Tatiana Calderón, piloto de automovilismo colombiana.
Crédito: Cortesía Tatiana Calderón
"Es un buen negocio invertir en mujeres en el automovilismo": Tatiana Calderón, piloto colombiana
La colombiana Tatiana Calderón, la primera mujer latinoamericana que llegó a ser piloto de pruebas en la Fórmula 1, conversó con CAMBIO sobre los retos de ser deportista, la importancia de los patrocinios y la brecha de género que persiste en el deporte.
Los deportes a motor han estado ligados, por tradición, a los hombres. Desde tiempos de Jim Clark, Niki Lauda, Alain Prost y Ayrton Senna, son muy pocas las mujeres que han estado relacionadas con las carreras, la mecánica y los roles dentro de estas disciplinas deportivas.
Pero los tiempos han ido cambiando. Las mujeres han ganado terreno en muchas industrias, al punto de que la primera mujer latinoamericana que llegó a ser piloto de pruebas en la Fórmula 1, la máxima carpa del automovilismo mundial, es una colombiana, Tatiana Calderón, quien conversó con CAMBIO sobre los retos de ser una figura femenina en este negocio, el desafío que es hacer rentable una carrera como deportista y la importancia de los apoyos institucionales y empresariales para avanzar en el deporte.
Tatiana empezó en el kartismo, y a lo largo de nueve años obtuvo diversos premios en Colombia y Estados Unidos. Fue campeona nacional de karts. En 2009, a los 16 años, comenzó a participar en otras especialidades del automovilismo, y entre 2013 y 2015, compitió en la Fórmula 3. En 2018 fue contratada por el equipo Sauber como piloto de desarrollo en la Fórmula 1, un hito para las mujeres en este deporte.
En 2019 empezó a correr en la Fórmula 2, la categoría en que los equipos de Fórmula 1 prueban prototipos de vehículos y pilotos. En ese semillero compartió pista con Mick Schumacher, el hijo del siete veces campeón Michael Schumacher. Y desde ese entonces ha participado en la Superfórmula Japonesa, la IndyCar (Estados Unidos) y la F2, y en la actualidad se dedica a carreras de resistencia en Estados Unidos. Hoy, a sus 31 años, le dijo a CAMBIO que su meta es volver a la F2 en 2025 con un proyecto para que los fabricantes de vehículos construyan automóviles más acordes con la anatomía femenina y que les permita competir en las mismas condiciones que los hombres.
CAMBIO: ¿Cómo ha sido construir una carrera en un deporte donde la participación femenina es limitada por no decir que casi nula?
Tatiana Calderón: Es increíble. Cuando empecé, con 9 años, no me planteaba toda esa cantidad de barreras que hay. Creo que, en mi caso, el hambre de sobresalir las ocultó por muchos años hasta que llegué a ese punto en que hay una diferencia muy grande entre participar y tener esa ambición de ganar. Las mujeres podemos hacerlo también en este deporte, que es de los pocos donde no hay diferenciación por género, pero nos enfrentamos a hombres en un deporte dominado por hombres y diseñado por y para cumplir con esa naturaleza de aptitudes que tiene el hombre. A lo largo de mi carrera me fui dando cuenta de que para ganar y competir tenía que cambiar muchísimas cosas.
CAMBIO: ¿Qué tipo de cambios tuvo que hacer para poder competir en las grandes carreras?
T.C.: Por ejemplo, la parte ergonómica del carro, todas las medidas son para hombres, están contempladas para cuerpos mucho más grandes. Nosotras tenemos caderas, es diferente el largo de los brazos. Me di cuenta de que muchas cosas que no estaban diseñadas para el cuerpo de una mujer.
Cuando se practica un deporte en el que una décima de segundo hace la diferencia y se pone la vida en riesgo por andar a 340 kilómetros por hora, los pequeños detalles son fundamentales. Pero eso no quiere decir que no podamos competir al más alto nivel, sino que si se cambian esas cosas la mujer puede usar las aptitudes que tiene ante el volante.
Mi pie es más pequeño, mis piernas más cortas. Tuve que pedir modificaciones en mis carros para alcanzar con la misma facilidad el freno, con toda la planta del pie y no solo con la punta de los dedos. Ha sido también un proceso muy difícil. Identificar esos cambios que se necesitan, hablarlo y solucionarlo.
CAMBIO: La Fórmula 1 ha despertado nuevamente una especie de fiebre por las carreras. Como piloto, ¿cómo ve ese fenómeno de popularidad por el deporte y los cambios que vienen para la Fórmula 1 el próximo año?
T.C.: Ha sido increíble lo que ha hecho Netflix con su serie Drive to survive y la Fórmula 1 en sí. Ha crecido mucho el interés que hay hoy por muchos ámbitos del automovilismo. En la actualidad más del 40 por ciento de los fanáticos de la Fórmula 1 son mujeres, es algo que ha venido cambiando muy rápido y con pasos súperacelerados.
