El Cuartel de las feas y otras organizaciones criminales que aterrorizan a Ecuador

Nunca había sucedido algo semejante en una trasmisión en vivo.  El set del noticiero del Canal TC, de Guayaquil, fue invadido por hombres encapuchados quienes, con armas y granadas en mano, intentaron secuestrar a los periodistas. Por más de 30 minutos, los televidentes pudieron ver cómo los delincuentes amenazaban a los comunicadores. Mientras esto sucedía, el caos llenaba la Universidad de Guayaquil, donde los estudiantes corrían huyendo de otro grupo de delincuentes. Estos hechos sucedieron veinticuatro horas después de que el presidente de Ecuador, Daniel Noboa, declarara la conmoción interior para tratar de controlar los motines que se presentan en varias cárceles del país.  Ante los nuevos hechos, el mandatario ordenó a las Fuerzas Militares una operación especial.

Según un informe del diario La Hora, en los dos últimos años, en Ecuador se cometieron más de 90.000 delitos con armas de fuego, entre los que se cuentan robo a personas, domicilios, bienes, accesorios y autopartes de vehículos, hurto a motos y carros. Las ciudades con más delitos son Guayaquil, Los Ríos, Quito, Guayas, El Oro, Manabí y Esmeraldas, donde operan más de 22 organizaciones ilegales.

Para las autoridades ecuatorianas,  quienes dirigen esta ola de violencia son reclusos que pertenecen a organizaciones criminales que se disputan las rutas de las drogas desde Colombia hacia México y Estados Unidos. ¿Pero cuáles son las bandas que aterrorizan a los ecuatorianos? 

Los Choneros

De acuerdo con un informe de Insight Crime, esta banda es la más grande de Ecuador. Fue creada a finales de la década de 1990 en la ciudad costera de Chone, provincia de Manabí.

La banda negocia con el Cartel de Sinaloa y el Frente Oliver Sinisterra de Colombia, dedicados al narcotráfico hacia México y Estados Unidos en lanchas rápidas. Los choneros también manejan el microtráfico de drogas, el contrabando, la extorsión y asesinatos por encargo en varias ciudades y penitenciarias de Ecuador.

Desde 2011, muchos de sus líderes han sido capturados por las autoridades. Estos golpes, sin embargo, no han logrado desarticular a esta banda que, según Insight Crime, tiene una fuerte presencia en las cárceles de Ecuador. En los últimos años, Los Choneros se han enfrentado contra sus principales rivales: Los Lobos, y otras bandas pequeñas del país.

Los Lobos

De acuerdo con  Insight Crime, Los Lobos son la segunda banda más grande detrás de Los Choneros, con cerca de 7000  integrantes. Su principal característica es comandar pequeñas bandas, entre ellas los Tiguerones y los Chonekillers. Sus principales socios son el Cartel Jalisco Nueva Generación de México y los llamados Comandos de frontera, antiguo Frente 48 de las Farc, que opera en el departamento de Putumayo y se dedica al envío de cocaína hacía los Estados Unidos. 

Para las autoridades, Los Lobos manejan el control de las calles y  cárceles en las ciudades de Latacunga, Cuenca y Machala, en territorio ecuatoriano.

Los Lagartos

Para las autoridades, esta banda ordena asesinatos desde la cárcel de Guayaquil, en especial contra los integrantes de la banda Los Choneros, para tener el control de rutas del narcotráfico y las cárceles de Ecuador. Las autoridades penitenciarias han realizado el traslado de varios de sus integrantes a otras cárceles, donde han fortalecido su accionar criminal.

El cuartel de las Feas 

Esta organización es liderada por un grupo de mujeres, en su mayoría afrodescendientes, que fueron víctimas de racismo y violencia en un sector conocido como el Guasmo, en el distrito Sur de Guayaquil. Con el tiempo, la banda se convirtió en una de las más peligrosas en Ecuador.

Su nombre, tomado de la telenovela colombiana Yo soy Betty la fea, demuestra la unión que hay entre sus integrantes, que se dedican a cometer robos y asesinatos selectivos, en especial contra presos que salen de las cárceles.

El Cuartel de las feas forma parte de Los Lagartos y su área de influencia es Guayaquil. Su principal negocio es alquilar armas de fuego y manejar el microtráfico en varias zonas de la ciudad.