Madre mexicana protege a su hijo de oso que devora su picnic
- Noticia relacionada:
- Tendencias
- Medio Ambiente
Un oso negro hambriento interrumpió un picnic en el Parque Ecológico Chipinque de México, Nuevo León, al subirse a la mesa de un grupo de visitantes y devorar su comida.
Por: Deutsche Welle
Una madre mexicana protegió valientemente a su hijo después de que un oso saltara sobre una mesa de picnic y devorara a centímetros de su cara los tacos y enchiladas destinados a la cena de cumpleaños del niño.
Silvia Macías, de Ciudad de México, había viajado al Parque Chipinque, a las afueras de la norteña ciudad de Monterrey, para celebrar el 15 cumpleaños de su hijo Santiago, que tiene síndrome de Down.
Poco después de sentarse a comer la comida que habían traído, apareció el oso y engulló patatas fritas, enchiladas, tacos y salsa.
El video: oso salta sobre mesa de picnic
Un video grabado por su amiga, Ángela Chapa, muestra a Macías sentada estoicamente, a escasos centímetros de la boca del oso, sosteniendo a Santiago y protegiéndole los ojos con la mano. Mantenía la mirada baja para evitar que el oso pudiera considerarlo un desafío.
"Lo peor era que Santiago se asustara", recordó Macías el martes en una entrevista con The Associated Press. "Santiago tiene mucho miedo a los animales, un gato o un perro, cualquier animal le asusta mucho".
"Por eso le tapé los ojos, porque no quería que lo viera y gritara o corriera. Tenía miedo de que si se asustaba o gritaba o asustaba al oso, que el oso reaccionara", dijo sobre el incidente del lunes.
Macías dijo que ella y Chapa habían pensado previamente en la posibilidad de un encuentro con osos –no son desconocidos en el parque, aunque normalmente los osos salen más hacia el amanecer o el atardecer, no al mediodía– y habían ideado un plan.
"Vamos a jugar a taparle los ojos a Santiago y vamos a actuar como estatuas", recuerda mientras ensaya el plan.
Le puede interesar: Dos zorros son devueltos a su hábitat tras exitosa recuperación en Rionegro
Comportamiento adecuado: nunca correr
Y eso fue exactamente lo que hicieron: Santiago permaneció inmóvil, a pesar de que "el oso estaba muy cerca de nosotros, le oíamos cuando gruñía, cuando comía, se podía oler al oso. Estaba realmente muy muy cerca".
Al preguntarle si se había asustado, Santiago, que estudia secundaria en Ciudad de México, dijo "sí, mucho".
Su ingeniosa amiga Ángela, que filmó la escena, vive en Monterrey y conocía el comportamiento adecuado para un encuentro con un oso negro: nunca correr.
Se fijó en un plato de enchiladas que el oso no se había comido –el oso parecía preferir las patatas fritas– y tiró la enchilada lejos, después de enseñársela al animal. Como era de esperar, el animal siguió la comida y Ángela se paró para retirarse en silencio y lentamente. Finalmente, el oso se marchó.
Santiago recuperó sus tacos de cumpleaños y todo acabó bien. Macías dice que no se considera una heroína. "Solo creo que soy una madre que protegió a su osezno", dijo.
FEW (AP, Sky News)