“El fin de la guerra en Ucrania llega cuando Putin se dé cuenta de que puede tener los días contados”: Sergio Jaramillo
18 Febrero 2023

“El fin de la guerra en Ucrania llega cuando Putin se dé cuenta de que puede tener los días contados”: Sergio Jaramillo

Crédito: Foto Colprensa.

El ex alto comisionado para la paz es uno de los hombres que más sabe de resolución de conflictos en la región. Ahora, alejado del servicio público y varios años después de haber firmado el acuerdo con las Farc, Sergio Jaramillo puso sus ojos en la guerra de Ucrania.

Por: Redacción Cambio

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Se cumple un año desde que las tropas de Vladimir Putin invadieron Ucrania. Esos dos países, además de ser vecinos, compartían lazos de hermandad histórica y una identidad cultural que tiene raíces de fondo. Desde entonces el mundo ha observado y padecido los efectos de una guerra improbable que deja ya un saldo de miles de muertos, ataques a civiles e impactos económicos a lo largo y ancho del planeta. Las acciones de Putin se han hecho sentir también en la política de todos los países afectados: la inflación, el alza de precios de la gasolina, los problemas de abastecimiento de gas y, por supuesto, la amenaza velada de una nueva guerra fría con tensiones cada vez más grandes entre las potencias nucleares, han ocupado hasta ahora buena parte de la agenda de discusión pública en occidente.

La OTAN se pone a prueba todos los días y, hasta ahora, el presidente ruso parece jugarse la carta del largo plazo. Es decir, aguantar la invasión hasta que se vuelva parte del paisaje y deje de ser una prioridad para quienes la ven desde lejos. Sergio Jaramillo, ex comisionado de paz, lanzó la iniciativa #AguantaUcrania que agrupa a decenas de artistas, escritores e intelectuales y busca que el mundo no caiga en la indiferencia. Entrevista con CAMBIO.

CAMBIO: Una guerra es una tragedia en cualquier lado. Pero la de Ucrania se ve como una causa lejana para despertar el interés de un hombre como usted. ¿Qué lo llevó a eso?

Sergio Jaramillo: Lo que está pasando en Ucrania es la crisis internacional más grave que hemos vivido, llevo un año pegado al celular siguiendo las noticias. Guerras ha habido muchas y todas terribles. Pero una invasión a un país vecino por parte de un miembro permanente del Consejo de Seguridad y garante en principio del orden internacional, es otro nivel de peligro. Y también de sufrimiento: en un año ha sido desplazada de sus residencias y sus tierras un tercio de la población de Ucrania. América Latina no se puede quedar callada, tiene que tener voz propia en esta discusión.

CAMBIO: Los efectos de esa guerra, que en principio parecía distante y ajena, se han hecho sentir en varias latitudes. ¿Pero, teniendo tanto que resolver en la región, por qué cree que América Latina debe asumir una voz líder de protesta contra Putin?

S.J.: En primer lugar, por las consecuencias humanitarias. Una guerra industrial en el siglo XXI es una cosa brutal. Pero cuando ese poder de fuego es utilizado, como lo está utilizando Putin desde los primeros días de la invasión en Járkov, como una especie de castigo contra los civiles, las consecuencias son catastróficas. Edificios municipales, hospitales, residencias, ciudades enteras como Mariupol han sido bombardeadas con misiles y reducidas a montículos de piedra. Y por todas partes mueren civiles. No puede ser, no podemos ser indiferentes ante tanta barbarie.

CAMBIO: Esa barbarie que usted menciona ha sido desgarradora para Ucrania. Pero en nuestro continente no han faltado las guerras y los conflictos bélicos. Tampoco se puede pensar que América Latina esté libre de pecado en ese asunto.

S.J.: Pero existe una diferencia de fondo. Porque no hay un principio más sagrado para los países de América Latina que el principio de soberanía. Podemos tener todos los problemas del mundo, pero somos el continente que menos guerras entre Estados ha padecido, porque nos respetamos mutuamente nuestra soberanía y acudimos al derecho cuando hay un diferendo. Es tal vez la única cosa en la que hay pleno acuerdo entre mexicanos, guatemaltecos, cubanos, colombianos, brasileños etc.: en condenar toda invasión.

CAMBIO: La invasión ha sido condenada por la inmensa mayoría de los países del mundo, incluidos los latinoamericanos. ¿Eso no es obvio?

S.J.: No, porque Putin propaga la falsa narrativa de que esta es una guerra por interpuesta persona (un “proxy war” en inglés) de Occidente contra Rusia, y entre nosotros aún hay delirantes que le creen. Hay que volver al sentido común y llamar las cosas por su nombre: una invasión es una invasión. Además, si usted se mete en el juego de las justificaciones se cae todo el andamiaje legal que nos protege, tanto a los latinoamericanos como a los europeos.

CAMBIO: ¿Algún mensaje que quiera mandarle al presidente Petro sobre la posición de Colombia como Estado frente a la invasión?

S.J.: Tomamos la decisión de no meternos en la política interna de los diferentes países, no nos interesa caer en la polarización. Le haría más bien una pregunta, a él y a todos los demás presidentes del continente: ¿está usted de acuerdo con un invasor?

CAMBIO: Vamos al tema de la iniciativa que usted está liderando. ¿Qué hay que hacer para contribuir?

S.J.: Subir con el hashtag #Aguantaucrania a cualquier red social un video de treinta segundos identificándose, condenando la invasión y cerrando con la frase “¡Aguanta Ucrania!”. Docenas y docenas de escritores de todo el continente, como Héctor Abad Faciolince, Gioconda Belli, Rosa Beltrán, Juan Gabriel Vásquez, o Leonardo Padura lo han hecho en nuestra cuenta de Instagram, y también cineastas como Arturo Ripstein, Victor Gaviria, o músicos como Paquito D´Rivera o Fonseca. Estamos invitando a todo el mundo y en especial a los jóvenes a que se unan también.

CAMBIO: ¿Usted le ve a eso un impacto real? ¿Qué se logra con esta campaña?

S.J.: Que a los ucranianos les lleguen voces de aliento de latinoamericanos en estos momentos ya es mucho, nos lo han dicho. Pero esta crisis no se va a resolver solo por lo que pase en el campo de batalla, sino también por lo que pase en la diplomacia y en la economía. Mientras más unívoca sea la condena a la invasión, más rápido se acaba esto.

CAMBIO: Usted negoció el acuerdo con las Farc, ¿qué posibilidades le ve a una negociación?

S.J.: Para negociar se necesitan dos, y Putin no tiene el menor interés. Está usando el tiempo en contra de Ucrania, esperando que todos nos aburramos y que la invasión se vuelva “parte del paisaje”, como nos dijo lúcidamente Fonseca. No nos podemos dejar. No podemos ser simples espectadores de lo que está pasando en Ucrania.

CAMBIO: ¿Pero si Putin no tiene interés en negociar y la OTAN no se le mete de frente a una salida militar entonces cómo se acaba esta guerra?

S.J.: La OTAN no se va a meter. El fin llega cuando Putin se de cuenta de que el tiempo no le está jugando a favor, sino en contra, y que puede tener los días contados.

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