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Violencia en los estadios: el partido más difícil del fútbol colombiano
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En el campeonato nacional, la seguridad en los estadios va perdiendo por goleada. Los seguidores del deporte en el país se mantienen en el centro de un partido sin reglas claras en el que el grito del gol ha sido opacado por la violencia.

En las últimas semanas, los hechos violentos han acaparado los titulares de los medios deportivos en Colombia. Disturbios, actos vandálicos y peleas entre barras han desviado la atención de los seguidores del fútbol profesional colombiano, trasladando el protagonismo de la cancha a las tribunas.

Sanciones disciplinarias, multas económicas y millonarias recompensas para capturar a los responsables de desmanes en los estadios del país no han sido suficientes para garantizar la seguridad en los escenarios deportivos. Por ahora, la violencia continúa ganando terreno y mantiene el dominio del partido por una amplia ventaja.
Un reciente estudio realizado por el Observatorio de Seguridad y Convivencia de la Universidad Central reveló que cada 20 días se registra la muerte de un hincha por enfrentamientos antes o después de un partido profesional. De hecho, la investigación estableció que, entre 2008 y 2024, al menos 262 hinchas han fallecido por cuenta de hechos violentos.
“El 78 por ciento de las mujeres y el 70 por ciento de los hombres consideran que es peligroso ir a estadios de fútbol en Colombia. La violencia alrededor de la pelota es una bola de nieve que no se ha atendido desde hace más de 20 años y cuyas consecuencias se agudizan”, le explicó a CAMBIO el exsubsecretario de Seguridad de Bogotá, Andrés Nieto.

En el capítulo más reciente de violencia en los estadios, integrantes de la barra Barón Rojo Sur atacaron a miembros de la Unidad de Diálogo y Mantenimiento del Orden (Undmo) y obligaron a la suspensión definitiva de la final de la Copa Betplay 2024 en Cali. De acuerdo con la Alcaldía de la ciudad, 580 sillas fueron destruidas y al menos 20 puertas de acceso al escenario deportivo resultaron afectadas.
Seguridad en los estadios: la pelota que nadie quiere tener en sus pies
En los partidos importantes se conoce a los verdaderos jugadores, aquellos que no temen pedir el balón en los momentos más decisivos, cuando la presión es máxima y los hinchas exigen ir hacia al frente. Sin embargo, en el partido de la seguridad nadie se atreve a pedir el balón. Al contrario, los involucrados en el juego se pasan la pelota de la responsabilidad de un lado a otro, sin destino claro.

En 2018, la Corte Constitucional emitió una sentencia en la que estableció que los organizadores de espectáculos privados, como partidos de fútbol o conciertos, tienen la responsabilidad de garantizar la seguridad en el interior de los escenarios. Además, el alto tribunal determinó que ellos deben mantener el orden público y promover la convivencia ciudadana en los eventos.
“La seguridad interna y externa en las actividades que involucran aglomeraciones de público complejas será responsabilidad de los organizadores, quienes deberán contratarla con empresas de vigilancia y seguridad privada o empresas de logística legalmente constituidas”, indicó la Corte en la sentencia C-128.

El Ministerio del Interior informó que desde el próximo año se iniciará la implementación de una estrategia para reducir la presencia policial en los estadios de fútbol del país, en cumplimiento de la sentencia del alto tribunal. De acuerdo con la cartera, la estrategia le permitirá a la Policía Nacional enfocar sus recursos en realizar iniciativas orientadas a la seguridad y convivencia a nivel nacional.
La estrategia, coordinada por dicho ministerio, establece que en 2025 se presentará una reducción del 60 por ciento de la presencia policial en los estadios. Además, la reducción progresiva será del 70 por ciento en 2026 y del 80 por ciento en 2027. En ese sentido, los uniformados podrían intervenir sólo en situaciones que requieran control del orden público.

Ante el anuncio del Gobierno nacional de reducir esa presencia, el presidente de la División Mayor del Fútbol Colombiano (Dimayor), Fernando Jaramillo, rechazó la medida establecida por la Corte. De acuerdo con la entidad, sus 36 clubes afiliados consideran que es imposible seguir con el fútbol profesional colombiano sin acompañamiento policial.
“Hacemos un llamado a la Policía Nacional para que acompañe cada uno de nuestros encuentros, ya que los cuerpos de seguridad privada no gozan en nuestro país del reconocimiento ni de los elementos de protección necesarios para contener un conato de violencia”, afirmó la Dimayor a través de un comunicado oficial.
¿Quién debe tomar la cinta de capitán para garantizar la seguridad en los estadios?
En medio del pleito en el que el balón pasa de un lado a otro en el partido entre entidades privadas y públicas, CAMBIO consultó a expertos y funcionarios para conocer quién debería hacerse cargo de garantizar la seguridad en los estadios y promover el bienestar de los hinchas pacíficos que alientan a su equipo en diferentes regiones del país.

El secretario de Seguridad de Bogotá, César Restrepo, aseguró que la decisión adoptada por la Comisión Nacional de Seguridad, Comodidad y Convivencia en el Fútbol de reducir la presencia de uniformados en eventos públicos responde a la sentencia de la Corte. Además, reiteró que los organizadores de torneos deben asumir las implicaciones del negocio privado que representa el deporte.
Un informe de la Superintendencia de Sociedades reveló que, en 2023, los 36 equipos del fútbol profesional colombiano registraron ingresos totales por 70.600 millones de pesos. Por eso, funcionarios y expertos coinciden en que los privados deben asumir la contratación de empresas de seguridad y logística.

“No se trata de abandonar el estadio sin la presencia de la Policía. Cuando se presenten delitos en el transcurso de eventos deportivos, los uniformados deberán intervenir como en cualquier otra situación del ámbito civil. Pero no deben responsabilizarse de la seguridad en su totalidad”, reiteró el especialista Andrés Nieto en diálogo con CAMBIO.
De acuerdo con cifras de la Secretaría de Gobierno de Bogotá, en partidos de alta competencia en la liga local se puede ordenar la presencia de entre 2.500 y 3.000 uniformados de la Policía Nacional. Por eso resulta necesario que los clubes y la Dimayor contraten servicios de seguridad para que los uniformados puedan garantizarla, pero en las calles del país.

Finalmente, con las medidas promovidas por el Ministerio del Interior, la Policía podrá apoyar a los equipos de seguridad y logística en las próximas temporadas, pero serán los privados los encargados de adaptar el equipo técnico y tecnológico necesario para identificar a los violentos.
Todos los involucrados en el deporte deben jugar en equipo para anotarle un gol a la violencia. No bastará con sancionar las faltas y mover el balón sin destino claro sino que, como dijeron los expertos, se necesita implementar campañas pedagógicas para prevenir los actos violentos que amenazan con detener el balón.
