
SELDAY en Colombia, colegio Andino.
Crédito: Insight
"En Colombia, ni los alumnos ni los docentes tienen idea de cómo se sienten": fundador de Colombia EdTech
- Noticia relacionada:
- Educación
- Entrevistas
En conversación con CAMBIO, Felipe Arango Gardeazábal, Regional Manager Latam de Insight y fundador del gremio Colombia Edtech y uno de los líderes más influyentes en la transformación educativa del país, habla sobre la importancia de la dimensión emocional en la educación para lograr transformaciones profundas.

En un momento en que el desarrollo socioemocional se posiciona como una prioridad global para los sistemas educativos, el SEL DAY llegó a Colombia, un evento que promete
transformar la forma en que educadores, instituciones y líderes del sector piensan y
abordan la educación emocional. Aprovechando el marco, uno de sus panelistas más importantes respondió nuestras inquietudes sobre el tema.
CAMBIO: Lo primero que quisiera es preguntarle por una definición concreta sobre educación y aprendizaje socioemocional.
Felipe Arango: Para responder esto me voy a devolver a mi experiencia laboral, cuando hace cuatro años fundé el gremio de Colombia Ed tech, que es el gremio líder de empresas de educación y tecnología en el país, que lideré por un tiempo. Al salir, me di cuenta de que en efecto había muchas propuestas de cómo mejorar la educación con tecnología, pero cuando te fijas en los resultados, la verdad es que académicamente estamos estancados en calidad. El reporte que hizo Fundación Empresarios por la educación hace un par de semanas corrobora que, desde hace 20 años, aunque hemos mejorado en acceso, en lo relacionado con la calidad no ha habido una transformación real.
Ante ese panorama, me pregunté por qué, con tanta tecnología, propuestas e intentos por transformar la educación, hemos fracasado en el intento. En esa dirección, me encontré con los conceptos de desarrollo socioemocional, entornos de aprendizaje y bienestar personal. Me di cuenta, pues, de algo fundamental: cuando un alumno está triste, deprimido, desolado, tiene necesidades específicas de sentido de pertenencia, de afrontamiento, de resiliencia, etcétera., simplemente no puede aprender con normalidad.
Aunque esto suena obvio, en la práctica no lo es. Debemos dimensionar lo difícil que es que, en el colegio, mientras los alumnos atraviesan los mayores cambios de su vida –en el cuerpo, el cerebro, las responsabilidades–, deben además aprender biología, álgebra, otro idioma. Que un alumno tenga éxito en esto es realmente complejo. En mi caso, fracasé por completo.
Así, lo que entendemos por desarrollo socioemocional lo formulo así: si queremos que esto que llamamos colegio sea un lugar realmente favorable para los niños, su desarrollo y aprendizaje, tenemos que priorizar los ámbitos sociales y emocionales y tener claro que, no somos máquinas. Seguimos siendo seres humanos gobernados por las sensaciones y las emociones.
CAMBIO: La experiencia tradicional en los colegios es que, por un lado, están los profesores de las materias y, por otro, la psicóloga, como dos fuerzas diferentes que no comparten competencias. Supongo que eso también se está replanteando…
F.A.: Tal cual. Yo viví metido en psicología: "Porque Felipe no entiende, porque Felipe no pone atención, porque Felipe no deja dar clase y además no entiende cuando le explico"… la realidad es que yo no era bruto, sino que tenía un montón de necesidades socioemocionales que, como el profesor de biología solo sabía dar biología, pues decía: "Esto me supera, yo mando a Felipe a psicología y que él se encargue de que lea de la página cinco a la siete del libro de texto".
El propósito de hacer el SELDAY tiene dos razones: exponer que Insight, la EdTech mexicana, llega oficialmente a Colombia y que desde Colombia vamos a atender todo Suramérica para llevar esto a todas las escuelas del continente. La segunda razón del SELDAY es devolverles algo a las personas dedicadas todos los días a la enseñanza de la dimensión socioemocional. Es un día para ellos y en consecuencia un evento ciento por ciento académico enfocado en escuchar pares, posiciones del Gobierno, asociaciones.
El entendimiento fundamental de Insight es que es imposible que un docente entienda cómo implementar esto en el día a día si no conoce a sus alumnos. Nuestra gran diferencia es que, por medio de la tecnología, medimos a los alumnos y luego le entregamos al colegio una plataforma robusta, con Inteligencia Artificial, para que tengan un diagnóstico general pero también específico. ¿Cuáles son las necesidades concretas en octavo A, noveno C, séptimo B? Si usted da doble clic en nuestro software, puede incluso saber qué está pasando en concreto en casos individuales. Saber por qué un determinado alumno no está dejando dar clases; qué tipo de necesidades especiales tienen. Nuestra plataforma permite un diagnóstico desde arriba, desde abajo, desde los lados, desde un concepto, desde un constructor…
Y esto es clave para que la intervención posterior tenga sentido y eficacia. Si uno no sabe en dónde está ni para dónde va, las medidas no suelen ser efectivas y cualquier cosa sirve. El diagnóstico y la medición que permite nuestra plataforma tiene efectos directos en la calidad educativa, hasta de un 13 por ciento, que es un índice que no se ve en ningún país de Suramérica. Es un proceso largo pero profundo y que va a la raíz: así como medimos cómo le fue en matemáticas al alumno, medimos su avance en el ámbito socioemocional.
