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¿Qué tan innovadoras son las empresas en Colombia?
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En el país se ha hecho constante la conversación sobre las innovaciones que necesita la educación superior para preparar a trabajadores que se ajusten mejor a las necesidades de las empresas. Sin embargo, en el mundo corporativo hay más inercia de la que se piensa.
Por: Angélica M. Gómez
Angelika Rettberg, decana de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de los Andes, habló con CAMBIO sobre los retos del mercado laboral y las oportunidades que tienen las ciencias sociales para abordar los cambios sociales y tecnológicos por los que atraviesa el mundo, desde el lado corporativo.
Rettberg aseguró: “Suponemos que las empresas, por el sencillo hecho de serlo, son innovadoras y emprendedoras, pero en la práctica encontramos que hay muchísima inercia en la manera en la que diseñan sus vacantes, la descripción de los cargos. Eso implica que muchas veces se pierden también de los cambios en la forma en la que educamos a los profesionales en la actualidad. Son mucho menos disciplinares, mucho menos clásicos en el sentido de desarrollar un listado de cargos, de habilidades que aplican y, por el contrario, mucho más aptos para adaptarse a circunstancias, intereses y condiciones cambiantes”.
La decana agregó que “muchos estudios han sugerido que las empresas no son tan ágiles como pensábamos en la definición de las funciones de los cargos que necesitan en sus empresas. Lo que hemos observado es que quizás el CEO sea superinnovador y esté mirando hacia adelante, pero quienes reclutan para los cargos específicos muchas veces lo hacen con moldes disciplinares que no toman en cuenta los cambios en la formación educativa que tenemos hoy, que es mucho menos orientada hacia carreras de cuatro o cinco años”.
Para responder a ese divorcio, la experta sugiere un diálogo entre las universidades y demás entidades de educación superior con las empresas, los empleadores de profesionales, técnicos y tecnólogos para identificar las necesidades reales de los empleadores. “Eso implica desde habilidades básicas como hacer una hoja de vida hasta habilidades específicas para la empresa”, agregó.
Según un estudio reciente del centro de estudios Anif, el 20 por ciento de los egresados de universidades estudiaron una ciencia social. Además, los jóvenes tienen más empleos bajo un contrato, mientras que los mayores de 28 años tienden más a ser cuenta propia. Según el centro de pensamiento, esto muestra que “los jóvenes comienzan su carrera laboral buscando empleo y conforme acumulan experiencia, hay un desplazamiento a ser cuenta propia. Esto también puede estar explicado a que, para un joven, es más difícil encontrar herramientas para emprender, por ejemplo, acceso a capital, redes de apoyo, etcétera”
Sin embargo, el estudio también demuestra que los jóvenes “no han migrado a nuevas áreas laborales”. Es decir, pese a los cambios en la educación que reciben los jóvenes, las empresas prefieren que los cargos innovadores o especializados los asuman personas con más años de experiencia.