Corea, un referente para Colombia

Seúl, Corea del Sur

Crédito: freepick

4 Junio 2025 08:06 am

Corea, un referente para Colombia

El economista y escritor Juan Alfredo Pinto analiza para CAMBIO la situación de Corea, país al que considera como un referente para Colombia

Por: Juan Alfredo Pinto Saavedra

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Una pregunta recurrente tanto en círculos sociales como en los medios y en la academia de Colombia es la siguiente: ¿Cómo reducir el tiempo histórico para alcanzar un desarrollo económico significativo que propicie una convergencia de las mayorías nacionales en torno a objetivos superiores con indicadores de medición y proyección que constaten la ampliación de oportunidades para las mayorías y propicien una real inclusión social?

Corea es una nación que, pese a enfrentar problemas y a tener frente a sí enormes desafíos, muestra una evolución extraordinaria en muchos órdenes en poco más de medio siglo, aportando a las naciones en desarrollo una formidable experiencia en la transformación de su base productiva, la dotación de infraestructura, la formación de talento humano y la generación de ciclos reformadores de alto contenido estratégico. 

Acudiendo a las cifras oficiales recopiladas por el instituto Coreano para el Desarrollo (KDI)  y por el Centro para el Desarrollo y el Intercambio de Conocimiento Global (GKEDC), es posible distinguir grandes etapas en la historia económica moderna de Corea:

PRIMERA ETAPA: PLANTANDO SEMILLAS DE ESPERANZA EN UN TERRITORIO ARRUINADO; 1945-1960

En 1945 Korea logró su independencia tras 35 años de dominación colonial. La escalada de la guerra fría dividió el país entre el Norte y el Sur con sistemas políticos y económicos diferentes impidiendo a la Nación toda, el disfrute de su nueva libertad. La guerra interna sumió al país en la ruina. Corea del Sur, gracias al apoyo de diversos países del mundo entre los cuales estuvo Colombia, con un gran contingente de nuestro ejército regular, optó por la economía de mercado, garantizó los derechos individuales a la propiedad y el desarrollo personal como preceptos de igualdad de oportunidades. Llama la atención la consideración ética puesta de presente en el Preámbulo de la Constitución: “El gobierno destruirá todos los vicios sociales y proveerá oportunidades a todo el pueblo, habilitando a los ciudadanos para el desarrollo a plenitud de sus capacidades incluyendo las esferas política, económica, cívica y cultural mediante el establecimiento de instituciones democráticas”, así como la consagración tanto del deber como del derecho al trabajo para todos.

Si se trata de referentes para una primera fase, es preciso consignar que la Carta Fundamental de Corea del Sur acogió la proclama de “ land to the tiller”, la tierra para el labrador, y lo hizo mediante la confiscación compensada, comprando la tierra a los propietarios a precios de mercado y revendiendo los títulos a los agricultores a precios mucho más bajos o cediéndolos en forma gratuita. En primera fase los nuevos propietarios no tenían disposición, ni recursos para invertir, mas una vez tomaron conciencia de su propiedad plena, la transformación tomó curso así como la cesión de fracciones de terreno por los agricultores para la instalación de escuelas que creció en progresión geométrica.

La experiencia también enseña acerca de la orientación dada a la cooperación internacional: una primera etapa de atención humanitaria ante la devastación, tal como lo postularon los donantes, más una fase subsiguiente orientada por los coreanos hacia la educación, la salud y la rehabilitación de la infraestructura física y productiva.

Esta primera etapa de la historia moderna de Corea del Sur caracterizó lo que se muestra como una tendencia dominante: la nación ha tenido dificultades para afianzar la democracia política.
El impacto devastador de la guerra (1950-1953), la división de la península y la influencia significativa de lo militar sobre la orientación política facilitaron la transformación de la Primera República en una autocracia bajo el liderazgo de Syngman Rhee.

