Zanzibar, Halva y el mar, en la pluma de Abdulrazak Gurnah, premio Nobel 2021
24 Enero 2023

Zanzibar, Halva y el mar, en la pluma de Abdulrazak Gurnah, premio Nobel 2021

Abdulrazak Gurnah.

Crédito: Colprensa

‘A orillas del mar', de Abdulrazak Gurnah, premio Nobel 2021, es un canto al África y también una denuncia a las fracturas que deja el colonialismo. Gurnah se presentará en el Hay festival el 28 de enero a las doce del día en el Centro de Convenciones.

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Por Diana Castro Benetti.

A orillas del mar no es un relato exótico. Es un viaje por toda la costa este africana hasta la provincia arábiga, el cuerno de África y la India. Pasa por Malaca y llega a Shiraz. Historias de los oficios de mercaderes milenarios que llegaban con los monzones anuales para traer el oud-al-qamari, ese penetrante incienso del árbol de alóe, o llevar mesas de ébano talladas por artesanos africanos desde Tanzania a Omán. Barcos que traían no solo objetos extraños sino migrantes de aquí y de allá con algunas historias reales y otras tantas imaginadas en la botella de un genio de los deseos, un yin. Historias unas dentro de otras que crean la sensación de una narración infinita.
Este libro empieza por el final: es el punto de vista de un refugiado, Saleh Omar, viejo y taciturno, algo cansado y descreído. La conversación es con su traductor asignado del inglés al suajili cuando pide asilo en Gatwick, el aeropuerto de Londres. Ires y venires de recuerdos que develan la fuerza de una magnífica diversidad cultural: idiomas y mundillos cotidianos que son el canto a una África viva y comerciante de tabaco, dátiles, ganado, madera, telas, perfumes o pescado en salmuera; un espejo para mostrar lo que Occidente nunca respetó. Colonización y totalitarismo recorren las páginas de Gurnah al mismo tiempo que hace del jardín interior de una casa el lugar de los litigios y desvaríos humanos. No hay paraísos y Zanzíbar, la isla del océano índico, no es el oasis de los marineros. Las voces de quienes narran su destino son directas y expresan la cruda verdad de la condición humana: codicias y generosidades, inocencias y venganzas.

A orillas del mar con el azul verde y las especias es, apenas, el atisbo a un continente lleno de tertulias y vigor. El recorrido de Gurnah es el reflejo directo de la ignorancia de Occidente frente a un continente devorado. Es la denuncia de las fracturas que deja el colonialismo y es la acusación al poder y sus abusos sea este religioso, político, familiar o económico.


El relato del premio Nobel transcurre en un pueblo pequeño y desabrido de la fría costa inglesa, pero nos inunda de colores y sabores de otro mundo como cuando menciona la halva, ese dulce persa que es una simple pasta de sésamo con un poco de azafrán, agua de rosas, leche, a veces cacao en polvo y un poco de azúcar. Cuenta Abdulrazak Gurnah a través de la memoria de Saleh Omar que, para hacer una buena halva, hay que dedicar todo un día en su preparación, sudar cerca del fogón removiendo con un cucharón de mango largo la pegajosa mezcla en una batea de metro y medio de ancho y, así, la harina con el ghee no forma grumos.
A orillas del mar con el azul verde y las especias es, apenas, el atisbo a un continente lleno de tertulias y vigor. El recorrido de Gurnah es el reflejo directo de la ignorancia de Occidente frente a un continente devorado. Es la denuncia de las fracturas que deja el colonialismo y es la acusación al poder y sus abusos sea este religioso, político, familiar o económico. Detrás de las ventanas, por encima de las ilusiones y recuerdos juveniles, nos presenta el África de su corazón, nos habla en suajili, insistiendo siempre que no sean las itálicas las que marquen un lenguaje desconocido porque hoy, en realidad, “hay más individuos que hablan suajili que sueco”, dice Gurnah.Portada libro
Pero Abdulrazak Gurnah llega tarde al español. Como si fuera una leyenda más de toda su obra, hace más de 20 años, Julietta Lionetti publicó sus libros en la editorial Poliedro en Barcelona. Con el tiempo, la editorial cerró y nadie más tramitó los derechos en español con el agente literario inglés. Y, aunque sus historias circulen en el idioma del imperio, estas llevan más de diez años olvidadas en español como si vinieran de un continente inexistente. Tuve la suerte de leer este libro de Gurnah en su primera edición de 2001, en español; tenía otro título y otra traducción, lo cual me parece un delicado juego de causalidades entre libros, escritores y lectores que navegan por las corrientes paralelas; un indicio más de que lo bueno se hace esperar y que el ojo del curador no está, tal vez, en las monopólicas casas editoriales sino en las pequeñas editoriales independientes. Bienvenido este Nobel, bienvenido Gurnah a Colombia. Inch’ Allah se lea un poco más. Nos merecemos un encuentro real y de letras con África.
TW @dcastrobenetti
otro.itinerario@gmail.com

Portada original
Portada de la edición de 2001, de editorial Poliedro, con otro título.

 

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