticas que aún persisten en Irán. La semilla del fruto sagrado fue premiada, en mayo de 2024, con cinco galardones en el Festival de Cannes, entre ellos el Premio Especial del Jurado.

Semilla

Con una duración de 168 minutos, este largometraje narra la historia de una familia iraní tradicional: una pareja y sus dos hijas que comparten el mismo hogar. Todo cambia cuando a Iman, el jefe de la familia, lo ascienden a juez de instrucción del Tribunal de la Guardia Revolucionaria. Pronto descubre que leer los expedientes es inútil: su función no es hacer justicia, sino acatar órdenes y firmar sentencias impuestas por los verdaderos hombres de poder.

La rutina de la familia se ve alterada con la llegada de Sadaf, amiga de las hijas de Imán. Sin un lugar donde hospedarse, pasa la noche en su casa. Al día siguiente, se une a las marchas y resulta herida en el ojo derecho. Sin otra opción, regresa nuevamente a refugiarse con sus amigas. Una, cinco, doce esquirlas metálicas le son extraídas a sangre viva, mientras ellas la sostienen, lloran y le infunden fuerzas para soportar el dolor. Najmeh, la esposa de Iman, es quien la cura.

Tras el ascenso de la familia, el gobierno les compra una casa nueva. Mientras las calles se incendian y la policía irrumpe en varias viviendas, ellos son privilegiados. Sin embargo, el mismo encierro los fractura, los derrota, los confina, los aleja, los sacude en un mundo donde tal vez jamás se conocieron. Son simplemente cuatro extraños que viven en la misma casa y es lo único que los une. Además, la desconfianza crece segundo a segundo desde la noche en que Iman no encuentra su arma. Con la pérdida de este objeto poco a poco se cae a pedazos su poder y su libertad.

Cientos de letreros que invaden las calles, mujeres desnudas que a pesar de los golpes proclaman libertad, dos adolescentes que no hacen sino encontrar la verdad en medio del encierro, buscando la respuesta desde la ventana, siendo testigo de los crímenes. Una historia que muestra cómo un país, al parecer, no fue pensado para las mujeres, un filme que retrata el despertar femenino, la firmeza y resistencia que soporta el día a día, con la promesa de perseguir una nueva vida. Mientras del otro lado escuchan a su padre repetir todas las noches, entre sueños, la siguiente frase: “No importa lo fuerte que seas, lo infalible que sea tu fe, las sentencias de muerte siempre serán abrumadoras”.

Ficha técnica:

Director: Mohammad Rasoulof
Reparto: Soheila Golestani, Missagh
Zareh, Setareh Maleki, Mahsa Rostami
Guion: Mohammad Rasoulof
Producción: Mohammad Rasoulof,
Amin Sadraei, Jean-Christophe
Simon,Mani Tilgner, Rozita Hendijanian
Edición: Andrew Bird
Música: Karzan Mahmood
Género: thriller, drama
Idioma: persa
Duración: 167 minutos
País: Alemania, Francia, Irán

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