CAMBIO: ¿Puede dar un ejemplo práctico de aplicación de su herramienta?
F.A.: Un docente, por ejemplo, de biología, le puede pedir a nuestro software que, para dar su clase sobre las células, le ayude a diseñar una lección enfocada en las necesidades específicas que se han levantado previamente con base a la información en sus alumnos. La herramienta les ayuda a crear clases mucho más empáticas y sensibles. Lo que logramos al final es que la información sea poder.
CAMBIO: La pregunta obligada, en Colombia y en la toda la región, es sobre la brecha enorme entre los colegios públicos y los privados, que en su caso empieza con la posibilidad misma de contratar sus servicios. ¿Cuál es su estrategia con respecto a la educación pública en el país?
F.A.: Cuando hice parte del gremio de Colombia EdTech, una de mis mayores preocupaciones fue que me di cuenta de que en efecto la tecnología sí que puede transformar la educación; pero que, si esto llega solo al sector privado la brecha, cada día, va a ser más grande. Y en vez de estar haciendo un bien, vamos a hacer un mal: porque a los que ya tienen desarrollo les ayudamos a desarrollarse más, y a los que no, a quedarse aún más atrás.

Al final lo que buscamos es cumplir la promesa Edtech, es decir: acceso y calidad. Si no se logra que esto llegue al ciento por ciento de la población, estamos fracasando como humanidad. Nuestro compromiso está en entender cómo llevar nuestra herramienta a todos los rincones en Colombia. Que, por supuesto, no es nada fácil.
Nuestra visión, entonces, es empezar en el sector privado para que, en seis meses, no tengamos que estar llamando a la Secretaría de Educación de Chocó a decirles que el servicio se canceló porque el modelo no nos fue viable.
El reto se basa en generar una base de colegios privados que nos permita la tracción para trabajar con lo público, que, en general, es mucho más demorado, incierto y burocrático. Yo he sido testigo de cómo muchos emprendedores del gremio de educación se quedan sin oxígeno.
CAMBIO: ¿Eso explica que en el SELDAY hayan contado con un panel destinado al sector público en Colombia?
F.A.: Esto tuvo una doble intención: la primera fue que los colegios privados supieran a cabalidad todo lo que se está generando en cuestión de política pública, que los afecta y los compromete; y la otra, que los colegios públicos tengan acceso a este tipo de eventos, en los que normalmente solo van los que pueden pagar. Por eso invitamos a la Secretaría de Educación de Bogotá y al ministerio para que les extendieran la invitación a los colegios públicos. No tiene sentido que a estos eventos solo vayan los 30 colegios del norte de Bogotá que pueden pagar. Esto lo necesitan todos.
CAMBIO: ¿En cuántos colegios tienen presencia?
F.A.: A nivel regional, en más de 600. En Colombia ya pasamos los 15. Como novedad, estamos haciendo un piloto en educación superior, con el Cesa, para entender cómo lo socioemocional, tan clave en los colegios, lo es también en las universidades. Entender qué de lo aprendido en la educación básica puede ser de valor en la educación superior.
CAMBO: Para cerrar: cómo van a integrar las particularidades del entorno colombiano, en el que muchos pelados van al colegio en condiciones hostiles, a su herramienta.
F.A.: Es muy interesante porque todo lo que construyó Insight en México fue basado en un modelo de Harvard, pero fíjese que este tenía mucho énfasis en el uso de armas, así que ya pasamos por la experiencia de mexicanizar la herramienta. Ahora estamos llevando ese aprendizaje al entorno de cada país, e incluso estamos yendo más profundo al diferenciar la idiosincrasia entre cada región. No es lo mismo un alumno rolo que un cartagenero. Y tampoco es lo mismo un alumno de La Boquilla que de Bocagrande.
Eso sí, nuestro trabajo es lento, pero seguro. Validamos muy concienzudamente que la información sea fidedigna y que las decisiones que tomamos realmente tengan sustento.
CAMBIO: Contar con 600 colegios representa un acervo de data e información muy importante. ¿Cuáles son los grandes dolores de los jóvenes?
F.A.: Le hablaría de uno solo, que es estructural. Si usted le pregunta a cualquier joven de 14 años, de colegio público o privado, en cualquier parte del país que cómo está, la respuesta no pasará de bien o mal. Los jóvenes no saben cómo nombrar las emociones ni entienden que la emoción comprende un sentimiento. No tiene ni idea. Y eso pasa en México, Argentina, Chile, en todas partes, en estrato 1 y estrato 6. Y voy más allá: pasa exactamente igual en los adultos. Pregúntele a un amigo cómo está y va a tener cómo respuesta bien, mal, o triste, hasta ahí.
La transformación está en entender la abismal diferencia entre estar bien o mal. En alumnos, docentes, y adultos.
