“Una niña me contó que quiere morir para volver a ver a su madre”: Martina Marchiò, coordinadora de MSF en Gaza

Este martes fue asesinado un integrante del equipo de la organización internacional Médicos sin Fronteras (MSF) en la Franja de Gaza, esta es la sexta víctima fatal de esa misión médica desde que inició la retaliación militar de Israel al ataque de Hamás del 7 de octubre de 2023. Fadi Al-Wadiya, fisioterapeuta de 33 años y padre de tres niños, perdió la vida con otras cinco personas (tres de ellas menores de edad) mientras pedaleaba en su bicicleta hacia la clínica.

Estos ocho meses han dejado 37.551 muertos y 85.911 heridos en la Franja de Gaza (cifras del Ministerio local de Salud, con corte al 22 de junio de 2024). La organización Save the Children alertó ayer al mundo: 21.000 niños han desaparecido: bajo escombros, enterrados en tumbas anónimas, detenidos o separados de sus familias. La Organización de Naciones Unidas sostiene que un 85 por ciento de la población de Gaza, 1,9 millones de palestinos, han sido víctimas de desplazamiento forzado por las operaciones armadas israelíes.

Según las autoridades del gobierno de Benjamin Netanyahu, en la agresión inicial, Hamás mató alrededor de 1.200 personas y secuestró a 240 civiles.

¿Será posible hallar una óptica sensata y digna sobre la catástrofe humanitaria que se vive en territorio palestino? MSF es una organización humanitaria de carácter médico que, al margen de etnias, origen geográfico, religión o cualquier otra consideración, atiende a víctimas de conflictos armados y de desastres naturales. Por supuesto, está presente en la Franja de Gaza. 

CAMBIO habló en exclusiva con la coordinadora médica de MSF en Gaza, Martina Marchiò, una joven profesional de la salud muy popular en su país natal por su trayectoria en el servicio humanitario –inspiradora para muchos, en especial para su generación– y por la reciente publicación de su libro Memorias de campo de una enfermera zen.  

Esta enfermera italiana recién regresó después dos meses en la Franja de Gaza, donde presenció violentas incursiones como la de Rafah. Durante varias semanas tratamos de hablar con ella en los puestos médicos en terreno, pero no fue posible no solo por las dificultades dadas por sus ocupaciones y diferencia horaria sino, y sobre todo, por los ataques militares sin tregua a la población civil y la misión médica por parte de las fuerzas israelíes.

Ana Cristina Restrepo Jiménez: ¿Qué fue lo que vivió en Rafah? ¿Cómo quedó todo?

Martina Marchiò: En las últimas semanas pasaron muchas ofensivas militares en Rafah, pero también en la zona central de Gaza, especialmente en Deir al-Balah y Nuseirat. La población se encuentra en una situación dramática constantemente. En Rafah ya no se encuentran hospitales en funcionamiento, solo quedan los hospitales de campaña y la población se encuentra obligada a ir para el hospital de Nasser en Khan Younis o el hospital de al-Aqsa en la zona central de Deir al-Balah. Los hospitales de Nasser y de al-Aqsa están completamente sobrecargados y están trabajando tres veces su capacidad: solo el 8 de junio llegaron 420 heridos y 190 muertos. La mayoría de estas víctimas eran niños.

A.C.R.J.: ¿Cómo, con quiénes, con qué recursos está trabajando MSF en la Franja de Gaza? ¿Cómo sortean tanta dificultad? 

M.M.: MSF continúa quedándose en Gaza, trabajando en Rafah con algunos ambulatorios y clínicas, y también en Khan Younis, en el hospital de Nasser y en una clínica, y en Deir al-Balah, en el hospital de al-Aqsa y en otras clínicas. Tenemos más de 400  empleados locales y también cerca de 30 como personal internacional. Nuestros equipos ofrecen atención quirúrgica, pre y posparto, consultas externas, cuidado de salud mental y también toda la parte de cuidado de las heridas. Desafortunadamente, los ataques son siempre más fuertes y esto ya está teniendo un impacto devastador en las actividades de MSF.

A.C.R.J.: ¿Hay algún tipo de refugio o lugar seguro para los civiles y para la misión médica?

M.M.: La población es atacada continuamente, también en los lugares que se consideran seguros por parte de las informaciones que se reciben de Israel. Desafortunadamente, también MSF ha tenido que abandonar tres estructuras de salud. Estoy hablando de ataques aéreos, bombas y explosiones que han dañado los hospitales y también la población, y también ataque terrestre continuo en algunas áreas de la ciudad de Rafah, en la zona central y en la zona norte de Gaza.

A.C.R.J.: ¿Cómo se están abasteciendo ustedes, en MSF, y la población civil?

M.M.: La frontera entre Rafah y Egipto continúa cerrada y es muy complicado continuar nuestro trabajo porque las ayudas humanitarias no pueden entrar. Tampoco puede entrar el combustible, el agua, los medicamentos y todo lo que se necesita para brindar atención médica de calidad a la población de Gaza.

A.C.R.J.: Personas como usted, o como el coordinador de Emergencias, Paulo Milanesio, quien también estuvo en Gaza y llegó hace poco a Barcelona, han pasado por experiencias muy duras, han visto niños morir, han perdido amigos y colegas. ¿Cuál es el mensaje de MSF para la comunidad internacional? 

M.M.: Lo que MSF está pidiendo es un alto el fuego sostenido inmediato, porque esa es la única solución para aliviar ese sufrimiento de la población de Gaza y continuar con una atención médica en seguridad y una atención médica de calidad en toda Gaza. También intentar llegar a la parte norte de Gaza, que en este momento está completamente inaccesible.

A.C.R.J.: ¿Usted cómo está después de esta experiencia reciente en Gaza? ¿Qué es lo que más la ha impactado?

M.M.: Trabajé mucho en Gaza con pacientes heridos, con pacientes amputados, sobre todo niños. Un día estaba en la clínica de MSF en Deir al-Balah y llegó esta niña de 8 años con su hermana que estaba herida, tenía una amputación importante, y me quedé jugando con esa niña. Hubo una explosión muy fuerte y la niña se paró en shock. Están muchos niños en una situación complicada, no pueden dormir, tienen pesadillas. Una niña me contó que ella solo quiere morir para ver su madre una última vez. Y eso es terrible.

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MSF no es un grupo político ni ideologizado ni con ánimo de lucro, es una organización conformada por personas de distintas disciplinas de la salud que viajan por el mundo en cumplimiento del juramento hipocrático a través de una gesta humanitaria. 

Tanto las palabras de la coordinadora Marchiò como las imágenes proporcionadas por MSF, además de la información de fuentes confiables que ha sido publicada durante ocho meses, esbozan el panorama de una respuesta militar desproporcionada por parte de Israel así como el irrespeto a la población civil y a la misión médica: la violación de los parámetros básicos que trazan tratados internacionales, “las normas de la guerra”… las cicatrices que dejan siglos de matarnos entre seres de la misma especie.