¿Las cuentas claras? Los ministros José Antonio Ocampo e Irene Vélez siguen sin ponerse de acuerdo

El ministro de Hacienda, José Antonio Ocampo, y la ministra de Minas, Irene Vélez, no se ponen de acuerdo. Mientras la ministra Vélez asegura que “hasta el momento, con la información disponible, la decisión del Gobierno es no firmar más contratos”, Ocampo insiste en que la decisión sobre si el país va o no a firmar nuevos contratos de exploración y explotación de hidrocarburos no se ha tomado: “Todavía no hay estimaciones finales de las reservas (de gas y petróleo), tenemos que ver cómo los contratos ya firmados garantizan suficientes reservas” –dijo Ocampo–. Entre estas dos posiciones lo que está en juego es la autosuficiencia energética del país y los ingresos que se derivan de la venta de hidrocarburos. 

Por esta razón, la próxima semana habrá una reunión entre el presidente de Ecopetrol, Felipe Bayón; la ministra Vélez, el ministro Ocampo y el ministro de Comercio, Industria y Turismo, Germán Umaña, para revisar las cifras, hacer nuevos cálculos y tomar decisiones al respecto.

“He sido muy enfático en que aquí hay tres transiciones: energética, exportadora y fiscal. Las tres involucran el petróleo y tenemos que ver si los recursos son suficientes para realizar las tres transiciones”, advirtió el ministro Ocampo.

El petróleo y sus derivados representaron en noviembre el 56,4 por ciento de las exportaciones colombianas y un ingreso de 2.571 millones de dólares. A esas cuentas habría que agregar el recaudo tributario de la Dian por impuestos de las empresas del sector, que en 2022 gozaron de los altos precios del petróleo en el mercado internacional y la tasa de cambio más alta, factores que se tradujeron en el precio en pesos más alto de la historia para el petróleo. 

Este año, esos resultados del petróleo significarán un mayor pago de impuesto sobre la renta para las empresas de hidrocarburos y, en el caso de Ecopetrol, también un mayor pago de dividendos a la nación, que podrá usar los recursos para lo que decida: desde pagar el déficit del Fondo de Estabilización de Precios de los Combustibles (FEPC) hasta mejorar las cuentas nacionales o hacer nuevas inversiones para el país.

Por esta razón el ministro Ocampo ha repetido en varias ocasiones que “desde el punto de vista del Ministerio de Hacienda y de Comercio es importante cuáles son las expectativas de exportación de petróleo porque de eso dependen las divisas que recibiremos y el crecimiento del país”.

Los reemplazos del petróleo

Para dar el paso en la transición energética, el ministro de Hacienda ha explicado que se requiere avanzar en las transiciones exportadora y fiscal. Esta última depende justamente de encontrar nuevas fuentes de divisas para el país.

En el campo exportador, el país lleva algunos años avanzando en impulsar otros productos y servicios. Por ejemplo, el segundo grupo de mayor exportación en el país es el de productos agropecuarios, alimentos y bebidas, que representaron ingresos por 867 millones de dólares en noviembre de 2022. 

Dentro de ese grupo, según las cifras del Dane, se destacan productos como café, té, especias y sus preparados, con ventas por 350 millones de dólares en el penúltimo mes del año, y los productos animales y vegetales en bruto, con ventas por 150 millones de dólares.

Los que más crecieron en exportaciones entre enero y noviembre con respecto al mismo periodo de 2021 fueron las bebidas, con un incremento de 52,8 por ciento, y la pasta y desperdicios de papel, con 55,4 por ciento.

Uno de los servicios de exportación bandera del gobierno es el turismo. Según las cifras de la Asociación Colombiana de Agencias de Viajes y Turismo (Anato), solo en el primer semestre de 2022 las divisas que recibió el país por turismo se duplicaron frente al reporte de la primera mitad del 2021 y alcanzaron los 3.208 millones de dólares, un incremento de uno por ciento con respecto al último año previo a la pandemia.

Sin embargo, si lo que se busca es reemplazar los ingresos derivados de la venta de hidrocarburos, las otras fuentes (agropecuarias, de alimentos, turismo, hidrógeno verde) tendrían que sumar más de 2.500 millones de dólares mensuales. Ocampo calcula que se necesitan unos 15 años para llegar a esa cifra. La pregunta es si Colombia cuenta con suficientes reservas mientras se logra esa transformación, y si el país es lo suficientemente juicioso como para emprender semejante desafío.