Cuando interpretamos la historia de Corea encontramos una proclividad a las estructuras verticales. En el Norte, tras una purga masiva en 1953, el culto a la personalidad de Kim Il Sung llegó a la veneración y su planteamiento de la idea Juche, una preceptiva elemental que define a las masas subordinadas como las propietarias de la revolución, se difunde profusamente hasta consolidar así una suerte de monarquía con aire socialista que se prolonga hasta nuestro tiempo.

En Corea del Sur, Syngman Rhee consigue establecer las bases de la economía de mercado, pero a la nación le cuesta desde su moderno origen independiente edificar una sociedad más participativa en lo político por lo cual, los perfiles de una estructura económica con avances en lo económico, no alcanzan una configuración suficientemente distributiva y se agota el espacio político de Rhee, para dar paso a la la Revolución del 19 de abril en 1960. Los propios relatores de la historia oficial en Corea del Sur reconocen que, pese a los avances en la universalización de la educación primaria, en la década de los cincuentas, cuando tomaron cuerpo algunas de las grandes corporaciones coreanas, fondos reconstructivos y patrimonios poseídos previamente por los japoneses fueron atacados por favoritismos a círculos cerrados y variadas formas de corrupción. Los indicadores económicos de Corea del Sur no mostraban cambios significativos en cuanto a la extendida pobreza rural-urbana.

SEGUNDA ETAPA: SUPERANDO LA POBREZA Y CONSTRUYENDO LOS CIMIENTOS PARA EL RÁPIDO CRECIMIENTO: 1961 – 1979

La Segunda República fue derrocada y Corea del Sur estuvo gobernada por regímenes militares de alta correlación con los poderes político y económico (Tercera, Cuarta y Quinta Repúblicas). No es objeto de este breve informe realizar un análisis detallado de este ciclo. Hay muchos aciertos y también grandes sacrificios en el sistema de libertades y en la posibilidad de conformar una sociedad con menores brechas socioculturales y con valores democráticos afianzados. Lo que si podemos dejar sentado es que las interpretaciones que utilizan el caso de Corea para idealizar la sucesión de dictaduras como el obligatorio precedente de una sociedad altamente desarrollada, o la necesidad de constreñir el sistema político y sus reformas como inexorable fase previa de las libertades políticas y de la cristalización de garantías sociales, no pasan de ser elaboraciones triviales y relatos justificantes provenientes de vocerías afectadas por ideologismos que descuentan las complejidades de la sociedad coreana y el enorme mérito de su capital humano, de su pueblo laborioso y creativo y de su sistema productivo e institucional.

Veamos un resumen de las decisiones que marcan el punto de inflexión en el desarrollo coreano: Establecimiento de una Junta de Planeación Económica que instauró los planes quinquenales; industrialización orientada a la exportación (1964) rompiendo el estancamiento pasando de la mera sustitución de importaciones a la expansión de la oferta exportable con tasas bajas de financiamiento a las industrias exportadoras; promoción de la industria pesada y de la industria química como sectores de base para encadenar líneas de producción exportadora vinculando industrias ligeras; formación y crecimiento de la mano de obra industrial; establecimiento de complejos industriales; construcción de cuatro grandes autopistas nacionales y redes de transporte aplicando impuestos a combustibles, peajes, y lanzando emisiones de bonos al efecto; expansión energética multimodal (térmica, hidroeléctrica y nuclear) multiplicando por 22 la generación de energía entre 1961 y 1979.

Estas transformaciones de la base económica generaron las aglomeraciones que a su vez lideraron la urbanización. Una urbanización fundada en el desarrollo industrial de los polos y no en la violenta descomposición del campo como en la historia colombiana. Corea pasó de la alfabetización primaria a la educación secundaria y técnica creando un contingente de mano de obra calificada que soportó la integración de las grandes empresas y reclutó talento internacional para el desarrollo tecnológico. Internados, campos de formación técnica con dormitorios y alimentación, formación de cuadros técnicos en el exterior con retorno asegurado y fuerte desarrollo científico-tecnológico a nivel de institutos regionales, entre otros, fueron factores para un mejor balance rural-urbano. Tuvo lugar una alianza con Alemania para la formación profesional de trabajadores industriales, mineros y enfermeras que conocieron la formación dual e incluso remitieron remesas a sus familias. Trabajadoras abnegadas transformaron el Complejo Industrial de Guru en un epicentro exportador que alcanzó en 1977 el 10% de todas las ventas externas del país. 

