Hiroshima y Nagasaki: así se vivieron el horror y la destrucción de las bombas atómicas que detonaron hace 79 años

Crédito: Reuters.

6 Agosto 2024 07:08 am

Hiroshima y Nagasaki: así se vivieron el horror y la destrucción de las bombas atómicas que detonaron hace 79 años

Este 6 de agosto se cumplen 79 años desde las masacres de Hiroshima y Nagasaki, un ataque con bombas atómicas que cambió la guerra para siempre.

Por: Redacción Cambio

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Este 6 de agosto de 2024 se cumplen 79 años del lanzamiento de la bomba atómica sobre Hiroshima y Nagasaki, un evento que no solo cambió el curso de la Segunda Guerra Mundial, sino que transformó la naturaleza de la guerra moderna y dejó una marca en la conciencia colectiva de la humanidad.

El uso de las bombas atómicas fue justificado en ese entonces por Estados Unidos con la teoría de "el mal menor", pues -–egún el argumento de la estrategia estadounidense– sin la bomba, la guerra hubiese evolucionado causando una mayor cantidad de muertes. El 15 de agosto de 1945, una semana después del bombardeo, Japón se rindió incondicionalmente, dando los primeros pasos hacia el fin a la guerra. 

Así actuó la devastadora arma

A las 8:15 de la mañana del 6 de agosto de 1945, el avión bombardero estadounidense Enola Gay lanzó la primera bomba atómica sobre Hiroshima, la cual se llevó por delante edificios, animales y personas. Tres días después, el 9 de agosto, un segundo ataque atómico fue lanzado sobre Nagasaki. Estos ataques resultaron en la destrucción de más de ocho kilómetros cuadrados, según el Bradbury Science Museum, el museo público oficial del Laboratorio Nacional de Los Álamos, en Estados Unidos.

El arma atómica, que recibió el nombre de Little Boy, fue una bomba de uranio que pesaba unos 4.400 kilogramos y su explosión detonó con una fuerza de 15.000 toneladas de trinitrotolueno (TNT).

Consecuencias humanas de la bomba atómica

Hiroshima perdió aproximadamente 70.000 personas debido a la radiación y al calor de hasta 4.000 grados centígrados que generó el impacto. Otras 70.000 víctimas más murieron a causa de la exposición a la radiación. “El total de muertos en cinco años puede haber alcanzado o incluso superado los 200.000”, según la historia del Departamento de Energía sobre el Proyecto Manhattan.

Los sobrevivientes, conocidos como hibakusha (persona bombardeada en japonés), enfrentaron secuelas físicas como quemaduras graves y enfermedades relacionadas con la radiación, como leucemia y otros tipos de cáncer por los efectos prolongados de la exposición a la radiación.

Para Estados Unidos, el ataque fue un sacrificio necesario

En 1958 el ayuntamiento de Hiroshima elevó una resolución en la que condena al entonces presidente estadounidense Harry S. Truman por aprobar el uso de la bomba atómica y no expresar remordimiento por la pérdida de miles de vidas humanas. La resolución califica la postura del expresidente como una “deshonra grave cometida contra el pueblo de Hiroshima y sus víctimas caídas”.

Truman respondió en una carta diciendo que “el sentimiento de la gente de su ciudad es fácil de entender, y yo no estoy de ninguna manera ofendido por la resolución”. Sin embargo, Truman hizo hincapié en la necesidad de la decisión teniendo en cuenta en el ataque a Pearl Harbor llevado a cabo por Japón en Hawái. Justificó que la decisión de utilizar las bombas "salvó la vida de 250.000 soldados aliados y 250.000 japoneses ayudando a prevenir una invasión".

Lecciones y memoria

Cada año, en Hiroshima y Nagasaki se realizan ceremonias para conmemorar a las víctimas y recordar al mundo los horrores de las armas atómicas. Los monumentos y museos en ambas ciudades sirven como recordatorios y advertencias sobre el poder destructivo de las armas nucleares.

El mensaje de los hibakusha y de las ciudades afectadas es claro: nunca más. 

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