¿Mamás y papás se oponen a la educación sexual? Encuesta demuestra lo contrario

Crédito: COLPRENSA

15 Junio 2024 02:06 pm

¿Mamás y papás se oponen a la educación sexual? Encuesta demuestra lo contrario

El 95 por ciento de los encuestados en doce municipios del país apoyan la enseñanza integral sobre sexualidad, un derecho humano que puede salvar vidas.

Por: Pía Wohlgemuth N.

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“No te metas con mis hijos” y “Con los niños no” son algunos de los lemas que se leen en redes sociales y se oyen en protestas. Pareciera, a veces, que los padres de familia no quieren que sus hijos reciban educación sexual.

La idea de que Colombia es un país de derecha conservadora refuerza esta teoría. No obstante, una encuesta de la ONG Sentiido muestra que la mayoría respaldan la educación sexual integral (Esi).

La Esi es importante porque significa la enseñanza de temas de sexualidad para los menores de edad, que -como dice el Instituto para el Futuro de la Educación del Tecnológico de Monterrey-, sirve para prevenir las enfermedades de transmisión sexual, los embarazos y la violencia, entre otros. De hecho, una niña o niño adquiere las herramientas para identificar que ha sido víctima de abuso sexual cuando tiene información clara al respecto.

La Esi está relacionada con “la reducción de comportamientos sexuales peligrosos riesgosos y la creciente conciencia sobre el VIH y otras infecciones de transmisión sexual, entre otros beneficios”, como dice el documento de la encuesta.

La encuesta, realizada en persona a 2.843 mamás y papás de 12 municipios, incluyendo Bogotá, el Caribe, Antioquia, el suroccidente y el centro del país, trae resultados inesperados. Según esta, el 95 por ciento de los padres y madres apoya “decididamente” la Esi en los colegios y la igualdad de derechos para la comunidad LGBTI en un 90 por ciento.

En contraste, solo el 58 por ciento dijo que está de acuerdo con el matrimonio igualitario. Aún así, la mayor parte está dispuesta a “aceptar” a un hijo o hija de la comunidad LGBTI.

El llamado que hicieron la fundación Sentiido, el Centro de Derechos Reproductivas y la ONG Poderosas -dedicada a la educación sexual en todo el país-, fue para rectores de colegios y autoridades locales y nacionales. Esperan que utilicen la información de esta encuesta para tomar acciones en pro de la educación sexual integral.

Li Cuéllar Wills, directora y cofundadora de Sentiido, cree que hay una tarea muy larga por delante, porque sigue habiendo unos desafíos enormes, “no solo en temas de presupuesto, sino en formación de formadores”.

En conversación con CAMBIO, Cuéllar Wills explica que los formadores son personas que muchas veces están solos en el trabajo de educar a los colegios y a los docentes. “Creo también que hay un desafío muy grande frente a la resistencia, porque se promueve mucha desinformación y creo que los medios de comunicación tienen una labor fundamental de no replicar estas ideas en contra de la educación sexual como una amenaza”, dice.

El caso de Paola Albarracín

El Centro de Derechos Reproductivos, Poderosas y Sentiido expusieron los resultados de la encuesta el 13 de junio, en Bogotá. Uno de los temas centrales del encuentro fue el caso de Paola Albarracín, que se volvió fundamental en la promoción de la educación sexual integral en la región.

Paola era una niña ecuatoriana -por eso, en el evento estaba una ONG de ese país bautizada en su nombre- que, en 2001, cuando tenía 14 años, tenía dificultades en sus clases del colegio. El vicerrector de la institución le prometió ayudarla a pasar el año a cambio de relaciones sexuales. 

Cuando tenía 16, Paola se tomó unas pastillas de fósforo blanco porque no aguantó más la presión de saberse “engañada” y manipulada por el vicerrector. Sus compañeras alertaron a las directivas de lo que estaba pasando, pero el colegio no la ayudó. Por el contrario, la hicieron arrodillarse a rezar y pedir perdón por sus pecados. 

Su mamá, Petita Albarracín, recibió una llamada del colegio y ella misma la llevó al hospital, en donde la niña falleció el 13 de diciembre de 2002. La justicia ecuatoriana no hizo mucho, como contó Catalina Martínez, directora en Colombia del Centro de Derechos Reproductivos: “Ella no se rindió (...) llevamos su caso a la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) y aquí logró justicia para Paola, logró limpiar el nombre de su hija, que era lo más importante para ella”.

La decisión de la CIDH de 2020 contiene un llamado fundamental: es la primera vez que el tribunal internacional reconoce la Esi como un derecho humano y la obligación de los estados de toda la región de brindarla como parte del currículum de los colegios.

“Es muy importante, porque reconoce además que la Esi es supremamente vital para reconocer cómo identificar las violencias, cuáles son las implicaciones de las relaciones afectivas”, señaló Martínez en el evento. Dijo, también, que la Esi no se trata solo de hablar violencias y de anatomía, pues también debe explorar el respeto, el consentimiento, la igualdad y más.

El caso de Paola Albarracín es clave en la región y significa un llamado para toda la sociedad. La Esi puede salvar vidas, porque Paola no supo que era víctima de abuso sexual y murió llena de culpa, dolor y confusión. El objetivo es evitar más casos como el suyo en Ecuador y en el resto del mundo.

Por eso, encuestas como la que presentó Sentiido cobran relevancia especial. La Esi es necesaria y los padres de familia están de acuerdo con que sus hijos aprendan de sexualidad de forma integral en sus colegios.

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