Tras veinte años de rápido crecimiento Corea había superado la pobreza, pero las dos crisis petroleras en los setentas trajeron consigo el desborde inflacionario mientras la industria pesada y el sector químico perdieron competitividad por una sobre inversión en capacidad instalada. La agricultura enfrentó un severo “verano fresco” y el país liquidó un crecimiento negativo en 1980 como no ocurría desde 1953.

ESTABILIDAD - MODERNIZACIÓN ECONÓMICA - NUEVA INDUSTRIALIZACIÓN: 1980 – 1996

La liberalización comercial a escala internacional facilitó la decisión de eliminar barreras con países del Este diversificando el portafolio exportador lo cual, unido a una terna de leyes para mantener a la baja los precios de los combustibles, una realista tasa de cambio y razonables tasas de interés, trajo consigo un superávit notable en la balanza comercial. La intervención estatal, vital en el despegue, cedió mayor iniciativa microeconómica al sector privado, reservando la coordinación del crecimiento balanceado y la distribución del ingreso al estado. Corea emprendió la ruta de la globalización. Se adoptó el libre flujo de capitales y la libertad cambiaria. En respuesta al Movimiento Democrático la elección popular directa del presidente y la profundización de la economía democrática quedaron en la enmienda de la Carta Magna (1987).

El ciclo 1980-1996 promueve sanas políticas en lo fiscal y lo monetario, la industrialización se expande a casi todos los sectores aún con equivocaciones marginales. El mercado laboral se transforma por la calificación de la mano de obra y el movimiento social cumple su tarea. El crecimiento es notable y el ingreso per cápita pasa de US1690 en 1980 a US12282 en 1995. Las presiones inflacionarias logran controlarse pese al incremento de los salarios de 7 veces durante los 15 años reseñados. Las exportaciones de productos TIC crecen notablemente. Empero, haciendo evidente el riesgo político del corporativismo de nuevo tipo en la escena global, las grandes compañías extendieron su práctica del crecimiento financiado con deuda facilitado por la liberalización financiera. Contrataron masivamente pasivos de corto plazo con el capital internacional especulativo ensombreciendo el panorama de la economía coreana.

1997: COREA PROTAGONISTA DE LA CRISIS ASIÁTICA

La dolorosa crisis cambiaria y la caída de las reservas hicieron manifiesto el agotamiento del modelo de gerencia de crecimiento soportado en deuda y colocaron al país al borde de la bancarrota: 17 de las 30 mayores corporaciones de Corea fueron disueltas y la quiebra alcanzó la cifra de 23000 compañías. Tendría el país fuerza para recuperarse, tal la pregunta en el escenario internacional. El gobierno aportó recursos, los ciudadanos voluntariamente entregaron oro, medallas y trofeos, el Fondo Monetario acordó un programa de rescate, fue un lustro de ajuste y reformas: reforma financiera, red de seguridad social, jornada de 40 horas, eficiencia gubernamental. Las reservas crecieron nuevamente, mejoró la relación Won-dólar, la deuda industrial disminuyó a la mitad y la tasa de interés bajó del 27 al 4.5%, la inversión extranjera regresó y los fondos de inversión crecieron especialmente en el sector de las TIC. Una era de emprendimiento tecnológico tomó curso y se creó un Fondo de fondos de inversión, estos últimos crecieron seis veces en 15 años. El perfil de las exportaciones cambió hacia los semiconductores, los automóviles, las embarcaciones, los aparatos inalámbricos y los derivados del petróleo. La esperanza de vida llegó a los 82 años en 2015. 