Eso también despierta muchas preguntas como ‘¿Por qué no corren mujeres en la Fórmula 1? ¿Cuál es la razón?’ y eso ha dado pie a otras cosas. Hoy existe la F1 Academy, una categoría solo de mujeres, pero en mi opinión son carros muy inferiores en cuanto a prestaciones. Pese a ello, esto fomenta la idea y genera conciencia de que las mujeres sí pueden estar en el automovilismo, se pueden formar ahí y pueden llegar a la Fórmula 3, la Fórmula 2 y eventualmente llegar a la Gran Carpa que es la F1. Se ha aumentado mucho la participación, que es un pilar muy importante, pero luego viene la parte que yo siento hace más falta: no queremos participar, queremos competir al más alto nivel y es la Fórmula 1. Eso no va a llegar, si no tenemos ese apoyo económico que muchos hombres han tenido para llegar hasta allí.
CAMBIO: ¿Cómo es conseguir patrocinios en este deporte, y siendo mujer?
T.C.: Hasta ahora se está dando este fenómeno de "oye, invierte en mujeres en el deporte, es un muy buen negocio y una buena oportunidad de resaltar". Hoy hay muchas herramientas, como la tecnología o la inteligencia artificial. Con mi equipo de trabajo hicimos una alianza con una empresa de inteligencia artificial, Crant, que mide el brand love o el impacto que tienen las marcas en sus publicaciones y en sus interacciones ahí cuando hablan de equidad de género, de mujeres y sostenibilidad, que son temas que no se han tocado en el automovilismo por muchos años, pero que ahorita el público está demandando.
Hay datos que están mostrando que es mayor el impacto que puede tener un post o las interacciones cuando se apoya a una mujer que a un hombre. Es un buen negocio invertir en marketing en el tema de mujer, en cambiar la historia del automovilismo. Antes pedir patrocinios era como pedir caridad, pero esto es un buen negocio y el primero que aproveche esa oportunidad, por el contexto en el que estamos, puede estar apuntando a un proyecto ganador.
CAMBIO: ¿Cómo está hoy la relación entre las empresas y los deportistas en Colombia?
T.C.: Está cambiando lentamente para mejor, pero todavía hace falta mucho creer en el deporte y creer en particular en las mujeres. He tenido datos de ciertas personas que han tenido patrocinios de la misma empresa que yo, y el presupuesto para ellos es más del doble, cuando en el automovilismo no hay una liga diferente para mujeres. En el fútbol hay una justificación en relación con los asistentes a un estadio, personas que ven un partido, venta de camisetas, pero en automovilismo pasan la carrera al mismo tiempo, las métricas de audiencia son iguales, pero entonces no se justifica.
CAMBIO: En Colombia el presupuesto público para el deporte es bajo. ¿Cómo ve las políticas que hay en Colombia para apoyar a los deportistas?
T.C.: Hace falta mucho apoyo, del Gobierno y de las empresas. En mi caso, hace tres años me empezó a apoyar Karol G. En Colombia hay dinero, pero no lo estamos invirtiendo en el deporte que es una parte social, educativa y económica muy importante. A veces uno escucha las historias de los deportistas que uno dice "antes lo lograron con los recursos que tienen en comparación con lo que invierten otros países".
El talento en Colombia es increíble, por qué no juntamos a todas estas empresas que tienen presupuestos de marketing y les mostramos que el deporte es una muy buena idea para apoyar e invertir. Se podría hacer mucho más de lo que se está haciendo.
CAMBIO: ¿Qué tan rentable es ser deportista en Colombia? ¿Se puede vivir de eso?
T.C.: Cuando miro hacia atrás digo "miércoles, yo venía de allá, de Colombia donde hay un autódromo, dos kartódromos. Era una niña colombiana que quería llegar a la Fórmula 1". Cuando uno quiere lo único que lo frena realmente es la mente, pero también hay un freno en la sociedad que empieza a decir que no. Si uno persiste, es bueno, dedicado y trabajador no hay que ponerse límites. Pero eso no quiere decir que sea fácil.
Mientras los americanos entrenan ciento por ciento enfocados en el deporte, los deportistas acá tienen que estudiar, buscar apoyos, muchos responden por sus familias, no son las mismas condiciones. Tenemos que fomentar más el apoyo, pero no ya cuando se llega a ser deportista, sino el proceso porque las marcas se interesan cuando ya hay reconocimientos, pero detrás de eso hay esfuerzos y ahí también se necesita mucho apoyo.
CAMBIO: ¿Cuáles son sus próximos planes como deportista?
T.C.: Actualmente estoy corriendo en una categoría de carreras de resistencia, son carreras de 24 horas, 12 horas, diez, seis y ocho horas, somos tres pilotos por carro y son las carreras más importantes de resistencia en Estados Unidos.
Mi objetivo es regresar en 2025 a IndyCar y estamos montando un proyecto para poder sacar datos y decirles a los fabricantes lo que deberían contemplar si quieren que una mujer pueda manejar de la mejor forma en estos carros, tratar de hacer alianzas con universidades para fomentar que haya ingenieras mecánicas y así crear un ambiente donde yo no sea la única, sino que quiero que haya muchas más mujeres competitivas. Es un proyecto ambicioso y por eso necesitamos también mucho apoyo.