
Crédito: Ovidio González - Presidencia de la República / Departamento de Estado de los Estados Unidos
No se pueden dejar en el aire graves afirmaciones, por Julio Londoño
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A propósito de las afirmaciones del presidente Petro sobre un supuesto intento del secretario de Estado de Estados Unidos por desestabilizar el Gobierno, el excanciller Julio Londoño analiza para CAMBIO el contexto de esta declaración y sus posibles consecuencias.

El presidente Petro, en una deshilvanada alocución en Cali, dio a entender que el secretario de Estado de los Estados Unidos, Marco Rubio, y los grupos armados que protagonizaron los actos de terrorismo en el Valle del Cauca y en el Cauca, pretenden desestabilizar al Gobierno y buscan su salida del poder.
No dejó claro si hay o no algún tipo de coordinación entre el secretario y 'Mordisco' para lograr ese propósito. La versión proviene del gran gurú de la inteligencia estratégica en América Latina, Nicolás Maduro, que hizo el anuncio en una de sus acostumbradas peroratas.
Es curioso que semejante denuncia no se hubiera detallado para actuar con toda rapidez ante los tribunales locales y, naturalmente, ante los organismos internacionales. Eso no se podría dejar pasar así no más, a menos que no existan pruebas suficientes al respecto y sean tan solo chismes.
No obstante, según las informaciones que han sido divulgadas por los organismos de inteligencia y voceros de las Fuerzas Armadas en Colombia, la reciente ola terrorista de las llamadas disidencias de las Farc se hizo “para conmemorar” la muerte de uno de sus jefes. Naturalmente que no es un secreto para nadie que los numerosos grupos armados que están operando en nuestro país tienen el propósito de desestabilizar, no al Gobierno de Gustavo Petro, sino a la democracia colombiana.
Resulta dudoso que pretendan que 'Mordisco' sea presidente, pero al menos buscan asegurar que, con el que sea, el fortalecimiento de la producción y comercialización de la cocaína y, naturalmente de la minería ilegal, se consoliden definitivamente. Aunque parezca un adefesio, no debe olvidarse que varios países africanos se encuentran atravesando esa situación.
Durante el Gobierno de Iván Duque, el afán de derrocar a Maduro era algo público y conocido y llegaba hasta el punto de que se comentaba abiertamente que Colombia podría servir de base para una intervención militar por parte de los Estados Unidos en Venezuela. Maduro, que no es bobo, aprovechó la masa inmensa de migrantes hacia nuestro país para penetrar diferentes estamentos nacionales. Incluso, en alguna oportunidad, afirmó que tenía informantes en el propio palacio presidencial en Colombia.
Es evidente que para Maduro resultaría satisfactorio que Petro quedara en las mismas condiciones que las suyas, no solamente ante los Estados Unidos, sino ante la comunidad internacional. Eso le abriría la posibilidad de sacar adelante la “zona económica común” en algunos segmentos de la frontera, como lo propusieron nuevamente hace algunos días delegados de Maduro en una reunión con funcionarios colombianos.
Como están las cosas y con las acusaciones al secretario de Estado, avanzamos paso a paso hacia la descertificación en el mes de septiembre. En esa forma, en las elecciones del año entrante, nuestro presidente tendría la oportunidad de izar la bandera del enemigo externo, apoyado supuestamente por “la derecha” colombiana.
Si verdaderamente Petro tiene informaciones de que los Estados Unidos están fraguando un golpe de Estado, debe decirlo con toda precisión y adoptar las acciones internacionales a que haya lugar. Tenemos una secretaria adjunta en la OEA, seremos miembros del Consejo de Seguridad de la ONU y presidimos la CELAC y otros grupos regionales de gran importancia.
No nos podríamos quedar callados… a menos de que todo sean palabras que se sueltan peligrosamente ante el país y sean parte de la “diplomacia de micrófono”.