DESAFÍOS DEL SIGLO XXI: 

Las voces oficiales remarcan los desafíos en el crecimiento sostenido con soporte en I+D, en la cuarta revolución industrial, en los ecosistemas de emprendimiento basados en conocimiento, en la atención sobre los empleos juveniles en servicios sociales, la baja natalidad y el envejecimiento. No obstante, lo que se observa de manera palpable es la persistencia de diferencias sociales cualitativas más allá de los índices numéricos, la desigualdad en los ingresos, la postergación jerárquica de las mujeres, la fragilidad del sistema político, la obsesión consumista y la pérdida del sentido de la duración como valor socio cultural.  Contrasta con este último punto el diferimiento de un abordaje sistemático y activo incluso con países facilitadores en el crítico asunto de la ruta hacia la armonización convergente con Corea del Norte como gran tarea histórica. Si se extingue la presencia de las generaciones que sufrieron la fractura y de su primera descendencia se pretendería una consideración no prioritaria para la unificación lo cual acabaría configurando un grave error histórico irreparable.

La consolidación de un sistema político más cercano a los ciudadanos -algunos consideran la lejanía una virtud- aparece como un factor crítico en el afianzamiento de una sensación ciudadana menos afectada por la efimeridad.  El presente político perceptible aún para los visitantes internacionales, con el presidente Yoon Suk-yeol destituido por la Corte Constitucional en decisión unánime por su intento de imponer la ley marcial, ha desatado una polarización con manifestaciones de apoyo y rechazo. Corea tendrá elecciones presidenciales anticipadas. Se espera así evitar la afectación de la crisis política sobre la economía.

Los logros de Corea son superiores a las dificultades coyunturales. El país posee una gran longanimidad que le permite sortear sus episodios complejos. Es parte de la vanguardia innovadora del mundo, ostenta la posición número doce por tamaño del PIB y muestra evolución notable en la mayor parte de los indicadores de Desarrollo Humano (puesto 19 en IDH). Impresiona el Museo de Arte Moderno con sus expresiones de Cultura Pop dentro de la llamada “Ola Coreana”, también son verificables los avances en la cinematografía, los deportes y la música. Es un país seguro y sano, aunque preocupan las tasas de enfermedad coronaria y cerebrovascular, es notable la baja incidencia de las drogas y de la violencia como causas de muerte.

Nadie mejor que Byung-Chul Han para caracterizar en sus escritos el fenómeno de la angustia por la posesión y el consumo que erosiona las tradiciones y produce grados no imaginables de ansiedad bien escenificados en expresiones del cine coreano. La sociedad coreana de hoy marcada por la aceleración y la digitalización deja escapar el disfrute del tiempo. En su libro “El aroma del tiempo”, el filósofo de origen coreano caracteriza la pérdida de la narración temporal: “Cada instante es igual al otro y no existe ni un ritmo ni un rumbo que den sentido a la vida”. El famoso “ppalli-ppalli” algo equivalente a nuestro caribeño “puya el burro”, es la expresión coreana para estimular la celeridad en toda actuación. Es apreciado como virtud social, por momentos sin embargo se transforma en una suerte de presión que inhibe la reflexión. El vehículo, las joyas, los accesorios definen el estatus en variadas capas de las ciudades coreanas hoy y la crítica a la celeridad como patología es palpable en grupos profesorales y de pensamiento. 

Corea es un referente y un amigo sincero de Colombia. Como todas las sociedades de referencia se necesitan filtros tanto en las inversiones como en el comercio y la cooperación. Aliado imprescindible como un día lo fue Colombia para ellos. Poder real, como se puede constatar en la gran fachada multimedia de su pabellón en Expo Osaka 2025 bajo el lema: “Con el corazón” alusivo entre otras a la tecnología basada en el jeong (afecto o sentimiento hacia los demás). Con esa preceptiva y dada la  urgencia de un acelerador tecnológico en el desarrollo de gran parte de América Latina, Corea debe ser para Colombia socio en el fomento  de la nueva industria automotriz, los astilleros, la electrónica avanzada, la cosmecéutica, la biología marina, la industria química y las ciencias del hábitat.
 

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